La reciente reforma tributaria presentada por el Ministerio de Hacienda traerá consigo un significativo aumento en el impuesto al carbono aplicado a la gasolina, el ACPM y el jet fuel, lo que se traducirá en un alza considerable en los precios de estos combustibles que son claves para la economía de los colombianos.
Según el proyecto, el impuesto al carbono para la gasolina aumentará de $186,37 a $658,9 por galón, lo que representa un incremento de $472,5. Esta alza podría llevar el precio del galón de gasolina a superar los $16.000, un impacto significativo para los consumidores que ya enfrentan altos costos en este rubro.
En el caso del ACPM, el impuesto al carbono subirá de $210,63 a $752 por galón, lo que implica un incremento de $541,37. Esto elevaría el precio del ACPM desde los actuales $9.856 por galón hasta los $10.397, afectando no solo a los transportadores de carga y pasajeros, sino también a la estructura de costos de diversos sectores productivos que dependen de este combustible.
Los tiquetes aéreos tampoco estarán exentos de este impacto, ya que el impuesto al carbono para el jet fuel, utilizado en aviones, pasará de $254,22 a $658,9 por galón. Esta medida encarecerá aún más los costos de los vuelos nacionales e internacionales, afectando la accesibilidad al transporte aéreo y, potencialmente, la industria turística del país.
Ajuste anual del impuesto al carbono
La reforma también establece que la tarifa por tonelada de carbono equivalente (CO2eq) se ajustará cada primero de enero con la variación de la Unidad de Valor Tributario (UVT) del año anterior, más un punto porcentual, hasta que sea equivalente a tres UVT por tonelada. Esto implica que los valores por unidad de combustible crecerán anualmente al ritmo de la inflación más un porcentaje adicional y será la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) será la encargada de publicar estas actualizaciones.
Es relevante destacar que, según la reforma, el impuesto nacional al carbono será deducible del impuesto sobre la renta y complementarios, lo que podría mitigar, en parte, el impacto fiscal para algunas empresas. Sin embargo, el texto excluye del impuesto nacional al carbono al alcohol carburante destinado a la mezcla con gasolina para vehículos automotores, así como a los biocombustibles de origen vegetal, animal o producido a partir de residuos sólidos urbanos para uso en motores diésel.
Cabe señalar que, según la tendencia vista en otros países del mundo de la baja de la gasolina, como por ejemplo en Estado Unidos, donde actualmente los precios continúan a la baja ubicándose en un nuevo mínimo, analistas esperaban que esta tendencia se replicara en Colombia. Aun así, de ser aprobada la reforma propuesta por el Gobierno, la tendencia sería al alza.
El incremento en el impuesto al carbono, como parte de la nueva reforma tributaria, representa un desafío para la economía colombiana. Los aumentos en el precio de los combustibles no solo afectarán el bolsillo de los ciudadanos, sino que también tendrán un efecto cascada en el precio de una amplia gama de productos y servicios, incrementando el costo de vida en general.
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