No caer en la trampa de Maduro

Compartir

El Presidente de Venezuela Nicolás Maduro tiene una bomba de tiempo a punto de estallar en su país. No tiene como alargar más una espera en medio de la crisis que vive este país, donde tarde que temprano los civiles se levantaran y dirán ¡No más!.

Un marco de inflación récord, precario crecimiento y sequía de dólares, mientras los asesores económicos de Maduro siguen bloqueados por los choques entre pragmáticos e ideologizados ortodoxos.

El estado de excepción busca desviar la atención del fracaso de Nicolás Maduro, desde el aspecto económico el panorama no puede ser mas desolador, la baja en su pronóstico de caída del PIB en 2015, pasando de 5,5 a 8%. También modificó su previsión inflacionaria, subiéndola de 124 a 140%. Para finales de diciembre podría trepar al 200 por ciento.

Parece que la tradición de los Presidentes Venezolanos es emprenderla contra Colombia cada vez que interiormente tienen un problema, tratando de confundir al país y llevarlo a una extrema polarización donde hagan creer que los causantes de todos los problemas son agentes externos que tienen campañas en contra del pueblo venezolano, como rezan sus trilladas frases.

A Colombia y su gobierno no le queda de otra que seguir por el camino diplomático, del dialogo y la seriedad.  Hacen mucho daño los que piden guerras y abordar este tema con alto grado de beligerancia, desconociendo las realidades y las formas del escenario.

Si hoy existe un problema en la frontera lo correcto era una reunión previa entre los dos gobiernos, donde se generaran estrategias coordinadas para revisar ciudadanos ilegales de lado y lago, hacer las respectivas deportaciones decentemente y a través de  las vías diplomáticas, que funcionan perfectamente si se saben utilizar.

Le puede interesar:  Iván Mordisco no dice nada nuevo

Ya el truco es conocido, las mañas están pasadas y no se puede jugar en ese campo que Maduro quiere. Colombia tiene que hacerse respetar, exigir claridad y comunicaciones efectivas, sin dilación o ambivalencia. No hay que ser un experto para llegar a la conclusión de que una señora de 80 años o un niño de 10 no es paramilitar, tal como lo quiere hacer creer el gobierno de Venezuela.

A los ciudadanos en Colombia un poco de serenidad, sin perder la vehemencia y el patriotismo. Los que quieren aprovechar este lamentable episodio para hacer política están muy equivocados. Es momento de unidad, fuerza y sobretodo solidaridad.

Última hora

Le puede interesar

[mc4wp_form id=”74432″]