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Aunque está acordado dentro del Palacio de Gobierno no pronunciarse unilateralmente sobre las revocatorias que iniciaron en ciudades como Medellín, Bogotá y Cali, ha sido un tema mencionado entre las charlas más privadas del Gobierno Nacional.
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El sábado pasado en la hacienda Hato Grande de la Presidencia de la República, en los tiempos libres y al final de la reunión del Gobierno donde calificaron diferentes procesos y revisaron metas, se habló de las iniciativas que buscan sacar de sus cargos a varios mandatarios locales.
De las conversaciones sostenidas por el presidente Duque se ha inferido que no está preocupado por lo que pase con la revocatoria de Claudia López en Bogotá, pues sus relación es compleja y problemática, pues a su modo de ver la alcaldesa ha sido irrespetuosa en las declaraciones que hizo sobre el Gobierno al inicio de la pandemia.
Al presidente no le cayó en gracia que después de las reuniones con Claudia Lopez, ella hiciera una serie de acusaciones y emitiera comunicados contrarios a lo conversado, lo que no le abona el terreno con el mandatario en esta situación.
Todo lo contrario pasa en Medellín, ya que Duque – siendo del Centro Democrático – tiene un afecto por el alcalde Daniel Quintero y ha intervenido en algunas ocasiones en que la ciudad ha vivido fuertes disputas, por ejemplo, con el tema de Hidroituango, para limar asperezas y ser un bálsamo en medio de los constantes debates, además, está agradecido con el compromiso de EPM tras la prestación del servicio de energía eléctrica en la Costa Caribe por medio de Afinia, que rescató las operaciones de Electricaribe.
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Con relación a Cali, el jefe de Estado tampoco se siente cómodo con una posible revocatoria porque tiene un afecto por el alcalde Jorge Iván Ospina. También le ha expresado a su Gobierno que espera no ver intromisiones porque la prioridad es la contención del coronavirus y la reactivación económica.