Pensar que en el largo plazo todos estaremos muertos, mata el largo plazo

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En Colombia, las obras públicas sufren de un exceso de planeación sin ejecución, que contrasta con una ausencia de cumplimiento de obras de largo aliento y pensadas para el largo plazo…


Por: Maximiliano Valderrama Espinosa

Hay ciertas obras de infraestructura de la humanidad que, inamovibles ante el pasar de los años, nos asombran y nos llevan a pensar sobre cómo fueron construidas.

Por ejemplo, las pirámides de Egipto, la Gran Muralla China, las ruinas de Chichén Itzá y Teotihuacán, los acueductos romanos que los podemos observar en distintas ciudades del mundo y los cohetes, necesarios para la llegada del hombre a la luna, son obras que nos remiten a la grandeza de la humanidad y a lo que hoy en día, parece imposible.

Contrario a esto, en Colombia, las obras públicas sufren de un exceso de planeación sin ejecución, que contrasta con una ausencia de cumplimiento de obras de largo aliento y pensadas para el largo plazo.

Las construcciones de otrora tienen características únicas de grandeza y de magnificencia que, al poderlas conocer, disfrutar y estudiar, lo dejan a uno prácticamente sin palabras, máxime cuando las condiciones de vida durante cada una de las épocas en las que fueron creadas, revestían de mayor complejidad que las actuales.

A esto se suma que los avances tecnológicos que se tenían en ese entonces a disposición eran ínfimos, en comparación con los que tenemos al día de hoy.

Las obras de infraestructura física construidas por el hombre y que incluso hacen parte de la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO[1], han sido edificadas en su mayoría para ensalzar al gobernante de turno o para quedar bien con las deidades, que al parecer regían las vidas de los mismos.

Deidades que hoy en día, más que aquel dios del sol Ra[2], pareciera que fueran el dios del Ceveyé[3] y el santísimo ego, para que así muchos de quienes ostentan cargos de poder, queden bien con los contratistas, quienes en ocasiones son una especie de financiadores de campañas pasadas y/o futuras.

Para algunos servidores públicos, lo importante es la financiación de sus casas de miles de millones de pesos cerca de la vía Las Palmas o ser siempre recordados por sus obras, sin importar que en muchos casos tienen que estas que padecer falencias de planeación, su ejecución o entrega “a como dé lugar”, para poder inaugurarlas antes de que lleguen, o los reyes de España[4], o culmine su período de gobierno.

En cuanto al exceso de planeación, es claro estamos llenos de estudios sobre los estudios, arrumados en los anaqueles de las entidades que tienen bajo su responsabilidad diseñar nuestro futuro como ciudad, departamento o país.

Estudios que juiciosamente se actualizan por parte de los gobiernos de turno, y que sirven en la mayoría de los casos, para satisfacer las necesidades presupuestales de aquellos centros académicos o de fundaciones “promotoras de desarrollo” quienes, por no pelear con la cuchara, terminan asintiendo sus cabezas ante lo mismo de siempre:

Una socialización de los “alcances” que combina esa parafernalia que incluye un grupo selecto de personalidades, quienes con bombos y platillos, hacen entrega de unos resultados, unas memorias, un libro impecable; acompañados, eso sí, de suculentos refrigerios para los asistentes, quienes verán en algún medio de comunicación la trascendental importancia, de un evento más.

Pero más preocupante que el panorama anterior, es esa ausencia de ejecución de “obras de largo aliento para el largo plazo”.

Actualmente tenemos en Colombia, a nivel país, región y municipios capitales, un interesante número de obras que, sin ganas de aguar la fiesta, se debieron construir hace varios años.

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Las carreteras de doble calzada, la modernización de los aeropuertos y el sistema metro de la capital del país, son proyectos que si bien pueden parecernos fantásticos bajo la premisa “en tierra de ciegos el tuerto es Rey”, son un no tan lánguido reflejo de que el único largo aliento que tiene la contratación pública, es el de las prórrogas y las adiciones.

No yéndonos muy lejos, el Túnel de la Línea, es una obra cuya importancia estratégica para el país se determinó hace más de un siglo y que hoy, más de 10 años después de haberla iniciado con una supuesta determinación, ha requerido una inversión que ronda los 3 billones de pesos que equivale a 4.5 veces más que el presupuesto inicial aprobado.

Y ni hablar de su inauguración, inicialmente se esperaba para mediados de 2013, pero sí ahora nos deja el Covid-19, se estima sería en septiembre de este año.

Pero esto no se trata de ser pesimista, consiste en exigir a los dirigentes sensatez y eficiencia, donde ahora con sus espejitos y por cuenta de claros intereses “políticos” hemos visto como, además de andar abusando de la ignorancia de muchos de sus electores, postergan proyectos que en otros lugares del mundo han sido priorizados.

Me refiero a los sistemas metropolitanos de transporte masivo, que tienen más de 150 años: el metro de Londres que hoy cuenta con más de 400 kilómetros de longitud, inauguró sus primeros 6 kilómetros en 1863 y en 1890 estableció la primera línea totalmente eléctrica, marcando el inicio de los sistemas metros modernos.

