¿Por qué no nos ponemos de acuerdo?

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La política del balcón, de las calles, de las arengas que lastimosamente en la mayoría de ocasiones termina en violencia, tiene que desacelerarse en Colombia. Llevamos en los últimos años momentos muy álgidos como para volverlos costumbre.


EDITORIAL

Sí algo le ha faltado a Colombia, como nación, como un verdadero país republicano en dónde la democracia siempre ha sido uno de los principales baluartes, admirada por muchos países a pesar de sus fallos sistemáticos. En dónde no hemos tenido una democracia perfecta mucho menos representativa, todo lo contrario los colombianos tienen la peor percepción sobre las instituciones públicas y ese es un vínculo que cuándo goza de una delicada salud, las Naciones comienzan a debilitarse, a fallar y a imperar la anarquía, el autoritarismo, la ley de la selva, todo lo que puede estar mal.

A Colombia le ha faltado grandeza y madurez para entender, así como lo han hecho las principales naciones civilizadas, qué se tiene, es una obligación, es perentorio llegar a un acuerdo nacional sobre lo fundamental. 

Eso fundamental es: estamos o no estamos de acuerdo en que quién viole las normas, las leyes e incumpla sus deberes tiene que ser sancionado y pagar una pena. Estamos o no estamos de acuerdo en qué Colombia es una economía libre, una economía de mercado, competitiva, abierta. Estamos o no estamos de acuerdo en qué Colombia tiene que hacer todos los esfuerzos para que a través de la generación de valor y riqueza ligada netamente a la creación de empresa y empleo, pues es, la salida para las personas menos favorecidas y para sostener económicamente a un país. Estamos o no estamos de acuerdo en que necesitamos y demandamos buena infraestructura férrea, vía, fluvial, portuaria y en aeropuertos.

Estamos o no estamos de acuerdo en que la salud es un derecho fundamental que no puede ser manejada por políticos, porque eso ya falló y qué, se tiene que trabajar en un modelo que ha venido funcionando bien pero qué todavía es factible de perfeccionar. Estamos o no estamos de acuerdo en que la tecnología tiene que expandirse y profundizar se en cada uno de los más de 1.120 municipios del país.

Como los ejemplos anteriores podríamos hablar de otros más al el nivel de la alimentación, al nivel de la accesibilidad de la paridad para acceder a oportunidades públicas y todo lo anterior no tiene ideología, no tiene color político, no tiene partido, no es de izquierda o derecha no es paramilitar o guerrillero, no tiene ni siquiera religión.

Acá en Colombia llevábamos enfrascados yo no sé cuántos años, viendo a ver quién tiene la razón y eso ha matado a Colombia qué es una pelea constante por ver quién tiene la razón. Estos momentos no son fáciles y honestamente los que se avizoran tampoco parecen serlo, sino que irán a peor. Quisiéramos definir, este momento, como una explosión que no fue controlada, sino esto es una onda expansiva, sumergida bajo el agua que  está caldeando los ánimos de una nación que no se pone de acuerdo.

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Ni los bandidos se ponen de acuerdo para hacer la paz cuando tienen todas las garantías, ni quiénes salieron derrotados en las elecciones, aceptan y hacen un  acto de contrición de porque ha pasado, lo que ha pasado, ni quiénes están gobernando tienen hoy la capacidad para construir sobre lo construido. Es un escenario triste como nación porque este país ha sido muy fuerte, muy resiliente, pero no tiene las 7 vidas del gato.

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