Colombia debe vacunarse contra el peligro de la autocomplacencia. Como es bien sabido el petróleo y el carbón están expuestos a ciclos de precios altos y bajos. Cuando los precios bajan y se afectan la economía y las finanzas públicas hay consenso en la necesidad de diversificar la economía y las exportaciones, pero cuando repuntan ello deja de ser prioritario.
Por: Amylkar Acosta
Colombia, por ser exportador, es uno de los países beneficiados con este nuevo boom de los precios del petróleo y el carbón, ahora que están en la cresta de la ola, el petróleo superando la barrera psicológica de US $100 el barril y el carbón rozando los US $200 la tonelada.
En primer lugar, con el aumento de los precios del crudo (52.25% en los últimos 12 meses) aumenta el volumen de las reservas probadas (si con precio de US $65 el barril se cuantificaban en 2.006 millones de barriles en 2020, con la cotización actual, por encima de US $90 de US $89.64 alcanzan los 2.777 millones, aproximadamente) y debería aumentar la producción, porque campos que estaban inactivos por bajos precios se van incorporando a la producción a la par con el alza de precios.
No obstante, la producción ha venido cayendo, desde 865.000 barriles/día en 2019 a 781.532 en 2020 y 736.356 barriles/día en 2021, la más baja desde 2009, acumulando una caída con respecto al año anterior de un 5.7%. El Ministerio de Minas y Energía, pensando con el deseo, aspira y espera a que, en respuesta a esta coyuntura de precios al alza, el promedio de producción para este año sea de 800.000 barriles/día.
Ahora bien, en 2021 la proyección de precio del Ministerio de Hacienda fue de US $63 el barril y el promedio de la cotización fue de US $71. Ello, junto con la devaluación, de 16% en 2021, le representó a la Nación ingresos adicionales, no previstos, entre $8 y $8.5 billones, lo cual contribuyó a reducir el déficit fiscal, pasando de 7.8% en 2020 a 7.1% en 2021. Y se proyecta que para el 2022, con la previsión de un precio de US $70 el barril, una vez más se reduzca el déficit fiscal hasta alcanzar la meta del 6.2%.
DEL MISMO AUTOR: En la cresta de la ola
Es de advertir que los ingresos de la Nación por concepto de la renta petrolera (impuesto a la renta + dividendos) representan entre el 12% y el 15% de sus ingresos corrientes. Finalmente, digamos que por cada 10.000 barriles/día adicionales que se exporten tendríamos $301.000 millones de mayores ingresos. Por cada dólar que sube el precio del crudo, si lo proyectamos al año completo le significan mayores ingresos del orden de los $424.000 millones. Por último, cada US $10 de aumento del precio le da un impulso al crecimiento del PIB de 0.4 punto porcentual.
Colombia debe vacunarse contra el peligro de la autocomplacencia. Como es bien sabido el petróleo y el carbón están expuestos a ciclos de precios altos y bajos. Cuando los precios bajan y se afectan la economía y las finanzas públicas hay consenso en la necesidad de diversificar la economía y las exportaciones, pero cuando repuntan ello deja de ser prioritario. Nos cuesta salir de nuestra zona de confort. Por ello, queremos llamar la atención sobre el particular, para no dejarnos obnubilar por la escalada alcista de los precios, que pueden inducir a abandonar la agenda de la Transformación productiva y la Transición energética.