El PIB de Colombia volvió a tomar aire en el tercer trimestre de 2025, al registrar un crecimiento anual preliminar del 3,6%, según cifras del DANE. El dato, que supera el desempeño del mismo periodo del año pasado, confirma que la economía está reaccionando en medio de un entorno de inflación más controlada, tasas moderadamente altas y una demanda interna que empieza a recomponerse.
¿Qué explica el crecimiento del PIB de Colombia en este trimestre?
El repunte del PIB de Colombia se sostiene, sobre todo, en el consumo. El gasto final creció 5,7%, siendo uno de los motores centrales de la economía. El consumo de los hogares avanzó 4,2%, reflejando una mejora lenta pero constante en la confianza y en la capacidad de compra.
Las actividades relacionadas con administración pública, educación y salud crecieron 8%, aportando 1,3 puntos porcentuales al PIB. El comercio, el transporte y la hotelería avanzaron 5,6%, una señal clara de que el país sigue recuperando dinamismo en sus actividades más intensivas en empleo.
La industria también aportó: creció 4,1%, impulsada por alimentos, bebidas, textiles y químicos, mientras que sectores como el calzado y confecciones presentaron aumentos cercanos al 9%.
Sin embargo, no todo fue positivo. La construcción volvió a caer (-1,5%), arrastrada por la contracción del 8,3% en edificaciones. Este sector, uno de los más sensibles a las tasas de interés, continúa sin recuperarse. También preocupa la caída del 5,7% en explotación de minas y canteras, especialmente por la reducción en petróleo, gas y minerales metálicos. Estos sectores seguirán siendo un lastre para el PIB de Colombia mientras no haya rebote en inversión y precios internacionales.
Un PIB de Colombia que crece, pero con señales mixtas en la inversión
Aunque el escenario general para el PIB de Colombia es positivo, la formación bruta de capital apenas creció 2,2%. La inversión en maquinaria y equipo sigue contenida, y la construcción privada continúa debilitada. La economía está creciendo, pero todavía sin la fuerza suficiente en inversión productiva para garantizar un ciclo estable a mediano plazo.
Las exportaciones avanzaron 2,2%, pero las importaciones crecieron 10%, reflejando una mayor demanda interna y, al mismo tiempo, una presión creciente sobre la balanza comercial.
A precios corrientes, el PIB de Colombia creció 9,3%, un crecimiento más alineado con una economía que empieza a sacudirse de la desaceleración, aunque sin llegar todavía a un punto de expansión robusta.
El país cierra el tercer trimestre con señales de recuperación, pero también con un reto claro: fortalecer la inversión, estabilizar sectores rezagados como la construcción y mejorar la productividad para que el crecimiento del PIB de Colombia sea sostenible y no dependa únicamente del impulso del consumo.
