¿Quiénes son los responsables del hundimiento de la ley anticorrupción?

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Jairo Cristo, representante encargado de conciliar los textos se negó a hacerlo porque aseguró no tener tiempo para leer un documento de semejante magnitud y aunque parezca inaudito, un “falso conciliador” fue quien estampó su firma en el proyecto, generando un obvio retraso para que finalmente este no fuera aprobado.


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Mientras la Selección Colombia hacía lo suyo para lograr la clasificación a la siguiente etapa de la Copa América, en el Congreso se encargaban de meterle un triste y doloroso gol a los colombianos.

El proyecto de ley que castigaba a todos los políticos corruptos se hundió en el Congreso, algo que sin duda alguna se convierte en un nuevo fracaso en la lucha anticorrupción que golpea tanto al país.

Hace tan solo dos días el país entero celebraba que la iniciativa que acababa con la casa por cárcel para esas personas que se quedaban y hacían negocios con los dineros del Estado, había sido aprobada en el penúltimo debate en Congreso, por lo que esta ley sería todo un hecho.

Solo restaba la conciliación de textos entre lo aprobado por el Senado y la Cámara de Representantes e inexplicablemente, tal y como dice un dicho popular colombiano, “se quemó el pan en la puerta del horno”.

¿Qué fue lo que pasó?, ¿Qué sucedió?, ¿Quiénes fueron los encargados de mover hábilmente las fichas del ajedrez para que a última hora algo que era inminente terminara “quemándose” en el Congreso?

El presidente de la Cámara, Alejandro Chacón, es uno de los directos señalados de haber dejado hundir el proyecto. Aunque son muchos los proyectos que se debaten durante el día, Chacón citó a los congresistas a las 10:00 a.m. y extrañamente no anunció el último debate de este proyecto.

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Además, la Selección Colombia jugaba a las 4:30 p.m. e insólitamente se había advertido que a las 4:00 p.m. se levantaría la plenaria y como si fuera poco, solo a las 3:43 p.m. Chacón nombró un conciliador.

La persona designada fue Jairo Cristo, representante de Cambio Radical y quien se negó a asumir la conciliación porque supuestamente tenía que leer 1.000 folios y no tenía tiempo para hacerlo.

Si bien lo que estaba sucediendo era casi un chiste, lo que sucedió posteriormente fue algo inaudito.

Gabriel Vallejo, representante a la Cámara del Centro Democrático, fue quien terminó firmando el documento que tendría que haber llegado a la mesa directiva de la Cámara de Representantes, afirmando que él había sido la persona designada para realizar la conciliación.

La firma de Vallejo en el documento extrañó a la mesa directiva de la Cámara de Representantes y al propio Chacón, motivo por lo que este no anunció el debate de conciliación y levantó la sesión plenaria a las 4:00 p.m. tal y cómo se venía advirtiendo hace días por el partido de la Selección Colombia.

En los pasillos de la Cámara de Representantes se escucha el rumor de que el presidente del Senado, Ernesto Macías, era quien tenía el texto de la conciliación y fue quien llamó a Gabriel Vallejo para que este le estampara su firma.

De hecho aseguran que Macías solo nombró a Germán Varón, conciliador por parte del Senado, a las 7:00 p.m., cuando yo no había plenaria.

De igual forma, a Macías lo acusan de haber tenido engavetado durante cinco meses el estatuto anticorrupción y nunca le dio prioridad.

Cabe mencionar que solo hasta la semana pasada y debido a la presión que ejercieron diferentes medios de comunicación, lo desarchivó y casi que en una especie de “operación tortuga”, lo empezó a poner en el orden del día del Senado.

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De cualquier forma, lo único cierto es que la iniciativa que pretendía quitarle los exclusivos resorts a los que son enviados las personas que se roban la plata de las obras públicas y a quienes dejan a los niños de instituciones públicas sin comida, poniendo en las cuentas que los tamales o pechugas de pollo valen $40.000 para finalmente terminar dándoles de comer un banano con dos cucharadas de arroz, se hundió.

Nunca hubo voluntad de nadie, ni de parte del Gobierno nacional que se jacta de decir en discursos y en todo tipo de eventos que están cansados de la corrupción y que la combatirán de raíz, ni muchos menos por parte de los congresistas porque saben que si aprueban este tipo de iniciativas, se complicaría el problema de hacinamiento en las cárceles.

Siempre hubo una clara dilación y lo que sucedió ayer, además de ser una gran vergüenza, deja claro que el país está en manos de los peores delincuentes de cuello blanco.

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