Cada mes de octubre, el mundo vuelve la mirada hacia Oslo y Estocolmo para conocer a los nuevos ganadores de los Premio Nobel de Paz. Sin embargo, más allá de la ceremonia solemne y del brillo de los reflectores, existe un complejo y reservado proceso de selección que permanece en la sombra durante medio siglo.
Panorama general: Todo comienza casi un año antes de la entrega de los premios. El Comité Noruego del Nobel, integrado por cinco miembros elegidos por el Parlamento de Noruega, es el encargado de supervisar la selección del Nobel de la Paz. Cada septiembre, el comité envía miles de invitaciones a académicos, investigadores, organizaciones y antiguos laureados para que presenten sus nominaciones formales.
Solo quienes reciben esa invitación pueden proponer candidatos. No está permitido nominarse a sí mismos, y el proceso debe completarse antes de enero del año siguiente. En promedio, el comité recibe más de 200 nominaciones por categoría, aunque el número exacto se mantiene bajo estricta reserva.
Una vez recibidas las nominaciones, inicia la fase más técnica y exigente. Equipos de expertos revisan detalladamente las contribuciones de cada candidato, valorando desde descubrimientos científicos hasta acciones humanitarias o proyectos de reconciliación en zonas de conflicto. En el caso del Nobel de la Paz, se analizan iniciativas que hayan promovido la resolución pacífica de conflictos, el respeto a los derechos humanos y la cooperación internacional.
Cómo se elige al ganador del Premio Nobel de Paz: el secreto que se guarda durante 50 años

Las reuniones del comité son frecuentes y, en ellas, se debaten los méritos y el impacto global de cada propuesta. El objetivo es reducir la lista inicial a un número muy limitado de finalistas. Estos nombres pasan a consideración de las instituciones encargadas de otorgar el premio en cada disciplina: en el caso del Nobel de la Paz, el Comité Noruego toma la decisión final.
Uno de los aspectos más enigmáticos del Nobel es su política de confidencialidad absoluta. Todos los documentos relacionados con las nominaciones, las discusiones internas y los informes de los expertos permanecen sellados durante 50 años. Ni los nominadores, ni los nominados, ni siquiera los propios miembros del comité pueden revelar información sobre el proceso.
Por qué es importante: Esta cláusula de secreto, establecida en el testamento de Alfred Nobel, busca preservar la independencia del premio y evitar presiones externas o controversias políticas. Los archivos se guardan en la sede de la Fundación Nobel en Suecia, bajo estrictas condiciones de seguridad y solo se abren medio siglo después de la entrega.
Tras meses de análisis, los comités presentan sus recomendaciones finales. No obstante, las instituciones responsables de cada premio —como la Academia Sueca para el Nobel de Literatura o el Banco Central de Suecia para el de Economía— tienen la libertad de seguir o no esas sugerencias.
La decisión definitiva se anuncia a comienzos de octubre y es irrevocable. Desde entonces, el mundo conoce los nombres de los nuevos laureados, quienes reciben su medalla y diploma el 10 de diciembre, fecha que conmemora la muerte de Alfred Nobel.
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