El GLP es el combustible que usan los pobres de Colombia; de él dependen millones de usuarios en 984 municipios. (No más usura con el propano)
Por: Guillermo García Realpe
Hace ya varios años emprendimos en el Congreso una cruzada social para garantizar un alivio económico en el bolsillo de las familias de los estratos 1 y 2 del macizo colombiano que consumen Gas Licuado de Petróleo – GLP – comúnmente conocido como gas propano.
Ganamos esa lucha y desde el 2013 los usuarios del sur del país de los departamentos de Nariño, Cauca, Caquetá y Putumayo que pertenecen a esos estratos socioeconómicos han visto reflejada una deducción del 50% en las tarifas para quienes hacen parte del estrato 1 y del 40% para usuarios del estrato 2.
Esto se hizo con el fin de disminuir en esas zonas del macizo colombiano, donde se produce el 73% del agua dulce de Colombia, la deforestación, pues las familias campesinas, sin tener otra opción, talaban los bosques para cocinar con leña, lo que de paso originaba serios problemas respiratorios, sobre todo a las mujeres que permanecían gran tiempo cocinando.
El programa venía funcionando muy bien. Sin embargo, a hoy se están teniendo dificultades porque el subsidio para más de 240 mil hogares del sur del país no se está reflejando como debió ser.
El precio del gas propano en lo que va corrido del año ha incrementado sus tarifas en un 113% para la Costa Caribe y en un 132% para el interior del país, lo que impacta directamente en el bolsillo del usuario final, que es todo el país, porque de este combustible se proveen 3 millones 400 mil familias, principalmente de los estratos 1, 2 y 3 que representan el 25% de la población. Éstas son familias muy vulnerables de la Colombia profunda, de los barrios pobres de las grandes ciudades y, por supuesto, del campesinado que vive en la gran ruralidad nacional.
Esa alta volatilidad obedece a varios factores. Primero, a que ha habido una reactivación mundial y, con la demanda que ha crecido en China y en Oriente, los precios han venido subiendo. Otro factor que influye es la Tasa Representativa del Mercado que ha estado últimamente en unos niveles muy altos y todo esto se refleja en la fórmula de las cantidades que pone Ecopetrol en el mercado, pues la estatal produce 54 mil toneladas mensuales, de las 60 mil que requiere el mercado nacional, es decir, produce el 90% de gas propano.
También hay factores internos que encarecen el costo del gas en cilindro, por ejemplo, las empresas distribuidoras están haciendo desplazamientos con sus carros cisternas desde Pasto y otras zonas del sur del país hasta la refinería de Cartagena, un recorrido total ida y vuelta de 4 mil kilómetros y esos costos de operación se los trasladan al usuario final.
Para evitar ese vaivén económico, le propuse al gobierno nacional en un reciente debate de control político que citamos en la Comisión Quinta junto al senador José David Name que aplique una regulación eficiente que permita evitar la volatilidad en los precios y así impedir graves afectaciones económicas al consumidor final que es la población más vulnerable. El GLP es el combustible que usan los pobres de Colombia; de él dependen millones de usuarios en 984 municipios.
Es que no regular de fondo las tarifas afectará los índices de avance en los programas de lucha contra la deforestación, también la lucha contra las enfermedades respiratorias en las familias campesinas que cocinan todos los días con leña y carbón. Tarde o temprano el país tendrá que regular las tarifas.
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También solicité que haya una tarifa diferencial, eliminando su referencia a precios internacionales para los estratos populares que consumen gas propano y blindar así a más de 3 millones de familias colombianas, pero para la Comisión Reguladora del Gas – CREG – “la tarifa por estrato no tiene diferenciación, porque es un servicio público que no llega por conexión física y, por consiguiente, se imposibilita ese proceso”, como lo advirtió su director Jorge Antonio Valencia.
Aquí estamos ante una situación social delicada, debido a que Ecopetrol, el principal productor de GLP, disminuirá su producción del 90 al 71%, lo que, sin duda, obligaría al país a importar el combustible desde los Estados Unidos, generando nuevas alzas tarifarias en el mediano plazo. Si Ecopetrol pudo comprar a ISA con 14 billones de pesos, ¿por qué no le apuesta a la producción de GLP? Hoy esa producción es marginal; es del 2% con relación a los demás productos que procesa.
Entonces a ECOPETROL, al Ministerio de Minas y Energía, a la CREG, les propongo que facilitemos ese mercado y protejamos a la población vulnerable de Colombia, como lo estamos haciendo con los subsidios del GLP en cuatro departamentos del sur del país.
El gas propano es un combustible de fácil penetración; además ayuda a sustituir la leña y el carbón y con ello da sostenibilidad al medio ambiente. También garantiza la riqueza hídrica y la lucha contra el calentamiento global. Ojalá que el gobierno nacional lo entienda.
*Guillermo García Realpe, Senador, @GGarciaRealpe