POR: ROY BARRERAS
Y en estas breves líneas, vale la pena aclarar a los compatriotas de qué se trata su voto. Y no me dirijo solamente a aquellos que como nosotros están totalmente convencidos del Sí a la Paz, sino en especial a miles y miles de colombianos que tienen dudas razonables, preguntas e inquietudes. A muchos que incluso han sido víctimas del miedo, que les han sembrado dudas inexistentes y que les han dicho cosas absurdas como que vamos a entregarle el país a las Farc o que se va a acabar la propiedad privada o que va a gobernar Maduro. Nada de eso es cierto. Lo único que ocurrirá es que se podrá parar esta absurda guerra de más de 52 años.
El voto del 2 de octubre, es un voto histórico y muy bello. No será un voto por un candidato, ni por un partido, no es un voto en favor ni en contra de las Farc, ni de Uribe, ni de Santos. Es un voto por Colombia para darle la oportunidad al país de quitarse de encima el pesado lastre de la guerra guerrillera que ha causado 250 mil muertos, 8 millones de víctimas, 27 billones de pesos al año en bombas y metralla y ha condenado al país de muchas maneras al atraso y al abandono. Y a medio país rural que por cuenta del conflicto no ha recibido los beneficios del Estado.
La guerra guerrillera ha sido también una disculpa para poder resolver las causas de la inequidad y de la miseria. Acabar con la guerra guerrillera y construir una sociedad más incluyente donde quepamos todos es una oportunidad para construir la paz para todos los colombianos. Pero el voto es aún más simple. Las Farc, como es natural, no van a concentrarse y no van a dejar las armas si los colombianos les dicen que no. Eso es apenas obvio. De suerte que su voto del 2 de octubre es un voto que desarma a las Farc para que hagan tránsito a la legalidad y quienes votan no, pues lo que están decidiendo es que las Farc sigan armadas. Ni más ni menos.
El voto del 2 de octubre para una guerra, salva vidas, evita nuevas víctimas y le abre a Colombia una gran oportunidad para el futuro. Cada uno de los colombianos tiene esa oportunidad en su mano.
Además no es cierto que se puedan renegociar los acuerdos. Quizá dentro de 10 años, en otro gobierno y después de otros 20 mil muertos. Pero tenemos la paz aquí, a la vuelta de la esquina, en la mano de cada colombiano.
Quienes durante muchos años le apostaron a la salida militar como único camino, lo hicieron de buena fe, querían aliviar del dolor de la guerra a Colombia por ese camino; se le ofreció toda esa opción, se le dieron todas las oportunidades. No se pudo. No era ese el camino.
Colombia le está demostrando al mundo que el camino del diálogo y la palabra es capaz de parar una guerra. Esta es la única paz que se está firmado en el mundo. Por eso la apoyan todos, la respalda el Papa Francisco, el presidente Barack Obama, la Comunidad Europea, toda América Latina. Es necesario que los colombianos, aún los que tienen dudas, le den una oportunidad a la paz. Le den la oportunidad de ensayar cómo será este país sin la guerrilla de las Farc y ojalá sin la guerrilla del ELN.
Yo confió, por supuesto, que una vez que los colombianos den en forma masiva su voto por el Sí, esa guerrilla supérstite también comprenda que no puede dejar pasar la oportunidad histórica de no seguir destruyendo, sino al contrario, de sumarse a la construcción del nuevo país de la Paz.