El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha aprobado una nueva doctrina nuclear que amplía las condiciones bajo las cuales el país podría recurrir al uso de armas nucleares. Esta nueva estrategia de defensa permite una respuesta nuclear ante ataques convencionales que amenacen la soberanía y la integridad territorial de Rusia y Bielorrusia.
La nueva doctrina nuclear fue publicada en el portal de información legal del Estado ruso, y subraya un cambio en la postura defensiva de Rusia, que ahora contempla la posibilidad de utilizar armas nucleares como respuesta a una gama más amplia de amenazas. Uno de los puntos más relevantes de este cambio es que se considera «ataque conjunto» la agresión de cualquier país que, aunque no posea armamento nuclear, cuente con el respaldo de una potencia nuclear.
Este aspecto de la doctrina parece estar dirigido especialmente a las potencias occidentales, como Estados Unidos y sus aliados de la OTAN, quienes podrían verse involucrados en un conflicto con Rusia, especialmente en el contexto de la guerra en Ucrania.
Una advertencia clara hacia la OTAN y Estados Unidos.
Los analistas han interpretado esta nueva doctrina como una clara advertencia hacia Estados Unidos y la OTAN, especialmente en lo que respecta al conflicto en Ucrania. La doctrina especifica que cualquier agresión por parte de un miembro de una coalición militar contra Rusia o sus aliados será considerada una agresión contra toda la coalición, y no solo contra el país agresor.
Esto refuerza la posición de Rusia de que un conflicto con un miembro de la OTAN podría ser percibido como un conflicto con toda la alianza, lo que aumentaría el riesgo de un enfrentamiento nuclear.
Además, el documento establece que Rusia podría utilizar armas nucleares en respuesta a un “ataque masivo” proveniente de aviones de guerra, misiles de crucero, misiles hipersónicos, drones o cualquier otro aparato no tripulado que viole el espacio aéreo del país. Este énfasis en el uso de drones como un instrumento de guerra se debe a su creciente popularidad en los conflictos armados modernos, particularmente en la guerra en Ucrania, donde ambos bandos han hecho uso extensivo de estos dispositivos.
Aunque la nueva doctrina autoriza el uso de armas nucleares bajo determinadas condiciones, el Kremlin ha sido claro en su intención de mantenerlas como una herramienta de disuasión. Según el documento, las armas nucleares de Rusia se consideran principalmente como un “instrumento de disuasión” con un carácter estrictamente defensivo. Su uso, señala la doctrina, debe ser considerado como una “medida extrema y forzosa” que solo debe ser tomada en situaciones de absoluta necesidad, como respuesta a una agresión que ponga en peligro la existencia misma del Estado ruso o la de sus aliados más cercanos, como Bielorrusia.
Guerra en Ucrania
Este cambio en la doctrina nuclear se produce en un momento crítico, ya que marca el 1.000.º día de los combates en Ucrania, un conflicto que ha involucrado a fuerzas rusas, ucranianas y a potencias occidentales que apoyan a Ucrania.
La nueva postura de Rusia también se alinea con el aumento de tensiones tras la autorización por parte de Estados Unidos de misiles de largo alcance para ser utilizados por Ucrania contra objetivos en territorio ruso, una decisión que Moscú ha considerado una escalada peligrosa en el conflicto.
A medida que las hostilidades continúan, la administración de Putin ha enfatizado que cualquier incursión directa de Estados Unidos o la OTAN en el conflicto será vista como una agresión directa contra Rusia. En este contexto, la reciente decisión de Rusia de desplegar armas nucleares tácticas en Bielorrusia refuerza esta postura, con Putin advirtiendo previamente que dicha acción significaría que Occidente estaría de facto en guerra con Rusia.
Reacciones internacionales y preocupaciones sobre la escalada nuclear.
La publicación de esta nueva doctrina nuclear ha generado preocupación en diversos círculos internacionales, especialmente entre los países miembros de la OTAN y las naciones europeas. El uso de armas nucleares, incluso en un contexto defensivo, es visto como una escalada peligrosa en un conflicto que ya ha cobrado miles de vidas y ha causado una enorme crisis humanitaria.
Los expertos en seguridad global temen que este tipo de amenazas pueda llevar a un punto de no retorno en las relaciones internacionales, exacerbando las tensiones en un momento en que el mundo ya se enfrenta a múltiples desafíos geopolíticos y económicos.
El hecho de que Rusia haya ampliado las circunstancias bajo las cuales podría usar armas nucleares también pone de relieve la creciente militarización del conflicto en Ucrania, que no solo involucra a las fuerzas rusas y ucranianas, sino también a actores globales que se alinean con uno u otro bando. La intensificación de las amenazas nucleares por parte de Moscú deja claro que la opción de disuasión nuclear sigue siendo una de las herramientas más poderosas en la política exterior de Rusia.
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