Filipinas presenta 2.000 infectados y más de 90 muertos debido al Covid-19, razón por la cual se ha dado el cierre de gran parte del país, incluido Manila. Para dar control absoluto a las medidas de cuarentena y confinamiento establecidas por el gobierno, el presidente filipino ha ordenado a las fuerzas de seguridad a “disparar a matar” a todas aquellas personas que violen las medidas establecidas para dar control a la pandemia.
El presidente específico que las órdenes son para la policía y el ejército y que “si hay un problema o surge una situación en que la gente pelea y sus vidas están en peligro, disparen a matar”. Esto se produjo, por las protestas que se presentaron en la capital solicitando ayudas por parte del gobierno para afrontar la crisis, ya que las estrictas normas de cuarentena han impedido que millones de personas de la población más vulnerable, que viven del día a día, obtengan su sustento para vivir.
El presidente Rodrigo Duterte acusó a los grupos civiles de izquierda de provocar la protesta “Izquierdistas, ustedes no son el gobierno. No anden por ahí causando problemas y disturbios porque ordenaré su detención hasta que finalice el brote”. Además, dijo a los protestantes «Muerto. A cambio de causar problemas, te enviaré a la tumba».
La situación de crisis a la que se enfrentan las poblaciones más vulnerables es fuerte y aunque la semana pasada el Congreso saco una ley para tratar la provisión de 200.000 millones de pesos filipinos, equivalentes a 4.000 millones de dólares, para repartir entre los 18 millones de hogares más afectados del país, donde el 16% se encuentra en condiciones de pobreza. El proceso se encuentra bloqueado, ya que el gobierno se encuentra en construcción de la base de datos de los beneficiarios. . “Solo espere la entrega, incluso si se retrasa, llegará y no pasará hambre. No morirá de hambre”, señaló Duterte.