La compra de petróleo venezolano por cuenta de China significa una fuente fundamental de ingresos para el gobierno de Venezuela, el cual depende en gran manera de estas exportaciones con el fin de sostener su economía sancionada, absorbiendo entre el 55 % y 90 % de sus ventas mensuales de crudo, a menudo con descuentos significativos.
Es preciso remarcar que China ha impulsado exportaciones venezolanas a niveles de 844.000 barriles diarios en junio de 2025, con más del 90 % dirigido a refinerías chinas adaptadas al crudo extrapesado como Merey o Boscán, generando divisas pese a intermediarios y precios bajos.
En este punto, es clave mencionar que empresas chinas privadas y estatales, como CCRC, producen directamente en campos venezolanos bajo contratos de 20 años, ayudando a mantener la producción pese al fin de licencias de Chevron.
Ahora, conviene señalar que, según expertos, esta relación crea una dependencia riesgosa de un solo comprador, con pausas en compras como la de marzo 2025 por aranceles de EE.UU. del 25 % a países importadores de crudo venezolano, lo cual causaría el estancamiento del comercio.
También, es de anotar que descuentos crecientes en precios presionan cambios contractuales en PDVSA y podrían reducir suministros en China para febrero 2026 si buques quedan varados.
Contexto geopolítico de la compra de petróleo de China a Venezuela
Si bien Chevron emerge como posible «salvavidas» alternativo, el debilitamiento del interés chino refleja tensiones por sanciones de Trump, priorizando Pekín su estabilidad comercial sobre el respaldo total a Maduro. Es así como Venezuela redirige estratégicamente a Asia para evadir restricciones occidentales, aunque enfrenta retos logísticos como entregas de 60 días y escrutinio internacional.
Vale la pena señalar que China se ha convertido en el principal salvavidas económico de Venezuela al absorber la mayoría de su petróleo sancionado, pero su interés declina ante saturación de mercado y riesgos de sanciones estadounidenses bajo Trump, priorizando Pekín su estabilidad comercial sobre el apoyo incondicional a Maduro.
Donald Trump ha intensificado la presión con incautaciones de buques petroleros venezolanos y un «bloqueo total» a la flota «fantasma» que exporta crudo a China, afectando 550.000 barriles diarios y dejando más de 11 millones varados, lo que amenaza con devastar la economía venezolana.
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