¿Por qué Colombia le estaba comprando pollo a Brasil?

Colombia enfrenta riesgos en su seguridad alimentaria por el brote de gripe aviar en Brasil, principal proveedor externo en la importación de carne de pollo.

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En los últimos meses, Brasil se consolidó como uno de los principales proveedores de carne de pollo para varios países del mundo, incluida Colombia. Esta relación comercial, que parecía estable, comenzó a tambalearse con fuerza tras la confirmación de un brote de gripe aviar en una granja comercial ubicada en el estado de Río Grande do Sul, al sur del país.

El hallazgo encendió las alarmas sanitarias y comerciales en el continente y derivó en una ola de restricciones que alcanzó a más de 21 países o bloques económicos.

Colombia, que había aumentado sus compras de pollo brasileño en los últimos años, también se vio obligada a revisar sus canales de importación.

Pero ¿por qué el país sudamericano optó por abastecerse de pollo brasileño en primer lugar? ¿Y qué implicaciones tiene esta situación para la seguridad alimentaria y la industria avícola nacional?

Un proveedor estratégico para el mundo… y para Colombia: Brasil no solo es el mayor productor de carne de pollo del mundo, sino también el principal exportador. Solo en 2024, el país exportó más de 5 millones de toneladas de productos avícolas, de acuerdo con cifras del Ministerio de Agricultura de Brasil.

Su producción, altamente tecnificada y distribuida a lo largo de diversos estados, ha convertido al país en una pieza clave del abastecimiento global, especialmente para naciones que enfrentan dificultades en su cadena de producción interna o buscan controlar los precios internos.

Colombia, por su parte, ha visto en Brasil un proveedor confiable ante el aumento del consumo interno y las presiones inflacionarias sobre los alimentos.

El pollo, como fuente principal de proteína animal en el país, ha mantenido una alta demanda, y recurrir al producto brasileño se convirtió en una solución viable para mantener la estabilidad en los precios y el abastecimiento.

Además, los tratados comerciales y las políticas de apertura han permitido que las importaciones avícolas se desarrollen con relativa facilidad, facilitando la llegada del producto brasileño a mercados como el colombiano, donde la demanda supera, en ocasiones, la capacidad de producción local.

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El brote que sacudió la industria avícola: La detección de un caso de influenza aviar de alta patogenicidad (IAAP) en una granja de Montenegro, municipio de Río Grande do Sul, marcó un punto de quiebre en la tendencia positiva que había tenido el sector avícola brasileño.

Aunque la enfermedad fue localizada y contenida en una región específica, su aparición fue suficiente para provocar un efecto dominó a nivel internacional.

China, el mayor comprador de pollo brasileño, fue uno de los primeros en suspender las importaciones de todo el país. En 2024, había adquirido 562.200 toneladas de carne de ave brasileña, equivalente al 10,5 % del total exportado.

A la decisión china se sumaron otras potencias y mercados emergentes: la Unión Europea, México, Corea del Sur, Sudáfrica, Chile, Perú, Canadá, entre otros, totalizando más de 21 países o bloques económicos que optaron por el veto total.

En paralelo, otras naciones, entre ellas Reino Unido, Cuba y Ucrania, decidieron restringir únicamente el producto proveniente del estado afectado, Río Grande do Sul, responsable del 15 % de la producción nacional.

Incluso países como Japón y Arabia Saudí limitaron la restricción únicamente al municipio de Montenegro, adoptando el principio de regionalización promovido por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA).

Impacto del brote de gripe aviar en Brasil sobre el mercado de pollo en Colombia

Impacto del brote de gripe aviar en Brasil sobre el mercado de pollo en Colombia

Si bien Colombia no ha confirmado un veto oficial total ni parcial al pollo brasileño, las autoridades sanitarias han activado protocolos de vigilancia para asegurar que las importaciones cumplan con los estándares fitosanitarios.

El Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) y el Ministerio de Agricultura han insistido en la importancia de evitar la propagación del virus al territorio nacional, al tiempo que evalúan alternativas de abastecimiento interno y de otros países.

La situación ha puesto en evidencia la vulnerabilidad del sistema alimentario colombiano frente a crisis externas. La dependencia parcial del pollo brasileño revela que, aunque la producción nacional ha crecido, aún existen cuellos de botella que impiden responder con total autonomía a la demanda interna.

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Además, el brote en Brasil llega en un momento sensible para la región de Río Grande do Sul, recientemente afectada por lluvias intensas e inundaciones que complicaron aún más la logística de distribución y producción.

Por qué es importante: La coyuntura actual obliga a Colombia a repensar su estrategia de seguridad alimentaria. La diversificación de proveedores, la inversión en la industria local y la vigilancia sanitaria son claves para prevenir una crisis mayor.

Si bien hasta ahora no se ha presentado escasez, un cierre prolongado del mercado brasileño podría afectar los precios del pollo en el país, especialmente en ciudades con mayor consumo.

Detalles

  • Brasil exportó más de 5 millones de toneladas de pollo en 2024.
  • Río Grande do Sul, foco del brote, produce el 15 % del pollo brasileño.
  • China representa más del 10 % de las exportaciones de pollo brasileño.
  • Colombia ha aumentado sus importaciones para controlar el precio interno de la carne de ave.

Contexto: La influenza aviar es una enfermedad altamente contagiosa que afecta a las aves, y en algunas variantes puede contagiar a humanos.

Aunque Brasil había logrado evitar brotes graves en granjas comerciales hasta ahora, este caso obliga al país a reforzar su sistema de control sanitario y renegociar con socios clave como China, que todavía no acepta el principio de regionalización.

Panorama general: La situación de Brasil plantea una advertencia para toda América Latina: la interdependencia en el comercio alimentario requiere protocolos sanitarios robustos y planes de contingencia sólidos.

En el caso colombiano, la prioridad será mantener la estabilidad de precios y evitar impactos negativos sobre el bolsillo de los consumidores, sin descuidar la sanidad animal ni la competitividad de su sector avícola.

La crisis también abre la puerta a un debate necesario sobre la soberanía alimentaria y la importancia de fortalecer la industria avícola nacional para que, en futuros episodios, el país tenga una mayor capacidad de respuesta y menor dependencia del mercado internacional.

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