Nuestro editorial para el día de hoy trata de interpretar tantas posiciones, realidades, ideas con un único fin: encontrar el verdadero puerto que tiene Hidroituango. Este proyecto tiene unas líneas con las cuales concuerdan la mayoría de personas que tienen acuerdos básicos comunes, como el éxito de la obra, que se culminen a satisfacción, que se protejan siempre a las comunidades aledañas al proyecto como también aguas abajo de este. También, es importante que tenga una seguridad financiera que no afecte a EPM.
Con este panorama, es entendible que el alcalde de Medellín Daniel Quintero tenga una serie de inquietudes bastante profundas y detalladas sobre lo que se ha hecho en este proyecto. Todo proyecto es susceptible de revisión, de mejora y claramente de tener errores.
Cuando estos errores tengan consecuencias fiscales, legales pues la obligación es que tienen que acudir a las autoridades competentes y desde este medio de comunicación siempre apoyaremos que todo delito que se cometa se someta a estudio, consideración y análisis de las autoridades competentes; si hay lugar a sanciones o condenas, que se efectúen.
Ahora bien, lo que está hoy en juego es gigantesco, caso incalculable. Lo que ha pasado en estos días lo observamos con gran preocupación, se ha presentado un constante intercambio de medias verdades, de acusaciones, esto mezclado con emociones bastante viscerales.
La ciudadanía tiene que ver en el alcalde Quintero a una autoridad que tiene bajo su responsabilidad un proyecto que el mismo alcalde quiere que sea exitoso, que se garantice energía para el país y que EPM salga de estos años tan oscuros.
También, la ciudadanía debería entender que allí se han cometido distintos errores, unos humanos, otros que se pudieron evitar y claramente otros que habrá que revisar sus consecuencias. Se ha incurrido en una grave violación de formas por parte de ambos bandos en este caso.
En primer lugar, el alcalde Quintero tiene razón en que los contratistas del proyecto tienen que responder como en cualquier obra cuando hay errores, también es cierto que los contratistas tienen derecho a su defensa, es verdad que el proyecto se tiene que terminar de la mejor manera posible.
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En la posición de este medio de comunicación creemos que hace mucha falta información por conocer para poder determinar si es perentorio que sean los actuales contratistas que terminen o no. El alcalde Quintero dice tener muchas razones para que esto no sea así, sería necesario que el mandatario haga público detalles de los que se han conocido, por los cuales él tiene la idea de cambiar de contratistas.
Si son ciertas las consecuencias en materia financiera por parte de algunos aliados estratégicas, de fechas en cuanto al ingreso de operación del proyecto, es claramente inconveniente que se cambien los contratistas.
Se tiene que llegar a una conclusión de este debate que ha tenido tanto el departamento de Antioquia como el país, es uno de los más fuertes en los últimos 100 años. En ningún momento alguien se puede atrever a pedir que no se surtan las investigaciones necesarias para encontrar quiénes fueron los culpables de lo que ha sucedido en Hidroituango; hay muchos estudios, desde el contratado por Federico Gutiérrez, quien señala que fueron causas naturales, hasta el contratado por la administración Quintero, el cual dice que existió causa raíz con errores por parte de directivos anteriores, que existió cambio de materiales, entre otras irregularidades.
En ningún momento se puede pretender ponerle freno a las investigaciones, no se puede pretender que en las juntas directivas no se tomen decisiones para proteger el patrimonio público, no se puede pretender que se investigue y que se condene si existió corrupción en este proyecto, y tampoco se puede pretender tirar a la borda un proyecto de esta envergadura por caprichos políticos o personales.
Que las autoridades por primera vez en la historia sirvan para algo y le garanticen al departamento de Antioquia y a Medellín que van a investigar con independencia y objetividad qué fue lo que pasó en Hidroituango, que se condene a quien cometió errores, que se investigue a quien debió actuar y no lo hizo. Pero de ser cierta la versión que fue un desastre natural, serán otras las acciones.
Hoy, más que nunca, Medellín y Antioquia deberán estar por encima de todos los partidos y personajes políticos, estos son efímeros, nuestra ciudad, EPM y el departamento serán más infinitos que nosotros. Hoy radica la responsabilidad en los actuales dirigentes, en el gobernador Aníbal Gaviria, en el alcalde Daniel Quintero, en el gerente del IDEA Julián Vásquez, en el gerente de EPM Jorge Andrés Carrillo, en los directivos de la sociedad Hidroituango en estar a la altura de esta situación.