Necoclí vive un histórico hacinamiento de migrantes haitianos

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En los últimos días, Necoclí, municipio en el Urabá, enfrenta una grave crisis sanitaria debido a la permanencia de más de 8.000 migrantes provenientes, en su mayoría, de Haití, quienes buscan llegar a Panamá para después cruzar a Estados Unidos.


Por: Redacción 360 Radio

El represamiento de los migrantes extranjeros es consecuencia de las fallas logísticas de la empresa que se encarga del transporte marítimo, explicó Césa Zúñiga, director de gestión del riesgo en Necoclí.

“Ellos en el día transportan a 700 personas, pero en las noches nos llegan en promedio 1.300 personas más que se van acumulando”, dijo el funcionario.

La situación ya completa dos semanas y los migrantes rebasaron la capacidad hotelera del municipio, al punto que muchos se están hospedando en casas de familias y carpas, mientras que otros esperan en las playas un cupo para poder salir en las lanchas.

La administración local señaló que podría haber un incremento en los contagios de COVID-19 ante la avalancha de personas, lo que ha complejizado el cumplimiento de los protocolos de bioseguridad y la negativa de muchos migrantes de realizarse las pruebas, ante el miedo de resultar positivos y no poder zarpar.

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El alcalde de Necoclí, Jorge Tobón Castro, hizo un llamado a la Cancillería y Migración Colombia por la grave situación, ante el desabastecimiento y el colapso en el sistema de acueducto y alcantarillado.

Recientemente han circulado en redes sociales fotos y videos que dan cuenta de la situación, denotando un fracaso en las políticas migratorias que Colombia ha impuesto para evitar la migración ilegal.

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Miles de ciudadanos provenientes de diferentes países del mundo llegan hasta Necoclí para cruzar la selva del Chocó y llegar a Panamá, con el único objetivo de solicitar acilo en EE. UU., pero exponiéndose a los riesgos ante el aumento de crímenes como la trata de persona, el tráfico de migrantes, explotación, abuso, e incluso, la muerte.

De acuerdo con cifras extraoficiales, más de 17.000 personas han cruzado las selvas del Darién en los primeros meses del año, pese a las restricciones por la pandemia. En este tránsito la mayoría de ciudadanos provienen de Haití, Cuba, Venezuela, África, y en menor medida, asiáticos.

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