EDITORIAL
Nuestro editorial para hoy agosto 31 quisiera hacer referencia sobre la situación de Cartagena, muchas veces se ha advertido desde este medio de comunicación la insostenible situación de esta ciudad, que es tan mágica y a pesar de todos sus problemas, de su gran inequidad, de sus calles y andenes destruidos, de edificios que se construyen sin permiso, ahí sigue atrayendo centenares de congresos anualmente, es imposible encontrar una sola semana del año en donde no exista un evento en Cartagena.
Su capacidad hotelera siempre llega al máximo y cada vez se construyen y se inauguran más y más habitaciones. Algo tiene Cartagena, pero ese algo quizá un día pueda dejar de existir, quizá ese realismo mágico que alguna vez detallaba el nobel de Literatura Gabriel García Márquez pierda su valor, pierda sus bases, que las personas se cansen de ser sistemáticamente abusadas, maltratadas y sintiéndose inconformes porque Cartagena hoy tiene no solamente muchísimos lunares que han ido quedándose en el tiempo sin ninguna solución, es una ciudad que no es accesible para personas con discapacidad, hoy tiene calles destruidas, se inunda a menudo, sufre de inseguridad por fuera de las murallas.
Esa criminalidad se transforma en distintas formas, como en prostitución y drogadicción, que han inundado poco a poco cada calle del centro histórico, en paseos millonarios, en muertes misteriosas y como si fuera poco el abuso de muchísimos comerciantes se está volviendo reprochable, dañino para toda la ciudad y para el país, no solo estafan a un extranjero, también lo hacen con colombianos.
Quisiéramos dejar plasmado que se está abusando de la historia de Cartagena, de lo que guardan cada una de sus calles por cuenta de una generación que no está haciendo bien las cosas, que no está siendo legal; es una generación de gobernantes que no ha podido gobernar no solamente Cartagena sino también Bolívar. Ojalá de jugar tanto con candela no nos quememos y perdamos la joya de la corona.