Medellín que a sí misma se considera una de las ciudades más innovadoras, competitivas y modernas está en mora de intervenir su principal estadio, el Atanasio Girardot, que si bien tuvo algunas modificaciones para el mundial juvenil en su momento, no se aprovecharon todas las facilidades financieras.
Por: Andrés Gaviria
El Nemesio Camacho el Campín, el Pascual Guerrero e incluso el estadio de Pereira aprovecharon mejor las facilidades que brindó el Gobierno Nacional para la remodelación de los estadios de cara a la copa mundial juvenil de la FIFA que se desarrolló hace ya varios años en Colombia. El de Medellín fue el estadio que menos dinero recibió y solamente optó por poner silletería de colores y organizar camerinos. Esto solo por poner en contexto una de las oportunidades que se dejaron perder para tener un mejor escenario deportivo en la ciudad.
Nacional tiene una de las hinchadas más grandes de Colombia y la del Deportivo Independiente Medellín es fiel y ferviente. Fuera de eso Colombia está dando unos pasos importantes para llegar a ser anfitriones de eventos deportivos tan grandes como una copa mundo.
Las alianzas público-privadas se han convertido en motor de desarrollo para construir grandes obras de infraestructura que sobrepasan la capacidad de las finanzas públicas. En ese estricto sentido se han escuchado propuestas como la del actual candidato a la Alcaldía de Medellín, Juan Carlos Vélez Uribe, sobre construir una cubierta y en general remodelar el estadio Atanasio Girardot; por ejemplo: instalar techos en las 4 tribunas.
Vélez había propuesto esta misma idea hace 4 años durante su pasada candidatura y aunque algunos la tomaron como populismo quiero retomarla para esta columna, aprovechando e invitando a candidatos serios, inteligentes y responsables para que la acojan y la estudien.
Claramente tendría que mediar una previa conversación con los dos clubes garantizando que firmen por lo menos un contrato de estabilidad y permanencia en dicho escenario. Pues construir un estadio para que luego Nacional, que tiene de amigo imaginario un estadio propio, no salga de allí a construir su propio estadio.
El actual estadio tiene una capacidad de 46.268 espectadores, una población considerable pero que sigue siendo pequeña si la comparamos con niveles de Latinoamérica. Fuera de eso es un estadio con una arquitectura cuestionable y con un techo supremamente pequeño.
Lo cierto es que a nivel mundial los ejemplos están hechos, hay estadios en Alemania, en Inglaterra, en Estados Unidos y en Francia en donde a través de alianzas público-privadas se han hecho intervenciones para mejorar toda la estructura: el terreno, accesorios de lujo, creación hoteles contiguos, suites, restaurantes, comercio, torres de parqueaderos, entre otros. De tal manera que es un privado quien pone la plata de la remodelación, se encarga de construirlo, firma un contrato con el Estado, en este caso con el Municipio de Medellín, amortiza su inversión, saca unas ganancias y luego le entrega ese estadio a la municipalidad.
Algunos temerosos dicen que esto es devolverse al pasado, yo creo que es dar un paso hacia el futuro y es entregarle el desarrollo a personas que se preocupan por la ejecución del dinero, por ser eficientes y que claramente garantizarían resultados mucho más eficientes.
Una capacidad considerable para el nuevo estadio Atanasio Girardot sería de aproximadamente 65mil o 70mil personas, una capacidad que lo pondría a la altura de estadios muy importantes en Latinoamérica y Europa. La idea es mejorar la experiencia de los visitantes, para esto es innecesario crear capacidades excesivas como de 100mil espectadores, lo más eficaz sería ponerle un techo a las 4 tribunas, organizar sus alturas, garantizar visibilidad desde cualquier parte del estadio y hacer más cómodas las vías de acceso.
De tal manera que he querido hacer este planteamiento para que los candidatos piensen esta propuesta, el candidato Vélez no ha sido egoísta con la misma y por eso es importante convertirla en una herramienta de desarrollo. Un nuevo estadio para Medellín, con nuevas zonas y mejores entornos va a ayudar a mejorar todo el espacio de la unidad deportiva que se encuentra, además, en pleno corazón de la ciudad. Nos servirá también para albergar citas continentales y fuera de eso nos pondrá a la vanguardia de los mejores escenarios deportivos. Tener el mejor estadio de Colombia definitivamente puede ser una realidad y Medellín siempre ha ido un paso delante de todas las ciudades ¿por qué no hacerlo también en este momento con un nuevo estadio?