Indudablemente es un debate sobre la libertad económica, el papel del Estado y lo que tendría que hacer el Gobierno local en Medellín y hasta el Nacional para entender cómo garantizar que las personas locales, y no se entienda solo los paisas sino todos los colombianos, no se vean perjudicados por los fenómenos de especulación y no se siga alimentando “espirales inflacionistas”.
Editorial
Lo que se está viviendo en Medellín, y ya lo analizábamos en otro artículo, es que el proceso natural de inflación del país está aumentando por cuenta del turismo que se ha disparado en los dos últimos años; para muchos cuestionables por la forma del turismo, las características del turista y lo que vienen a buscar, mientras que para otros es indistinto si es bueno o malo, pero es un turismo que está desbordando la capacidad hotelera de la ciudad desde hace mucho tiempo y eso también se ha visto reflejado en los precios de los hoteles, que se han disparado arriba del 24%.
Todo esto ha hecho que hace 18 meses la realidad de los arriendos en Medellín, sobre todo en los sectores de Laureles y Belén, cambien drásticamente. Hemos conversado con dueños de distintas administradoras de propiedad horizontal, con constructores, gremios y la realidad no se puede ocultar más. Una gran cantidad de personas de estos barrios le están pidiendo a los inquilinos sus apartamentos para ponerlos en arriendo por un valor más alto, y ganarse entre 2.500 y 4.000 dólares en la mayoría de las viviendas. Esto sin hablar de los “súper” apartamentos que pueden dejar ganancias de 7.000 y hasta 8.000 dólares, que a la hora del cambio al peso colombiano significa un gran ingreso.
Esto ha generado que las administraciones tengan que intensificar sus controles en los lugares que no está permitido este tipo de arrendamiento. Esta es una de las razones por las cuales ha aumentado la construcción de esta clase de apartamentos en El Poblado, en los que sí se pueda arrendar con funciones parecidas a la de un hotel.
Una gran cantidad de personas ya han pedido regulación porque reportan casos impresentables. Apartamentos de 60 metros que están costando $3.500.000; cuando antes estaban en un valor de $2.500.000, apartamentos de 150 metros a $8.000.000 y las casas no están bajando de $10.000.000 el arriendo.
Portugal prohibió las nuevas plazas turísticas de esta modalidad. Cada cinco años estudiaran las licencias ya concedidas. Este país europeo tuvo esta crisis, la atendió, lanzó un paquete de medidas en las que no se permitió, por ejemplo, arrendar apartamentos para planes turísticos y todo esto se dio debido al impacto turístico que se estaba presentando en territorio portugués.
Y esto estaba perjudicando a todas las familias en Portugal, no solo a lo más pobres. La inflación cerró en el 2022 en un 8,3%, en donde los alquileres registraron una subida muy diferente a la de la inflación en los últimos 10 años. De manera que los precios solo en Lisboa se dispararon en un 36,9%. Estaba siendo más caro vivir allá que en Madrid o Barcelona. Solo superado de París y Milán. Eso en el caso de Portugal.
En otros casos, la Unión Europea acordó recopilar datos de plataformas de alquiler turístico y cruzarlas con los gremios para verificar, en donde se cumplía o no con la regla de los pisos turísticos ilegales; mientras que otros han optado por aumentar el precio de los impuestos.
Las grandes ciudades del mundo han tenido que afrontar esto de distintas maneras. Esto ha sucedido en México y demás sectores. La gran discusión ocurrió el 26 de octubre en Ciudad de México con la Unesco, en donde se firmó un acuerdo para elegir a esta ciudad como un centro global para trabajadores remotos, los famosos “nómadas digitales”. La presente administración de Medellín ha manifestado que la ciudad debe ser un lugar de “nómadas digitales”, pero esto encarece el arriendo.
De manera que son cuestionados estos programas porque únicamente las personas que tienen más ingresos le pueden sacar provecho a esto, pues están aumentando más del 40% el precio de un inmueble.
Regulaciones
Desde 2012 ciudades como San Francisco, Berlín y Barcelona han tenido que afrontar este problema y por ejemplo Alemania peleó por esta situación cuando se incrementaron 8% los arriendos en el 2012.
Por su parte, Francia puso una ley cuando se incrementaron en un 8% los arriendos en el 2018, y definió que una vivienda solo se puede arrendar para turistas por máximo 120 días al año. En Alemania no es posible alquilar apartamentos enteros, solo habitaciones y el propietario tenía que estar presente.
¿Qué puede hacer Medellín? Sencillo. Trabajar con los administrativos de propiedad horizontal, combatir estos apartamentos que están siendo utilizados ilegalmente, y como lo hizo Irlanda, regular los precios dependiendo de la capacidad de las viviendas, y hacer un estudio real para identificar estos valores para confrontar a las personas que están especulando.
Ojalá que pronto las autoridades, los gremios y la ciudadanía den esta discusión y no permitan que este problema avance.
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