Hoy nos preguntamos: qué pasó con las Fuerzas Militares afganas y los 300.000 soldados bien equipados de los que habló el presidente Biden.
Por: Catalina Escobar Pérez
Mucho hemos visto las últimas semanas sobre la tragedia que viven los afganos. Imágenes desgarradoras han transmitido los medios internacionales sobre la situación actual del país y las redes sociales no se han quedado atrás. Todos hemos compartido algún tipo de información con la esperanza de poner un grano de arena ante esta situación que desborda la capacidad hasta de un país como Estados Unidos.
Pero entonces, ¿cómo ayudamos a los afganos? La respuesta nos llega con el anuncio del gobierno nacional el sábado, 21 de agosto: 4.000 afganos que huyen del terrorismo, que están a favor de la democracia y que han colaborado con el gobierno de los EEUU, llegarán a Colombia. Nuestro país, se une a los países que prestarán ayuda humanitaria a los nacionales de Afganistán. En el caso de Colombia, Estados Unidos asumirá todos los costos de los afganos que llegarán y que se acogerán transitoriamente.
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Ayudamos sin olvidar, ayudamos acogiéndolos con amor, ayudamos sin estigmatizar, ayudamos siendo solidarios, ayudamos siendo empáticos y sobre todo, los ayudamos elevando una oración a Dios, el Dios que nos une por la paz de su país. Y sí, nos une el mismo DIOS, porque, aunque los musulmanes lo llamen Allah (en árabe), los judíos lo llamen Yahvéh (en hebreo) y nosotros los cristianos (católicos, protestantes, ortodoxos o anglicanos) lo llamemos Dios (en español), es el mismo Creador a quien veneramos. A nuestras creencias las une el mismo DIOS, ese DIOS que es nuestro Padre amoroso y compasivo.
Por otro lado, al terrorismo no se le puede poner tinte ni político, ni religioso, eso es un error. Así los violentos pretendan ocultarse tras banderas políticas o religiosas, no se les puede dar ese estatus para que de alguna manera justifiquen su actuar. Tenemos que dejar de exculpar al que quiere imponer ideas con violencia bajo ideales políticos o religiosos porque el dolor que arrastra ese actuar, es devastador.
Hoy nos preguntamos: qué pasó con las Fuerzas Militares afganas y los 300.000 soldados bien equipados de los que habló el presidente Biden. El mandatario norteamericano, dio cifras de unos, tal vez, 75.000 talibanes. Las Fuerzas Militares afganas tenían una evidente ventaja, ¿qué pasó?
¡Libertad! Es la condición y el derecho que hoy piden a gritos en tantas partes del mundo; libertad de la que hoy, gracias al Creador, gozamos en nuestro país. Estamos tan acostumbrados a tener libertad que no nos detenemos a pensar en lo valiosa que es y en lo que implica perderla.