Las emisiones generadas por 30.523 autos recorriendo el Valle de Aburrá de sur a norte, desde Caldas hasta Barbosa, son las mismas que se han dejado de generar durante el 2025 gracias al uso de EnCicla: cerca de 400 toneladas de dióxido de carbono, CO₂, equivalente.
Es conveniente precisar que el cálculo considera que cada uso de EnCicla representa un viaje que, de no existir el sistema, se habría realizado en vehículo particular. Esta conversión contempla los 2.500.000 km recorridos por los usuarios hasta la fecha.
“Cada vez que un ciudadano se mueve con EnCicla, elige aportar a un Valle de Aburrá con menos contaminación y más salud para todos. Ese es el verdadero valor del sistema: mostrar que cada decisión individual puede transformar de manera colectiva la calidad de vida en nuestra región”, dijo Mateo Molina Rodríguez, subdirector de Transporte del Área Metropolitana del Valle de Aburrá.

EnCicla, para ir a trabajar
Tanto las bicicletas convencionales como las eléctricas contribuyen a este propósito, dando a los usuarios la posibilidad de realizar viajes más sostenibles y accesibles en el territorio.
Así las cosas, como parte de la Semana de la Movilidad Sostenible, “el Área Metropolitana continúa promoviendo los desplazamientos en bicicleta a través de iniciativas como Al Trabajo en Bici, realizada el 23 de septiembre, para fomentar su uso cotidiano”.
Vale la pena recordar que las emisiones de este tipo, provienen principalmente de las siguientes fuentes contaminantes: transporte terrestre, industria y manufactura, deforestación y cambios en el uso del suelo, energía y residuos.
En cuanto al transporte terrestre, cabe precisar que es el mayor generador de dióxido de carbono, especialmente en el Valle de Aburrá. Y es que el uso de vehículos particulares, transporte de carga y buses a combustibles fósiles impacta directamente la calidad del aire.
En relación con la industria y la manufactura, es de anotar que sectores como el cemento, metalmecánica, alimentos y textiles afectan de forma significativa. Algunas zonas industriales como Itagüí, Bello, Rionegro y Medellín concentran una parte importante.
La tala de árboles para ganadería, minería y expansión urbana aumenta emisiones al reducir la captura natural de carbono. Por otro lado, si bien el departamento de Antioquia es fuerte en energía hidroeléctrica, lo que reduce emisiones, los residuos sólidos y aguas residuales también aportan dióxido de carbono y metano.
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