Existen similitudes entre la derecha y la izquierda en cuanto a su estructura partidista, aunque no siempre están ligadas a una organización política formal. En el espectro político colombiano, se reconoce a Álvaro Uribe Vélez como el líder de la derecha, mientras que Gustavo Petro es identificado con la izquierda.
Si no ocurre nada extraordinario, en las elecciones de 2026 el presidente Gustavo Petro no podrá aspirar a la reelección. Sin embargo, senadores como Isabel Zuleta, en un acto de supina ignorancia, están promoviendo algo inconstitucional: la recolección de firmas para una reelección del presidente Petro. Esta iniciativa carece de fundamento, ya que los preceptos sobre la reelección quedaron claramente establecidos en la última reforma constitucional.
En este contexto, siempre hay interesados en ser el candidato del petrismo o del gobierno, que hoy no se limita solo al Pacto Histórico, sino también a Colombia Humana y otros partidos afines que han ayudado en la gobernabilidad.
Parece evidente que para 2026 habrá una candidatura de derecha, una de centro y otra de izquierda. En el bloque de izquierda, están las personas más cercanas al presidente Petro, quienes ya figuran en su radar. Uno de los más destacados es Luis Gilberto Murillo, chocoano, afrodescendiente y con fuertes vínculos tanto en Estados Unidos como en Rusia.
Tiene una sólida trayectoria diplomática y fue la fórmula vicepresidencial de Sergio Fajardo lo que le da arraigo y aceptación con el centro. Trabajó con Juan Manuel Santos, cuenta con reconocimiento internacional y relaciones clave. No es percibido como un izquierdista radical, y sin duda, su preparación académica y profesional lo posicionan como uno de los posibles candidatos más fuertes del petrismo para una carrera presidencial.
Otra figura relevante es María José Pizarro, cuyo principal legado es ser hija de Carlos Pizarro. Actualmente es congresista por el Pacto Histórico y enarbola las banderas del M-19. Ha tenido una importante participación burocrática en el gobierno, lo que le ha permitido fortalecer su perfil. Aunque ha confesado a sus círculos cercanos que no le desvela la idea de ser candidata, tampoco lo descarta.
Susana Muhamad es otra figura que capta la atención de actores importantes tanto en Colombia como en el exterior. Aunque en algunos aspectos es la némesis de Petro, el presidente confía plenamente en ella. Su capacidad de liderazgo y gestión está a prueba en la COP 16, donde preside la delegación colombiana.
A pesar de haber sido calificada como fundamentalista en algunos temas de su cartera de medio ambiente, Muhamad no ha sido una persona conflictiva ni ha adoptado la virulencia característica de otros miembros del gobierno. Petro podría verla como una continuidad de sus políticas, gracias a su reconocimiento académico y su perfil intelectual dentro de la izquierda.
Por otra parte, Daniel Quintero, exalcalde de Medellín, también es considerado una opción viable. Quintero interpreta muy bien a Petro y comparte su estilo combativo. Aunque su administración en Medellín no dejó los mejores números, a nivel nacional se ganó espacios importantes, forjó alianzas políticas y comenzó a construir una estructura para su eventual campaña presidencial. Petro ha defendido a Quintero ante otros miembros del Pacto Histórico que no simpatizan con él, y se ve reflejado en su discurso de lucha contra las élites y el establecimiento.
También hay dos personajes hábiles en la política que podrían camuflarse en distintos bandos: Roy Barreras y Claudia López. A pesar de que Claudia López ha intentado desmarcarse del petrismo, los registros históricos no mienten.
Ha apoyado a Petro en momentos clave y, aunque hoy critica al gobierno, en el Congreso su esposa, Angélica Lozano, ha tendido puentes con el gobierno, siendo incluso la candidata del ejecutivo para presidir el Senado en la pasada legislatura. Por lo tanto, Claudia López podría terminar siendo una opción para el petrismo, aunque sea de manera indirecta.
Roy Barreras, por su parte, ha estado muy activo en Colombia y también se le verá en la COP 16. Con su destacada capacidad para relacionarse con los medios, el Congreso y sectores empresariales, Barreras ha demostrado ser efectivo como portavoz en diversas situaciones, lo que lo convierte en un actor relevante en el futuro del petrismo.
Otro posible candidato es Gustavo Bolívar, quien, aunque coherente en su postura contra la burocracia y el clientelismo, tiene una fuerte oposición dentro del Pacto Histórico. Su manejo político en entidades clave, como el DPS, ha sido cuestionado por algunos sectores cercanos a Petro.
¿Qué ha dicho Petro sobre el candidato de izquierda?
En sus pocas declaraciones sobre este tema, Petro ha señalado a su círculo cercano que es prematuro hablar de candidaturas. Lo fundamental, según él, es que el gobierno demuestre su capacidad de ejecución a lo largo y ancho del país. Aquellos que aspiren a ser bendecidos por el presidente deberán ser parte activa y comprobada de esa ejecución en los territorios.