Acá en Colombia, cuando no son los políticos los que son inferiores a la dignidad de sus cargos, son sus seguidores, los ciudadanos, quienes entran a cuestionar todo lo que no les “sirve”, como si hicieran parte de unas barras bravas de rabiosos trogloditas.

Uno de los proyectos víctima de esta arremetida grupal, es: Hidroituango. Una obra que pese a las dificultades que ha tenido que afrontar, producto de algunas malas decisiones administrativas, por cuenta de politiqueros y uno que otro funcionario de EPM ya jubilado, fue atacado sin argumentos ciertos por sus mayores detractores y se vio inmiscuido en rifirrafes de aquellos que querían mantener el proyecto engavetado vs. los que querían hacerlo.

Este megaproyecto paisa, que se planeó a mediados de la década de los setenta, contó con sus primeros estudios de factibilidad en el año 1983, pero tuvo que luchar en contra de aquellos que ven en las obras públicas la manera de escurrir el erario con ayudas y subvenciones, donde las narrativas que usan se soportan en temas que calan en lo más profundo de quienes se dejan timar por personas que fungen como protectores de la pacha-mama o de los más humildes. ¡Ah, y el fantasma del apagón rondándonos en el 2020!

¿Qué tal que en Antioquia se hubiera cedido ante los intereses politiqueros que arremetieron en contra el Túnel de Oriente, que hoy conecta a Medellín con el Valle de San Nicolás?

Hubiera sido sin lugar a duda un retroceso de magnitud similar a lo que sucedió ese octubre 6 de 1990[5], cuando por cuenta de un Concejo municipal falto de pantalones y con miedo a tomar decisiones impopulares pero necesarias, sometió a consulta popular el Plan de Infraestructura Vial conocido como las obras 500, 502 y 503 para la Medellín de hace 20 años y que hoy, 30 años después, llega por obvias razones tarde.

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A mi modo de ver, hay una historia ejemplo de lo que debe ser la gestión pública: poco más del 40% del agua potable que se toma hoy, en 2020 en Nueva York, proviene de una zona localizada a más de 150 kilómetros de la norte de la ciudad, la Reserva de Ashokan, que forma parte del sistema de acueducto Catskill[6] y este a su vez del sistema de acueducto de la ciudad.

Esta obra se empezó a desarrollar con la promulgación de los decretos de ley, por parte de la administración de la ciudad en 1905, y su construcción a partir de 1907.

En 1915 entró en servicio, abasteciendo inicialmente el Bronx y dos años después, llevando agua potable a todos los 5 municipios que hacen parte del área metropolitana de Nueva York.

Importante destacar que esta obra pública tuvo que ser intervenida en 2013, para mejorar y ajustar filtraciones causadas por el tiempo y no por errores en los diseños que son el pan de cada día en Colombia como ocurrió y por dar sólo un ejemplo, en el puente de Chirajara[7].

Es aquí donde debemos ser conscientes de la responsabilidad de los ciudadanos de exigir y tener la capacidad para procesar más información, de no dejarse meter en el juego de aquellos, para quienes el largo plazo no les preocupa, porque como decía el economista John Maynard Keynes, en el largo plazo todos estaremos muertos.

Es hora de realmente trascender como sociedad y evolucionar. Pensar y ejecutar para que el largo plazo nos permitirá cerrar brechas de inequidad, mejorar la calidad de vida de todos y ser ciudadanos de un futuro que se está por escribir.

No dejemos que la premura de políticos preocupados por cortar cintas y poner placas, y en muchos casos llenar sus bolsillos y aspiraciones políticas, nos mate las ejecuciones de largo plazo.

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[1] La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) busca alentar la identificación, protección y preservación del patrimonio cultural y natural en todo el mundo, considerado de gran valor para la humanidad. Esto se plasma en un tratado internacional llamado Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural, adoptado por la UNESCO en 1972. Fuente: http://whc.unesco.org/en/about/

[2] Sol dios del antiguo Egipto y dios principal del panteón de Heliópolis. El término r ‘(pronunciado rā’ o rē ‘) era la palabra egipcia para el sol. Una gran parte de la religión egipcia estaba relacionada con la adoración del sol, que era la principal fuente de existencia. Fuente: The Burden of Egypt: An Interpretation of Ancient Egyptian Culture (Chicago 1951; pa. The Culture of Ancient Egypt 1956)

[3] Nota del Autor: El Ceveyé hace referencia a una expresión generalizada en Colombia, con la que se hace referencia a la manera en la que funcionarios o empleados de una entidad o empresa privada, exigen algo en un proceso de contratación, a cambio de la facilitar la adjudicación del mismo.

[4] Nota del Autor: se hace referencia al Parque Biblioteca España de la ciudad de Medellín, que al parecer tuvo unos errores en su construcción debido a la premura de entrega, para su inauguración, ante la visita de los Reyes Católicos de España. Esta obra tuvo que ser prácticamente demolida, con sobrecostos que superan el valor inicial de la misma.

[5] Fuente: Archivo periódico El Colombiano.

[6] http://www.catskillarchive.com/aqueduct/index.htm

[7] https://www.minuto30.com/nacional/gobierno-anuncia-multas-contra-coviandes-luego-de-conocerse-el-motivo-por-el-que-colapso-el-puente-chirajara/614078/

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