¿Se retrasa la elección del candidato del Centro Democrático?

La disputa por la encuesta interna destapó tensiones en el Centro Democrático y dejó en duda si el partido logrará definir a tiempo a su candidato presidencial.

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El partido Centro Democrático emitió un comunicado el 13 de noviembre de 2025 en el que afirma que seleccionará al (o los) candidato(s) que participará(n) en la consulta interpartidista de marzo de 2026, aprovechando al máximo la fecha límite de inscripción será el 6 de febrero de 2026.


Además, señala que para la escogencia del candidato podrá utilizar cualquiera de los mecanismos establecidos en sus estatutos.

Ese mensaje abre una interrogante clara: ¿se cumplirá el cronograma previamente anunciado por el partido para el 28 de noviembre? Hasta ahora, aunque el comunicado mantiene la fecha límite en febrero, varios factores internos —como el mecanismo de elección, la definición de si habrá uno o varios candidatos, y la claridad sobre los plazos intermedios— generan dudas.

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¿Qué pasa en el Centro Democrático?

Hace unos días se presentó un cruce entre algunos candidatos del Centro Democrático. Cartas entre Miguel Uribe Turbay y María Fernanda Cabal dejaron en evidencia la tensión interna que atraviesa el Centro Democrático en pleno proceso de definir su mecanismo para escoger candidato presidencial.

Todo comenzó cuando Miguel Uribe envió una carta formal a la dirección del partido y de manera directa a Cabal expresando su preocupación por la falta de claridad en la encuesta que supuestamente definiría al aspirante de la colectividad.

En su comunicación, Miguel Uribe cuestionó que no hubiera una firma encuestadora confirmada, una metodología oficializada ni un cronograma preciso. Señaló que un proceso tan sensible no podía improvisarse ni cambiar reglas sobre la marcha, pues corría el riesgo de perder legitimidad. Además, advirtió que la incertidumbre generada afectaba no solo a los precandidatos, sino la credibilidad del Centro Democrático ante sus bases y frente al electorado para las elecciones de 2026.

La respuesta de María Fernanda Cabal no tardó en llegar y fue tajante. En su carta, consideró que las inquietudes de Miguel Uribe eran exageradas y que su tono contribuía más a generar ruido interno que a resolver dudas reales. Afirmó que la dirección del partido ya había definido lineamientos para el mecanismo, y que no existía improvisación sino ajustes naturales dentro de un proceso interno.

Cabal también insinuó que Miguel Uribe estaba intentando presionar el proceso antes de tiempo o presentarse como víctima ante la opinión pública. Aseguró que ella estaba dispuesta a someterse al mecanismo que el partido eligiera, ya fuera una encuesta o cualquier otro método estatutario, pero pidió coherencia y respeto entre los precandidatos para evitar que las diferencias se convirtieran en un espectáculo político.

Por ejemplo, el hecho de permitir múltiples mecanismos y la posibilidad de elegir más de un aspirante indican que el proceso podría extenderse más allá de lo inicialmente esperado, lo que implicaría un retraso de hecho en términos de claridad y vigencia de la definición de candidato único.

En ese sentido, para el Centro Democrático este reto no es menor: si no logra anunciar su candidato a tiempo, o si lo hace sin claridad, pone en riesgo su capacidad de movilización, visibilidad y construcción de campaña con la antelación necesaria para la consulta.

Aunque formalmente no se ha establecido un retraso en la fecha límite de inscripción, los elementos que deja ver el comunicado del partido implican que existe una alta probabilidad de que la elección del candidato del Centro Democrático no se desarrolle conforme al cronograma ideal.

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