Resignificar el arte y la cultura como motores de la vida humana

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Contenido exclusivo Revista 360 Quinta Edición, 2020.

Por: Redacción 360 Radio

Sin lugar a duda, trasladar todos los aspectos que componen la vida humana a un entorno singular, bajo diversos limitantes, situaciones que lo perturban o complican y convivir ahí, en medio de la pretensión constante de acelerar el paso del tiempo para encontrar una salida a la crisis actual, ha sido un desafío complejo, incluso más que este intento de esbozar con palabras el giro de 180° que dio la cotidianidad de las personas durante este año.

El día que nos enviaron a todos a casa, no atravesamos solos la puerta, cruzamos con la incertidumbre como un tercero y con cientos de interrogantes que ni los científicos más curiosos tenían resueltos: ¿cómo voy a trabajar desde mi hogar?, ¿qué va a pasar con mis negocios y mis colaboradores?, ¿cómo que no es posible visitar a mis padres ni abrazar a mis hijos?, ¿y dónde quedaron mis planes para las próximas vacaciones?

Nos sentimos caminando a través de un agujero negro, que poco a poco absorbió todas esas y más dudas y nos hizo empezar a buscar soluciones, sacándole provecho a las ventajas que también llegaron de la mano de esta situación de confinamiento y distancia social.

Sin el ajetreo del día a día, los despertadores sonando a las 4 a.m., las horas perdidas en el tráfico o los almuerzos recién sacados del microondas, recordamos las cosas simples que nos hacían felices, que nos hacían vibrar, y que siempre habían estado ahí; solo que, en lo que fue la vida antes de la pandemia, estábamos demasiado ensimismados para notarlas.

En medio de esta situación en la que fuimos arrojados volvimos a valorar el arte: la música nos hizo vibrar, una pintura realista nos llevó a otra época, la voz de un libro nos succionó dentro de su realidad y vimos decenas de películas abrazando a nuestros seres queridos. Descubrimos que podíamos vivir sin comer en restaurantes, sin viajes en aviones, sin ir de compras o sin salir en el carro y casi que podemos asegurar que lo que nos mantuvo cuerdos fueron estos placeres que nos brinda el arte y la paz que traen consigo.

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Y cómo no mencionar el papel fundamental de la cultura. Esa palabra cuyo universo solo podemos imaginar estando presentes en él: asistiendo a un concierto, visitando un museo, disfrutando de una feria o yendo a un evento. Todos esos escenarios tuvieron que ser puestos en la virtualidad para vivirlos de manera remota y no por eso fueron menos enriquecedores, incluso se podría decir que los valoramos aún más.

¿Cuánto teníamos que pagar por ver a nuestro cantante favorito en primera fila?, ¿cuántas preguntas llegábamos a resolver en casa después de ver una exposición de arte?, ¿cómo eran el sol y el ruido con los que se intentaba disfrutar, por ejemplo, de los desfiles de la Feria de las Flores?, ¿acaso teníamos la oportunidad de hablar directamente con ese experto que admiramos?… Sí, el disfrutar de lo que ofrece la cultura desde el aislamiento en casa también tuvo sus puntos a favor y nos brindó oportunidades que eran imposibles de concebir en lo que ahora llamamos ‘normalidad’.

Por otra parte, el nuevo estilo de vida al que fuimos arrojados hizo que nuestra morada se convirtiera en una especie de estructura mutante que congregaba la oficina, la escuela, el gimnasio, el parque, el cine y los restaurantes. Convertimos a nuestra casa, a la que muchas veces solo llegábamos para dormir, en un híbrido en el que lo teníamos todo y nos sentíamos plenos.

Ahora, que inició una ‘nueva normalidad’, tenemos que aprender a convivir con un virus que está al acecho mientras retomamos nuestras antiguas costumbres; pero llegamos a la oficina y hubo muchas manos levantadas cuando alguien preguntó si nos había gustado la metodología del teletrabajo, madrugamos a la escuela y extrañamos poder opinar sin ser juzgados, pedimos en el restaurante el menú del día, extrañando el que nos preparaba la abuela mientras estuvimos en casa y anhelamos tener una pausa activa de la mano de un libro o una película.

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Es un hecho que esta crisis tiene que terminar, pues sus efectos a nivel económico, político, social, y, hasta psicológico, son severos y, por esto todas las apuestas están a favor de las transformaciones que se vienen con el 2021. Sin embargo, hay aspectos que llegaron para quedarse y que hicieron que los seres humanos cambiáramos para bien, para ser mejores con los demás, con la naturaleza y con nosotros mismos. Esta crisis por la pandemia es una experiencia que de una u otra forma nos devolvió la humanidad y sacudió al mundo entero para volver a proteger lo simple y lo cotidiano, que al fin y al cabo es la esencia de este misterioso privilegio que llamamos vida.

Por esto, en 360 Revista recopilamos perspectivas claves de personajes del arte, la cultura y el entretenimiento que hablan sobre cómo este 2020 transformó sus campos de acción y puso en marcha nuevos retos para el sector.

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