En el informe más reciente presentado por Promigás, la compañía manifestó una alta preocupación por la situación que atraviesa el país en materia de gas. El déficit de este año es del 17 %, para el 2026 se espera que llegue al 20 % y para el 2030 podría alcanzar el 50 %.
Promigás advierte que Colombia perdió el 64 % de sus reservas de gas en los últimos 12 años. En 2012 el país contaba con 5.720 gigapiés cúbicos (gpc); hoy esa cifra se redujo a 2.064 gpc, lo que puede asegurar solo 5,9 años de este recurso natural.
La voz de alerta de Promigás
En este sentido, el informe presentado por la compañía resalta que el país se encuentra en un momento crítico para evitar que la crisis se agrave, por lo que hace un llamado al Gobierno Nacional a avanzar en medidas que permitan mejorar la situación.
“El sector está en un punto en el que se requiere una visión de largo plazo, decisiones oportunas y una coordinación efectiva entre el Gobierno Nacional, las autoridades locales, el sector privado y las comunidades, para garantizar el abastecimiento de gas natural y que más de 35 millones de ciudadanos sigan contando con un energético confiable, asequible y con una menor huella de carbono que sus sustitutos”, señala el documento.
El informe también detalla que durante el 2024 se incorporaron 42 gpc en reservas, mientras que la producción alcanzó 351 gpc. Esa diferencia explica la disminución neta de 309 gpc, la cual se suma a la tendencia de la última década.
El dilema de la importación
La caída de las reservas deja al país en una situación compleja y abre la conversación sobre importar gas o enfrentar el déficit de suministro. Así lo expuso el exministro de Minas y Energía, Amylkar Acosta, quien expresó que esta medida es necesaria pero costosa.
“El Gobierno ha insistido una y otra vez en la posibilidad de importar gas desde Venezuela como una primera alternativa. Esta la veo cada vez más remota y más en las actuales circunstancias de inestabilidad política”, mencionó Acosta.
El impacto no solo se limitaría a los hogares colombianos, sino también a los 650.000 vehículos que han sido convertidos a gas, además de la industria y la generación térmica, que enfrentarían incrementos en sus costos, afectando la competitividad y presionando al alza las tarifas de energía.
El Gobierno debe actuar
Frente a lo anterior, la compañía gestora de gas subrayó la necesidad de que el Ministerio de Minas y Energía enfoque sus esfuerzos en tres frentes. El primero es promover la exploración para identificar nuevos descubrimientos que amplíen la base de recursos.
El segundo punto es superar las contingencias que existen hoy, mediante el trabajo articulado entre las entidades, el Gobierno Nacional, las autoridades locales y los operadores, con el fin de convertir estos recursos en reservas.
Y por último, el Gobierno Nacional debe facilitar la importación de gas durante el resto de la década para garantizar el suministro y atender las necesidades básicas.
Así mismo, el informe expresa que para llevar recursos posibles o probables a reservas probadas el Gobierno deberá trabajar en diferentes niveles.
“Esto implica eliminar las sobretasas sectoriales y establecer un marco de estabilidad fiscal a lo largo de la vida útil de los proyectos, lo cual es clave para atraer inversión y reducir la incertidumbre de los inversionistas en la toma de decisiones de desarrollo”, indica el documento.
Entre los niveles a trabajar se encuentra mejorar la competitividad del país como destino de inversión, además de contar con un marco regulatorio competitivo y con reglas practicables, que permitan entregar licencias en tiempos razonables y con requisitos acordes a los riesgos asumidos.
En este sentido, más allá de las cifras, lo que está en juego es la seguridad energética de Colombia. Con menos de seis años de autosuficiencia garantizada, las decisiones que se tomen en el corto plazo definirán no solo el costo de la energía y el gas para millones de familias, sino también la competitividad de la industria y la estabilidad fiscal del país.