Sí se necesita una Reforma Política, pero ¿Cuál es la que quiere el país?

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Este capítulo ya lo hemos visto en otros momentos, como por ejemplo, cuando se intenta reformar la justicia. Los políticos no se van a reformar a ellos mismos y los jueces tampoco. Pareciera que el país prefiere prolongar y mantener vigentes las malas prácticas de la política colombiana, esa política que ha traído tan malos resultados, pero que nadie se atreve a reformar.


EDITORIAL

La intención del gobierno de Gustavo Petro para reformar la política en Colombia; sobre todo de cara a las elecciones regionales, fracasó. Desde este medio de comunicación, tenemos que advertir que nosotros consideramos, más que necesaria y urgente que se haga esa reforma, creemos que lo que se ve en los partidos políticos a nivel de clientelismo, de burocracia, de heredar votos, heredar incluso corrupción es espeluznante y le cierra el paso nuevas caras, a nuevos lideres, porque competir en listas abiertas es francamente imposible, claro esta, si se hace de una manera legal, decente y respetable.

Los caciques políticos, tienen muy bien asegurados sus feudos, su red clientelar y claramente la lista de favores que les deben y con esto garantizan toda una empresa política, que hacen que funcione para sus intereses, para sus elecciones, para las elecciones de sus aliados, poner un voto allí, quitarlo aquí, ponerlo allá, comprar a este, sacar a aquel, eso es lo que lastimosamente el país no ha querido reformar. Pero luego se seguirán quejando de los congresistas, de los concejales, de los diputados y de todos quienes ostentan esa democracia representativa, que están distorsionadas, están en Colombia.

Pueden existir reparos válidos a la reforma política de Gustavo Petro, como también es cierto que recibió algunas críticas injustas, porque las personas, ni siquiera leyeron o entendieron el contenido de la Reforma. Hicieron muy mal los congresistas que legislando en causa propia estaban metiendo orangutanes, cuando se hablaba de la lucha contra la corrupción y la politiquería, pero peor que todo eso, es que insistimos, Colombia se resista dar un paso a reformar la política.

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Con lo sucedido ayer solo tendremos más y peor de lo que el país ha venido viviendo, no se pueden esperar cambios reales en un modelo que está copado por las grandes fuerzas políticas, que está secuestrado por ellas, que no permiten que nuevas voces ingresen a la arena democrática.

Porque claro, un aval en un partido se lo dan a todo el mundo, eso no está en discusión, el aval es lo de menos,  como diría un senador citado frecuentemente en este medio de comunicación; el problema es que la persona gane, cuando le toca enfrentarse en las calles, a políticos que compran votos a $100.000 y a $150.000, a políticos que pusieron al sobrino, a nieto, a la esposa, a la tía, a la mamá y mejor dicho los niños cuando nacen los coches tienen placa pero de carro oficial.

Lamentamos este suceso ojalá el país,  no se arrepienta y queremos dejar claro de nuevo que no es que apoyamos integralmente la reforma política de Petro, pero sí apoyamos la necesidad de una reforma que no se puede seguir aplazando y que debe construirse desde la ciudadanía, no desde el congreso de la república.

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