Por: Alberto Bernal
Muchos inversionistas internacionales están muy confundidos con el movimiento reciente del peso colombiano. Clientes de todo el mundo me contactan regularmente pidiendo mi opinión al respecto de lo que está pasando con la moneda de Colombia. Mi respuesta ha continuado siendo la misma por ya varios trimestres: el peso colombiano está bastante subvalorado, la moneda no está recogiendo las realidades actuales de la economía colombiana, y la moneda de Colombia se debería apreciar de acá en adelante. Ahora, es importante decir que vengo argumentando lo mismo desde el año pasado, mejor dicho, mi predicción sobre el futuro del Usdcop ha demostrado ser bastante errónea.
Explicar el mal comportamiento que se ha visto en la moneda no es sencillo, ya que Colombia ha demostrado ser (1) uno de los mercados de acciones emergentes más rentables del año en el mundo, (2) porque el riesgo de que se vea una baja de la calificación crediticia del país este año parece baja, al menos juzgando por las decisiones recientes anunciadas por Moody’s y Fitch, y (3) porque la producción de petróleo en Colombia se ha estado comportando mucho mejor de lo que los expertos esperaban.
También hay unos datos importantes (y positivos) que es importante presentar para avanzar la discusión: primero, la inversión extranjera directa ha aumentado 23% año/año (datos oficiales a abril), alcanzando los US$3,660 millones, y la IED en el sector del petróleo y la minería ha aumentado en 33% interanual. Segundo, la inflación se ha mantenido estable y en niveles bajos, un factor que debería disminuir la premura para comprar divisas, y tercero, las reservas internacionales brutas han aumentado fuertemente este año (US$ 3,120 millones entre enero-abril), hecho que implica que flujo de dólares al país si hay y que continúan siendo suficientes para financiar todas las obligaciones externas que afronta el país.
Por el lado negativo de la ecuación, la balanza de comercio de Colombia ha continuado deteriorándose. Mis modelos actualmente pronostican que el país finalizará 2019 mostrando un déficit comercial de US$12,700 millones, bastante por encima del déficit de US$9,300 millones que se observó el año pasado. La buena noticia es que gran parte del deterioro se debe a que los colombianos estamos importando más bienes de capital, y eso es bueno porque incrementa el crecimiento potencial. Sin embargo, ese incremento en el déficit de comercio va a generar un incremento en el déficit de la cuenta corriente, y eso puede llegar a convertirse en un problema si la estabilidad financiera internacional se deteriora más en el futuro.
Pienso que el comportamiento adverso que ha demostrado el USDCOP en los últimos meses se explica por tres factores específicos: (1) la venta mensual de opciones “put” por parte del Banco de la República, (2) el riesgo persistente de que se intensifique aún más la guerra comercial entre EE.UU. y China, y (3) la ampliación reciente que se ha visto en el déficit de cuenta corriente. Igual sigo creyendo que el USDCOP está muy barato en comparación con los aspectos fundamentales que deberían estar guiando su cotización en este momento. Mi modelo multivariable muestra que el USDCOP está actualmente más de $440 por encima de lo que debería estar si la relación histórica del USDCOP con (1) la tasa de 10 años en EE. UU., (2) el VIX, (3) el DXY, y (4) el precio de petróleo, fuesen a mantenerse estables en el futuro.