¿Por qué se cayó la reforma estatutaria en la Universidad de Medellín?

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Tras conocerse que en esta institución continuarán rigiendo los estatutos que vienen vigentes desde 1993, quienes fueron derrotados aseguran que el exrector Hincapié sigue siendo influyente en la toma de decisiones de la universidad y esto los hace una minoría. Por su parte, quienes lograron la victoria aseguran que triunfó la democracia…


Por: Redacción 360 Radio

El pasado martes, 30 de junio, se llevó a cabo una asamblea extraordinaria de delegatarios de la Universidad de Medellín y que tenía como fin realizar una votación para que se aprobara una nueva reforma estatutaria.

De acuerdo con sus ponentes, esta reforma buscaba liberar a la Universidad de lo que ellos denominan “un manejo clientelista y autoritario”, además de facilitar la elección democrática de los delegatarios para que las últimas generaciones pudieran ser parte de la asamblea.

Todo con la firme intención de recuperar el prestigio y el buen nombre de una de las universidades más importantes del país, que hoy está envuelta en un escándalo a nivel nacional por cuenta de una denuncia sobre una presunta concesión irregular del título de abogado del senador del partido Liberal, Julián Bedoya Pulgarín.

De hecho, esta polémica aún permanece en los estrados de la Fiscalía y de la justicia, y generó que tras más de 20 años de gestión, el rector Néstor Hincapié Vargas dimitiera de su cargo.

No obstante, el grupo que pretendía efectuar cambios en el estatuto interno de la universidad fue derrotado abruptamente con una votación final de 67 votos en contra y solo 26 a favor.

Tras conocerse que en esta institución continuarán rigiendo los estatutos que vienen vigentes desde 1993, quienes fueron derrotados aseguran que el exrector Hincapié sigue siendo influyente en la toma de decisiones de la universidad y esto los hace una minoría.

Por su parte, quienes lograron la victoria aseguran que triunfó la democracia.

¿Guerra de poderes?

Para comprender un poco el contexto de la situación que se vive en la Universidad de Medellín debe entenderse el funcionamiento del organigrama administrativo de esta institución.

Desde su reforma estatutaria en 1993, quedó establecido que este estará conformado por la asamblea de elegatarios, lo que hoy se conoce como el Grupo de los Cien.

En esta, 100 egresados participan y toman las decisiones, además de elegir la Consiliatura, la cual está compuesta por 11 directivos, 6 de ellos egresados, además de 5 voceros de los fundadores.

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Aquí cabe precisar que el único de los fundadores que aún tiene vida es don Absalón Estrada Vélez, pero debido a su avanzada edad, su familia decidió ceder su voto.

Lo cierto es que por más de 20 años Néstor Hincapié Vargas asumió la rectoría de la Universidad de Medellín y durante su administración generó varios adeptos a su gestión, en especial por la renovación que le dio al campus ubicado en Belén Los Alpes y por crear nuevos programas académicos.

Tal y como sucede en la mayoría de los casos en los que una persona asume el mandato de algo en particular, hay quienes están de acuerdo con las decisiones que se tomen y obviamente habrá quienes no estén conformes con estas y terminarán haciendo un rol de oposición.

Para el caso de esta universidad, un pequeño grupo directivo de oposición y que no ha estado de acuerdo con la gestión de Hincapié buscaba darle otra dinámica a esta universidad a través de una reforma estatutaria.

Sin embargo, al interior de la asamblea los “Hincapieístas” ganan en mayoría, son mucho más fuertes y en ese sentido siguen las directrices y corrientes del exrector; de hecho, la nueva administración encabeza por César Guerra Arroyave tuvo todo el respaldo de estos para llegar al importante puesto directivo.

¿Por qué fracasó la nueva reforma estatutaria?

La mayoría de los asambleístas que hacen parte del Grupo de los Cien coinciden y reconocen que la reforma contenía aspectos positivos que ayudarían a mejorar y actualizar la gestión académica y administrativa de esta universidad.

Sin embargo, una fuente le dijo a este medio que el grupo de oposición quiso imponer a la fuerza muchos de los puntos que allí se proponían y con los que muchos no estaban de acuerdo.

Uno de estos tiene que ver con que los mayores de 75 años ya no podrían hacer parte de la asamblea de delegatarios.

Muchos consideran que este punto estaba enfocado única y exclusivamente en darle una estocada final a Néstor Hincapié para sacarlo definitivamente de cualquier actividad administrativa de la Universidad de Medellín.

Además, otro punto que no cayó bien tenía que ver con que ningún egresado que hubiese sido elegido en un cargo de elección popular podría conformar los órganos de dirección de la institución.

Para muchos este aparte buscaba también afectar a Hincapié, pues esta decisión iba en contra de Aura Marleny Arcila, actual concejal de Medellín y persona muy cercana al exrector.

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Lo cierto es que el proyecto de reforma fue enviado sin consenso entre los miembros del comité y llegó a la Asamblea extraordinaria, en donde finalmente 67 votantes le dijeron no a la reforma y otros 26 sí la apoyaron.

“La universidad la siguen manejando con propósitos políticos”

Así lo expresó Edgar Arrubla, miembro de la asamblea general y de la consiliatura de la Universidad, quien aseguró que era necesario aprobar el proyecto de reforma estatutaria de la Institución.

De acuerdo con Arrubla, más de 30.000 estudiantes no cuentan hoy con representación en la asamblea.

Además, teniendo en cuenta que la última reforma estatutaria se efectuó en 1993, son varias las facultades que han surgido durante 27 años y tampoco cuentan con representación en la asamblea, hecho que no va acorde a lo que establecieron los fundadores de esta Universidad.

Para Arrubla, aunque Néstor Hincapié ya no es rector, este sigue manejando el poder dentro de la institución con fines políticos y en ese mismo sentido acusa a la concejal Aura Marleny Arcila.

Este miembro de la asamblea general y de la consiliatura asegura que la Universidad de Medellín necesita de un proceso de democratización, ya que los estatutos que fueron aprobados hace 27 años hoy no tienen ninguna vigencia y la Institución debe entrar en el proceso de modernización y adaptación tecnológica.

“Ganó la democracia”

Muchos miembros de la oposición de la asamblea general consideran que en el fracaso de la reforma influyó el rector César Guerra; para estos, Guerra no tuvo un papel predominante en esta reforma.

No obstante, una fuente que pidió reserva en su nombre le mencionó a este medio que lo sucedido en la asamblea era un tema directivo y no administrativo.

En ese sentido, José María Berdugo, presidente de la Consiliatura, era quien llevaba la batuta.

De hecho, esta fuente asegura que la rectoría se encargó de otorgar todos los recursos necesarios para garantizar el normal desarrollo y éxito de la asamblea para que, a través de la virtualidad, los delegados pudieran votar con transparencia.

Para esta fuente las votaciones se llevaron a cabo según lo establecido por los fundadores y egresados en los estatutos vigentes, es decir, los de 1993.

“Ganó la democracia”, puntualizó esta persona.

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