Reducir a Fecode

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Ya van muchos años en los que Colombia ha padecido a la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación, más conocida como Fecode, que prefieren siempre estar en paro y escribir cartas al ‘Niño Dios’ cada mes, para no trabajar y así justificar su vagancia, mientras los niños son los más perjudicados. 


Por: Andrés Felipe Gaviria

Los maestros de Fecode no quieren regresar a clase y esto no importa cuándo se lea, porque Fecode desde antes de pandemia, en pandemia y hasta en una eventual post-pandemia nunca va a querer trabajar. 

Fecode se ha convertido en un grupo de personajillos que han encontrado los placeres de recibir dividendos jugosos cuando poco o nada se trabaja, cuando poco o nada se hace en la vida y, ahora, se han apropiado de la pandemia para seguir ampliando sus pliegos de exigencias, las cartas al ‘Niño Dios’. 

En estas le piden al gobierno más aumentos salariales, más días de descanso, disminución de estudiantes por curso, rechazan la presencia escolar sin supuestas condiciones sanitarias, piden ampliar el personal administrativo y docente y piden bonificaciones. En fin, solicitan una cantidad de cosas utópicas, que son francamente imposibles de alcanzar en un país como Colombia y más en este momento que está atravesando con la pandemia.

A Fecode no se le estigmatiza, a Fecode no se le emprende ninguna persecución, todo lo contrario, a Fecode lo que se le hace es una auditoría pública, general y ciudadana, porque el Gobierno Nacional y los gobiernos pasados son absolutamente incapaces de encararlos, intervenirlos y reducirlos a lo que son: un gremio más que busca vivir de cuenta del erario público sin hacer nada.

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Ellos piden también que se acelere la vacunación en el país y ¿Qué colombiano no quiere que la vacunación se acelere?, pero ellos justifican el no trabajar en el hecho de que no hay suficientes vacunas y de que el proceso no avanza. Qué tal que todos los sectores productivos que piensan y quieren eso salgan a paro, simplemente porque el gobierno tiene grandes dificultades para cumplir en este aspecto. 

Sin embargo, cuando no se trata de las vacunas, es porque el viento va a la derecha o va hacia la izquierda. Fecode no tiene identidad, se acomoda siempre a los funcionarios que puedan servirles como brazos políticos y, a cambio, ellos los pueden apoyar con votos. 

Lo cierto es que hoy Fecode es el principal obstáculo para que los niños regresen a las clases presenciales, generando miles de efectos negativos en los menores: emocionales, psicológicos, alimenticios, de salubridad y retrasos irremediables en sus conocimientos y desarrollo personal. 

Por su parte, la ministra de Educación actual, María Victoria Angulo, ha optado por escuchar desde lejos a Fecode y dejarlos pasar por un lado y el otro sin chocar con ellos; una actitud que es respetable, pero que permite que Fecode siga ganando terreno cuando no lo debe ganar. 

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Lo que tiene que hacer el estado colombiano y las personas legales, que saben que Fecode hoy solamente es una fuente de discordia y de efectos negativos para la educación en Colombia, es reducirlos, acabar con su importancia, someterlos y desarticularlos, permitiendo que nuestros niños vuelvan a las aulas. 

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A Fecode no le importa la evidencia científica, no le importa los protocolos de bioseguridad, no le importa lo que los padres de familia piensen, no le importa lo que pasa en otros países a nivel educativo; simplemente Fecode lo que quiere seguir haciendo es cabalgar sobre sus mismas críticas, quejas y percepciones cerradas para seguir ampliando su carta al ‘Niño Dios’, al gobierno colombiano, en la que ellos van a justificar el no volver a clases, el no trabajar. A ellos no les importan los niños, a ellos les interesa su bienestar.

Es hora de que quienes tienen la responsabilidad confronten esta triste realidad para el país y, sobre todo, que permitan que los niños vuelvan a estudiar, sanos y salvos, con profesores que se dejen evaluar, que se dejen medir, que sean docentes actualizados. No como Fecode, que cuando se les dice que van a pasar a una hoja de evaluación, amenazan con ir a paro. Eso no puede pasar. Es hora de que un gobernante le ponga la talanquera a Fecode y no permita que se sigan saliendo con la suya. 

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