EDITORIAL
En tiempos en los que el gobierno de Iván Duque habla de tener un gran hueco fiscal y que pretende llenar con la popular Ley de Financiamiento, no se entiende por qué aún se siguen excluyendo a dos sectores que no tienen por qué seguir omitiéndose más y que de alguna manera, han ayudado a fomentar problemas de salud de pública en Colombia.
El Gobierno nacional a través de muchos años se ha visto temeroso para gravar sectores que toda la vida han debido pagar impuestos, pero que por varias razones, incluyendo el lobby político y el financiamiento de las campañas, han tenido algunas gabelas para no ver afectadas sus producciones.
Es claro que los principales productores y empresarios del sector de las motocicletas han financiado al nuevo Gobierno, especialmente a la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez. Más exactamente hacemos referencia a los empresarios Manuel Santiago Mejía, cabeza de uno de los grupos empresariales más importantes de Antioquia, Colombiana de Comercio S.A. – Corbeta, la cual abarca la ensambladora de las motos AKT y TVS, y de Carlos Vásquez, presidente de Auteco, empresa a la que pertenecen marcas como Bajaj, Kymco, Boxer, Pulsar, Discover, etc.
Al otro lado están los del sector de la caña, quienes manifestaron sentirse atacados por el Gobierno anterior, especialmente cuando se intentó gravar con impuestos las bebidas azucaradas, propuesta que se basó en estudios y el respaldo de la OMS, y del Ministerio de Salud. En su momento, cuando Guillermo Botero era presidente de Fenalco, se opuso tajantemente a que estas bebidas fueran gravadas con IVA. Asimismo, empresas afines a este sector por ser del mismo holding de inversiones que tienen medios de comunicación, también salieron a atacar la medida y lograron que la administración de Juan Manuel Santos la desmontara.
En tiempos en los que el gobierno de Iván Duque habla de tener un gran hueco fiscal y que pretende llenar con la popular Ley de Financiamiento, no se entiende por qué aún se siguen excluyendo a dos sectores que no tienen por qué seguir omitiéndose más. En primer lugar, las motos tienen que empezar a pagar peajes en todas las vías del país, y en segundo lugar, todas las motos sin excepción alguna, tienen que pagar IVA al momento de ser vendidas; no un IVA menor al 19%, sino igual o mayor. Asimismo, estas deben pagar tarifas de rodamiento en los departamentos en las que circulan.
No se puede seguir justificando lo injustificable. Es necesario que el SOAT a este tipo de vehículos se incremente, pues ese sistema está colapsado por la alta accidentalidad que han tenido las motocicletas. En cuanto al asunto de las bebidas azucaradas, es necesario, así como se van a grabar todos los productos de la canasta básica familiar, que estas también paguen una sobretasa, sobre todo, si tenemos en cuenta que la diabetes es una enfermedad que está en aumento en Colombia y que en la actualidad afecta a 1.500.000 colombianos, representando más gastos para el Estado.
Y es que el actual Gobierno debe seguir explorando, lastimosamente no lo hizo al comienzo del mandato, la eliminación de puestos burocráticos, de ministerios y abandonar la idea de crear tres ministerios más: el Ministerio de la Familia, el Ministerio del Deporte y el Ministerio de las Ciencias, la Tecnología y la Innovación. En este momento el país no está para esos gastos y tiene que avanzar.
Además, así como cuando el Centro Democrático fue criticó de la administración pasada por la falta de austeridad, en especial cuando Santos compró aviones privados para el Gobierno, pues que los vendan y que empiecen a salir de lo que tengan que salir. Un dicho popular dice: “Lo que no sirve que no estorbe” y es hora de salir de las participaciones en empresas de carácter privado que no dan rentabilidad, tal y como en la actualidad sucede con Telefónica.
Duque y su gobierno deben buscar cómo salir de esas inversiones que solo desangran las finanzas del país, deben dejar las inversiones en las empresas que no dan réditos, deben vender en donde tienen que vender y sobre todo, deben dejar atrás esa idea de gravar la comida de los colombianos y gravar sin miedo a distintos sectores que de alguna manera han ayudado a fomentar problemas de salud de pública en Colombia.
El país debe buscar hacerse rico con negocios rentables, con capitales e inversionistas internacionales, con las tan mencionadas Alianzas Público-Privadas, y deben dejar de querer de hacerse ricos con los impuestos que le sacan a los ciudadanos.