Este 26 de mayo se esperaba que el Senado de la República recibiera la ponencia mayoritaria del proyecto de reforma laboral en Colombia, un documento ajustado con base en múltiples consensos técnicos entre diversas bancadas políticas.
Sin embargo, lo que parecía un paso clave en la modernización de las condiciones laborales del país terminó marcado por la tensión política.
La senadora Angélica Lozano, del partido Alianza Verde, junto a John Roldán (Partido Liberal), Carlos Meisel (Centro Democrático), Juan Merheg (Partido Conservador), Carlos Jiménez (Cambio Radical), Richard Fuelantala (AICO) y Juan Lemos (Partido de la U), estaba llamada a radicar la propuesta que contiene 75 artículos.
Esta versión depurada incluye la eliminación de 14 artículos del texto original presentado por el Gobierno de Gustavo Petro, la conservación de 39 sin modificaciones y ajustes técnicos a otros segmentos. Incluso se incorporaron siete artículos nuevos, producto de los acuerdos entre los diferentes sectores.
Sin embargo, en horas de la tarde de ese mismo día, el panorama cambió drásticamente. El partido Centro Democrático emitió un fuerte comunicado en el que acusó a la senadora Lozano de incumplir los consensos alcanzados durante las sesiones técnicas.
Según la colectividad, la actuación de Lozano podría poner en riesgo la estabilidad del texto acordado.
Por qué es importante: El proyecto de reforma laboral en Colombia busca transformar el panorama laboral para millones de trabajadores, haciendo más justas las condiciones contractuales, ampliando garantías y fortaleciendo la formalidad.
Sin embargo, también representa un desafío para los sectores productivos, especialmente para los micro y pequeños empresarios que podrían verse afectados con nuevos recargos por trabajo dominical y festivo, o con ajustes en la jornada laboral.
Detalles del desencuentro: En el comunicado, el Centro Democrático aseguró que, aunque ha participado con seriedad desde el inicio del debate, algunas decisiones unilaterales de la senadora Lozano desestabilizan lo ya acordado.
«Se hicieron concesiones en algunos puntos para lograr una propuesta equilibrada que mejorara las condiciones laborales sin aumentar el desempleo o la informalidad», expresó el partido.
El partido solicitó formalmente que el resto del proceso de discusión se realice de manera pública, con el fin de garantizar la transparencia de los acuerdos.
Esta posición fue compartida por el senador Carlos Meisel, también del Centro Democrático, quien explicó que el punto crítico se centra en los recargos por trabajo en domingos y festivos, especialmente en lo referente a micro y pequeñas empresas.
“Lo que se busca es proteger al pequeño comerciante, que no puede asumir los mismos recargos que una gran empresa”, declaró Meisel.
Aclaró que el llamado no pretende romper la unidad entre ponentes, sino garantizar que se respeten los compromisos firmados durante las mesas técnicas. También advirtió que Lozano estaría buscando reabrir el debate sobre los recargos generalizados, algo que, según él, ya se había zanjado.
Contexto de la reforma: El proyecto de reforma laboral fue presentado originalmente por el Ministerio de Trabajo en cabeza de Gloria Inés Ramírez.
Su objetivo central es aumentar la formalización del empleo, reducir la precariedad laboral, ampliar la estabilidad en el trabajo y fortalecer la inspección del Ministerio sobre las relaciones contractuales.
Desde su primer borrador, el texto generó resistencia entre sectores empresariales que temen un aumento de costos operativos, especialmente por los recargos salariales. En su momento, la ministra Ramírez defendió la necesidad de establecer condiciones más justas para los trabajadores sin afectar la sostenibilidad de las empresas.
El Congreso decidió entonces conformar una ponencia mayoritaria que fuera producto de un trabajo técnico y político transversal.
Bajo esa lógica, se avanzó en la reducción del número de artículos, el reordenamiento del texto y el consenso sobre temas críticos como la jornada nocturna, las formas de contratación y los recargos por trabajo en días no hábiles.
Panorama general: El próximo 27 de mayo se tiene prevista la votación en tercer debate del proyecto. A pesar del desencuentro, la senadora Lozano publicó en sus redes sociales que la reforma está «lista a mitad de año y será por ley», reafirmando el compromiso de la Comisión Séptima del Senado con su aprobación.
También declaró que el proceso ha sido concertado bajo el principio de que «todos ceden, nadie impone», en alusión a la naturaleza multipartidista de la ponencia.
En contraste, los senadores del Centro Democrático insisten en que no permitirán que se pasen por alto los acuerdos ya firmados, advirtiendo que podrían retirarse del proyecto si se reabren temas que ya se daban por cerrados.
«Es necesario presentar al país un texto que fomente una relación fraterna entre empleadores y trabajadores, pero también uno que tenga conciencia de las diferencias económicas entre los grandes empresarios y los microempresarios», concluyó Meisel.
Así las cosas, el futuro de la reforma laboral en Colombia dependerá no solo de los votos que logre sumar en las próximas sesiones del Senado, sino también de la capacidad de sus ponentes para mantener la cohesión y la confianza entre las bancadas.
La discusión promete seguir siendo una de las más intensas del periodo legislativo, con impacto directo sobre el empleo, la formalización y la sostenibilidad del tejido empresarial colombiano.
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