Es la decisión no solamente más correcta, responsable y necesaria, sino la que garantizará una verdadera obra de infraestructura que es urgente para Medellín.
Por: Andrés Felipe Gaviria
Quienes hemos vivido en Medellín en algún momento de nuestras vidas, sabemos de la importancia del corredor de la 80, un corredor que tiene más de 10 km en tramos neurálgicos del sector occidental de la ciudad, donde impacta a las zonas con más densidad, es decir, comunas importantes como Belén, La América y Robledo, en las que la proyección de personas que van a vivir allí está calculada sobre el millón para los próximos años, una zona que en definitiva no podría quedarse encerrada por un tranvía de poca capacidad, mucho menos por un Metroplús y crear una cicatriz como lo es un Transmilenio en Bogotá, algo imborrable y difícil de corregir con el paso del tiempo.
Bogotá tuvo el error de no darse la pelea inicial de construir un metro; se fue yendo de tumbo en tumbo con Transmilenio y terminaron llenando la ciudad de estos buses articulados contaminantes que hoy no solucionan los problemas en la demanda de transporte público de la capital; todo lo contrario, lo que hizo fue quitarle espacio muy significativo a líneas de metro que serían más eficientes, seguras, cómodas y de mayor capacidad para los ciudadanos.
En el caso de la capital de Antioquia, hace varios años distintas personas veníamos insistiendo en la necesidad de replantear, no solamente el plan maestro del metro de Medellín que es absolutamente mediocre y demagógico, sino que estaba retrasado y no se compadecía con las realidades y con los avances que tenía la ciudad, sobre todo, con el crecimiento poblacional.
Un plan maestro que está bastante atrasado, que no se ha cumplido y que quedó en los anaqueles del olvido, liderado por Ramiro Márquez, alguien que estuvo en la gerencia del metro, atornillado durante una cantidad de años que sorprende.
Las ciudades que construyen varias líneas de metro lo hacen para seguir expandiéndose y tener siempre más. Madrid, París, New York y Moscú tienen sistemas de transporte conectados, amplios, eficientes, competitivos y seguros, que seducen a los que van en transporte privado, a quien va en su vehículo, quien tiene la idea de comprarse una moto y les hace la vida mucho más segura, manejable y rápida.
No nos vamos lejos, Ecuador y Panamá han avanzado con sus metros respectivamente. Es claro que construir líneas de metro supone un gran costo para la ciudad, pero no estamos en la época arcaica de que tiene que ser un esfuerzo cien por ciento estatal, ya existen las alianzas público-privadas, uno de los puntos más importantes que el alcalde Daniel Quintero tiene que revisar, porque las políticas públicas de los últimos años han sido desastrosas en Medellín, por no decir que mediocres.
Es de aplaudir y resaltar el esfuerzo del alcalde, porque sin lugar a dudas, si logra hacer realidad este proyecto de un verdadero metro para la 80 – que no vaya a ser un tranvía con nombre de metro – él pasará a la historia y Medellín ocupará el primer lugar del país con la línea férrea más grande existente.
No es temprano para pensar en que el metro de Medellín tiene que dejar a un lado la expansión a través del Metroplús y pensar en la expansión a través de más líneas de metro ligero, e incluso de tranvías, como puede ser el tranvía de la calle 33 que conecte desde la 80 con el futuro metro, hasta la estación Exposiciones.
Es necesario pensar en un metro ligero por la calle 50, Calle Colombia, de la 80 al Parque Berrío, pensar en que San Juán también necesita una línea de metro o tranvía y que, donde pasen estas líneas de transporte público – sea metro o tranvía, -, se saquen cien por ciento los buses que por allí circulan y que se pueda realmente construir una ciudad para todos, los que van en bicicleta, quienes caminan, van en metro, en bus o en su vehículo particular, porque ningún medio de transporte o ninguna obra de infraestructura, puede ir en detrimento de otra, como lo han planteado algunos ambientalistas en la ciudad.
En un futuro hay que pensar cómo conectar el Oriente antioqueño, pero lo principal es avanzar hacia el transporte limpio y sostenible – el metro y el tranvía lo son – sin lugar a duda desde el municipio de Envigado, pasando por la avenida el Poblado y la avenida Oriental.
Todo esto se contemplará con el esfuerzo que haga el actual gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, para sacar adelante el Tren del Río, que en mi humilde concepto, debería concentrarse más en conectar a los municipios de Caldas, Amagá y Barbosa con el Área Metropolitana, porque no es un secreto que estas personas requieren un sistema de transporte de manera urgente; hay que ampliarnos hacia donde más podamos para evitar esta gran concentración de personas en la ciudad de Medellín.
En buena hora por el alcalde Quintero, su equipo, su intención, voluntad y esperemos que el gobierno cumpla, que el municipio cumpla, que los ciudadanos apoyemos esta idea, la saquemos adelante, le hagamos veeduría porque es un beneficio para todos.