Cada 9 de abril, Colombia honra el Día Nacional de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas del Conflicto Armado, una fecha establecida por la Ley 1448 de 2011 con el propósito de reconocer y dignificar a quienes han sufrido las consecuencias de la violencia en el país. Esta conmemoración coincide con el aniversario del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán en 1948, un evento que marcó profundamente la historia nacional.
El legado de Jorge Eliécer Gaitán y el Bogotazo: El 9 de abril de 1948, el líder político y candidato presidencial Jorge Eliécer Gaitán fue asesinado en el centro de Bogotá.
Este magnicidio desató una ola de disturbios conocida como el Bogotazo, que resultó en la destrucción de gran parte del centro de la capital y dejó miles de muertos. El impacto de estos eventos exacerbó la violencia bipartidista y sumió al país en un período de inestabilidad que perduró por décadas.
La importancia del 9 de abril: memoria, justicia y reconocimiento en Colombia
Institucionalización del Día Nacional de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas: En reconocimiento a la necesidad de recordar y honrar a las víctimas del conflicto armado, el Congreso de la República estableció el 9 de abril como el Día Nacional de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas mediante el artículo 142 de la Ley 1448 de 2011.
Esta legislación busca promover actos de memoria y reconocimiento de los hechos que han afectado a los colombianos, fomentando la solidaridad y el compromiso con la no repetición.
Actividades conmemorativas en todo el país: Cada año, diversas instituciones y organizaciones de la sociedad civil llevan a cabo actividades para conmemorar esta fecha. En 2025, la Unidad para las Víctimas organizó eventos en la Plaza de Bolívar de Bogotá y en las 20 direcciones territoriales de la entidad en diferentes regiones del país.
Estas actividades buscan visibilizar las historias de las víctimas y promover espacios de reflexión y reconciliación.
Además, la Alcaldía de Bogotá, a través de la Alta Consejería de Paz, Víctimas y Reconciliación, lanzó la campaña #BogotáTejidoDePaz, invitando a la ciudadanía a erradicar la estigmatización hacia la población afectada por la violencia y a construir una ciudad más justa y equitativa.
Voces de resiliencia desde los territorios: En distintas regiones del país, las víctimas del conflicto armado han liderado iniciativas comunitarias de memoria, emprendimiento y resistencia. Por ejemplo, en los Llanos Orientales y la Amazonía, se han desarrollado proyectos que buscan reconstruir el tejido social y promover la paz desde las comunidades más afectadas por la violencia.
El papel de las instituciones religiosas: Las instituciones religiosas también se han sumado a la conmemoración. El 9 de abril de 2025, las campanas de las iglesias en todo el país repicaron en honor a las víctimas, como un llamado a la memoria y la solidaridad nacional.
Importancia de la memoria histórica: La conmemoración del 9 de abril no solo recuerda a las víctimas, sino que también invita a la sociedad colombiana a reflexionar sobre las causas y consecuencias del conflicto armado. Espacios como el Centro Nacional de Memoria Histórica han trabajado en la recopilación y difusión de testimonios, documentos y análisis que contribuyen a la comprensión de la historia reciente del país y a la construcción de una paz duradera.
Desafíos y compromisos hacia el futuro: A pesar de los avances en materia de reconocimiento y reparación a las víctimas, Colombia aún enfrenta desafíos significativos en la consolidación de la paz y la garantía de no repetición. La participación de la sociedad civil, el compromiso de las instituciones y el fortalecimiento de políticas públicas inclusivas son esenciales para avanzar en este camino.
En este contexto, el Día Nacional de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas se erige como una oportunidad para renovar el compromiso colectivo con la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición, pilares fundamentales para la construcción de una Colombia en paz.