El caso de la «modelo» Colombiana Juliana Lopez es todo un ejemplo de la bipolaridad que se maneja en Colombia, más cuando se trata de temas como la justicia, donde curiosa e irónicamente la mayoría de los Colombianos creen que en el país no hay justicia y que se debe reformar para castigar al que comete un delito, hoy una serie de personas piden impunidad en un caso de tráfico de drogas donde están involucrados dos Colombiano.
Por delante de Juliana Lopez hay cerca de 112 Colombianos en China esperando que les definan su situación, casos en los que la mayoría recibirán una condena, que puede ir desde cadena perpetua hasta pena de muerte.
Seamos claros, en los siguientes puntos dejamos en claro por que nuestra posición sobre este caso:
1. A China no se viaja a comprar «gafitas», «bolsitos» y «correitas». Un Colombiano medianamente estudiado sabe que de China se traen son container que traen cientos o miles de cosas.
2. ¿Por qué mentir con el destino del viaje?
3. Se volvió normal esos viajes de varias «modelos» al exterior cada 8 días a «tomarse fotos» para calendarios o publicidad que nunca se publican.
4. Si contra algo ha luchado Colombia en los últimos años es por acabar no solo el narcotrafico, sino todo ese oscuro lastre que trae a la sociedad ese estereotipo traquetudo, que tanto daño le hace a la sociedad
5. Hoy, el mensaje que se le da al Colombiano es; «vaya viaje con droga, que si lo cogen después nosotros le ayudamos». ¿Qué clase de «enseñanza» es esa?
En la vida siempre habrán dos caminos, uno del bien y otro del mal. Cada persona toma el camino que la parezca, asumiendo sus consecuencias y esperando alcanzar sus metas. Lo que no se vale, es que después de tomar el camino de la ilegalidad, desde el lado de los buenos se tienda un atajo para que hagamos «borrón y cuenta nueva» como si nada.
Colombia debe respetar el sistema judicial Chino, ni mas faltaba que deje de pedir un buen trato y condiciones mínimas de calidad de vida, pero no puede tratar de cuestionar o inferir en las decisiones que se tomen allí.
Hoy cuando Colombia está tratando de quitar obstáculos para que sus ciudadanos se muevan libres por el mundo, cuando queremos entrar al club de la «OCDE» y estamos aspirando a firmar una paz para que lo que vale $1 hoy, termine valiendo $2, no se puede dar el lujo de ser cómplice de una persona que viola la ley.