Ha llamado la atención poderosamente que el presidente, Juan Manuel Santos, se esté mostrando algo desesperado en cuanto al proceso de paz y su evolución; decimos que llama la atención, porque fue curioso que faltando dos semanas para las elecciones regionales del 25 de octubre, este viajara personalmente a La Habana para hablar con “Timochenko”, y aunque allí se respiraba un ambiente de tranquilidad, confianza y se tenía como fecha fija el 23 de marzo de 2016 para la firma de la paz, el Gobierno se ha mostrado alterado con las reiteradas afirmaciones por parte de las Farc, en donde estas aseguran que la fecha se puede alargar, pues los seis meses solo empezarán a correr cuando se firme el acuerdo de justicia, el cual aún no está firmado.
El “moño” de todo este episodio lo puso una entrevista de Juan Manuel Santos al periodista inglés Stephen Sackur del programa HARDtalk, donde expresó que estaría en serios problemas y en dificultades políticas si Colombia vota en contra del plebiscito o si el proceso de paz sale mal, lo que propició a que algunas personas tergiversaran su respuesta y dijeran que Santos iba a renunciar si no salía el plebiscito; pero no, lo único que admitió el Presidente colombiano fue que estaría en serias dificultades si ese plebiscito no era votado de manera favorable.
Con un Humberto de La Calle que dice que ya es hora de firmar, un Gobierno que presiona y ahora con el viaje de Enrique Santos a La Habana, el indulto de 30 guerrilleros y el inminente cese bilateral, se siguen tejiendo dudas y se genera escepticismo frente a la que realmente está pasando en este proceso y si la fecha establecida para la tan anhelada firma de la paz se cumplirá o no se cumplirá.