Presidente Petro, los marchantes del 15 de febrero no son nazis, no son todos uribistas, no son idiotas, ¡son colombianos! que merecen ser escuchados.
El presidente Petro se equivoca cuando hace críticas sobre actuaciones cuestionables de algunos marchantes opositores a su gobierno, pero calla y justifica cuando desde su orilla hacen cosas aun peores.
Las marchas de esta semana deberían generar reflexiones en el gobierno nacional y entender de una vez que no gobiernan solo para la mitad de colombianos que votaron por ellos, sino que gobiernan para los más de 50 millones de colombianos que queremos un mejor país.
El presidente Petro tiene que dejar de ser un activista (al igual que el alcalde de Medellín) y entender que el cargo que hoy ocupa requiere de humildad, prudencia, serenidad, valor, honorabilidad… su tiempo de atraer adeptos a costa de generar odio hacia un alto porcentaje de colombianos que no estamos de acuerdo con su forma de gobernar y que somos opuestos ideológicamente, ya pasó. Sus múltiples temporadas de víctima y opositor ya son cosa del pasado y hoy su responsabilidad es UNIR a un país que lo que, en primera medida necesita de sus dirigentes, es cordura y sensatez.
DEL MISMO AUTOR: Colombia aún no garantiza el derecho universal a la segunda instancia
Presidente Petro, nadie en este país quiere que a usted le vaya mal porque eso significaría que a TODOS los colombianos sin excepción, nos irá mal. Ahora bien, esta es una oportunidad única que tiene el progresismo para demostrar que pueden unir, generar desarrollo y acabar con los miedos que millones de colombianos sentimos hacia la implementación de sus ideas y propuestas para el país. Sin embargo, lejos están de generar confianza y tranquilidad a esa otra mitad que cada día vive en carne propia las consecuencias de los anuncios del gobierno.
Los marchantes del 15 de febrero no son nazis, no son todos uribistas, no son idiotas, ¡son colombianos! que merecen ser escuchados.
La respuesta del presidente Petro a las marchas fue a todas luces equivocada. Tuvo la oportunidad de escuchar, de demostrar que pueden hacer algo mejor de lo que hemos visto hasta ahora, pero decidió publicar en su cuenta de Twitter (su lugar de anuncios) videos e imágenes que lejos estaban de ser lo que realmente se vivió el miércoles en las calles. Esa necesidad de seguir generando odio hacia el país que no comulga con sus ideas, es una pésima muestra de la voluntad de unir del Presidente.