Nuestro editorial para hoy miércoles 3 de agosto quisiera llamar la atención sobre todo lo que se está viendo en medio de una elección del nuevo contralor de la República. Es absolutamente que ahora que llega el nuevo gobierno en cabeza de Gustavo Petro, quien se la pasó denunciando lo malo que era para la democracia tener contralores y fiscales de bolsillo porque así mismo lo tildaban ellos, ahora se estén haciendo toda clase de marañas para que el contralo que reemplace a Carlos Felipe Córdoba sea de los afectos del nuevo gobierno.
Todos están viendo expectantes, pero nadie dice nada a excepción de los sindicatos de la Contraloría, que le han pedido al presidente Petro no interferir en ese proceso de elección y le han pedido que revise sus discursos y sus pronunciamientos no solo de él sino de todo el equipo que le acompaña, quienes han sido suficientemente críticos como para ahora cometer semejante acto de incoherencia tratando de hacer lo mismo que tanto han criticado, denunciado y expuesto como negativo en el pasado.
El contralor que Gustavo Petro quisiera dejar se llama Julio César Cárdenas y así incluso lo ha denunciado un sector de la izquierda que está en el Congreso: el movimiento Dignidad liderado por Jorge Enrique Robledo y quien hoy tiene en el Congreso a Jennifer Pedraza la autora de la denuncia.
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Es increíble que el interés verdadero sea relacionado con la burocracia, el clientelismo, el manejo de contratos, colocar a las esposas o novias de congresistas como alcaldes, gobernadores e incluso organizar esquemas de corrupción para, desde la Contraloría, extorsionar a funcionarios públicos por cuenta de investigaciones es abominable, se está cocinando una batalla campal que los medios de comunicación que siempre criticaban eso ahora están callados; no hay reportes de ciertos periodistas, no hay investigaciones profundas de los ganadores de los premios de periodismo, no hay ninguna columna, toda la prensa está en silencio, la que le cuestionaba a Duque cualquier movimiento en el que pudiese influenciar el nombramiento de una persona cercana.
Se están peleando ante los ojos de todos los colombianos por una torta de 15 pisos que tiene el despacho del contralor, los vicecontralores, las unidades de apoyo, las gerencias nacionales, las contralorías delegadas generales, las contralorías delegadas sectoriales, las gerencias departamentales colegiadas; son más de cinco mil cargos los que la Contraloría maneja en todo el país.
Lo mejor que podría hacer el nuevo gobierno y todo su séquito de colaboradores sería apartarse del proceso, no acudir a más marañas como las mismas que ellos denunciaban, para incluir nombres que ya no están en la lista. Si es el gobierno del cambio, si es el gobierno de las buenas prácticas, deberían empezar con el ejemplo.