Paola Holguín, Senadora de la República habló con 360 Radio, y explicó las consecuencias del paro nacional y de lo que sucede con la seguridad del país; además nos contó sobre las aspiraciones del Centro Democrático para los próximos comicios.
Por: 360 Radio
360:
Senadora, hagamos un análisis sobre lo que fue un ciclo complejo de protestas, de disturbios, de bloqueos. De unas protestas que claramente tuvieron líneas pacíficas, pero con otras que fueron muy violentas, ¿usted qué balance le podría hacer a nuestros oyentes y lectores de lo que pasó en el país?
Paola Holguín, (P.H.:)
Varias cosas, yo creo que, y acá hay que diferenciar el derecho constitucional que tienen los ciudadanos a manifestarse pacíficamente. Un derecho que fue garantizado en más de 14.000 actividades que se han dado desde el 28 de abril hasta la fecha, entre esas 14.000 actividades ha sucedido de todo bloqueos, asambleas, manifestaciones, desfiles, etc. El Esmad ha tenido que intervenir en un poco más de 1.600 de esas actividades porque sucedieron actos vandálicos y terroristas.
Aquí hay dos cosas, y es que seguramente sí se presentó al inicio un descontento que estuvo antecedido por la reforma tributaria, -uno tiene que comenzar por asumir sus propios errores-, y es que al gobierno le faltó socializar la reforma, consensuarla; esto en un año muy difícil, en un año preelectoral y con un país que venía muy afectado económica y socialmente por la pandemia.
Esas marchas y ese descontento, finalmente, fue infiltrado por unas organizaciones que lo que querían eras desestabilizar el país y que, además, estaban haciendo un movimiento bajo un esquema que se conoce como revolución molecular disipada, que fue el mismo modelo que usaron en Chile y en otros países del hemisferio.
Ahí quedó en evidencia algo, el gobierno subestimó lo que iba a pasar porque estaba cantado; en el 2018 cuando Petro perdió las elecciones dijo: «Nos vemos en las calles», y yo no sé si los colombianos recuerdan antes de la pandemia, nosotros tuvimos un paro o una manifestación cada dos días desde que inició el gobierno Duque.
En el 2019 se reunieron los partidos progresista y establecieron el esquema de cómo iban a ser esas movilizaciones sociales en la región, es decir, ya sabíamos lo que iba a pasar, además en Chile inició antes que en Colombia, con el mismo esquema, terrorismo urbano y ciberataques, ciberguerra.
Cuando llega aquí no tuvimos capacidad de reacción, el montón de fake news, de granjas de bots donde se manejó información falsa, donde se empezó a influir en organismos internacionales, en influenciadores para que se manifestaran y se generó un falso relato diciendo que Colombia era una dictadura, que los estaban matando, que el ejército y la policía salían a atacar a los ciudadanos.
A medida que fue pasando el tiempo y se fue vislumbrando la realidad, la fiscalía general, el ministro de defensa dieron cuenta de cómo las marchas habían sido infiltradas por el ELN, por las FARC, por una serie de estructuras criminales, incluso, la propia ‘narco dictadura’ de Venezuela, como lo denunció el expresidente de Ecuador, Lenin Moreno, estaba influyendo en estas marchas.
Yo creo que las marchas no han cesado del todo, hay unos rezagos, hay unos sectores que siguen con la intención de desestabilizar el país y lo que se vio era que esas causas que inicialmente enarbolaron no eran ciertas, la reforma se retiró, el ministro renunció y la marcha continuó.
Eso mismo sucedió con la reforma a la salud y ellos terminan exigiendo además, vean, -la reforma inicial esperaba recaudar unos 25 billones de pesos y cuando se va uno a ver el pliego del paro, ellos estaban pidiendo más de 80 billones, ¿de dónde?, -en un país que viene en una dificultad económica por la pandemia-, entonces uno se da cuenta que acá hay unos movimientos políticos, hay unos movimientos desestabilizadores que lo que hicieron fue aprovecharse de unos ciudadanos que de manera democrática querían manifestar un descontento.
360:
Senadora, usted hace parte mayoritariamente en su trayectoria pública, de las líneas de seguridad y defensa, y ha existido una preocupación desde hace mucho tiempo, -no es nuevo-, sobre si realmente Colombia tiene inteligencia o no.
Ahora mencionaba que el expresidente de Ecuador incluso fue el primero en hablar de Venezuela antes que Colombia lo hiciese; tuvimos un atentado contra el presidente Duque semanas antes, un atentado contra una abrigada en Cúcuta, y Colombia ha tenido constantemente una serie de errores en materia de inteligencia, usted lo advertía, el gobierno sabía, pero no existió ningún movimiento para prevenir tantos bloqueos que perjudicaron gravemente la economía del país.
¿Qué está pasando con las fuerzas armadas, con la unidad de inteligencia de nuestro país? es que no hay que ser de izquierda o de derecha para entender que hay una preocupación generalizada sobre lo que sucede.
P.H.:
Varias cosas, la primera es que la inteligencia es un tema estratégico de cualquier país, porque finalmente la inteligencia es la que permite prever y la inteligencia no es importante solo por temas de seguridad, la inteligencia ayuda en temas económicos, de estabilidad social; la inteligencia es estratégica en cualquier nación.
Colombia hace varios años viene en unos procesos donde hay unos sectores que quieren acabar la inteligencia; recordemos el escándalo del DAS y recordemos toda esta presión que se viene haciendo para desmontar la inteligencia del ejército, con el cuento de las supuestas chuzadas, de los supuestos hackers, recordemos lo de Andrómeda, en fin, uno lo que ve es que hay unos movimientos que han querido desarticular y desestabilizar la inteligencia, y yo creo que es hora de hacer un alto y pensar en esa inteligencia como un elemento estratégico que se tiene que recuperar, que se tiene que fortalecer.
Acá hay una dirección nacional de inteligencia; aquí tiene inteligencia la policía, el ejército, la fuerza aérea, la fuerza armada y nosotros necesitamos que trabajen de manera conjunta, pero, sobre todo, que se baje el estigma sobre la inteligencia y se entienda que cualquier país, cualquier democracia requiere una inteligencia, no solo para los temas de seguridad y defensa, sino incluso, para los temas económicos, de estabilidad y para muchos otros temas como nación.
360:
Senadora, hoy Ecuador justamente decretaba una emergencia por ataques cibernéticos, Colombia lleva varias semanas hablando de esto, pero también padece un estigma, como lo mencionaba usted, sobre reforzar y reinvertir en nuestras fuerzas armadas.
Ya veíamos lo que pasó, que uno de los argumentos de las protestas era que Colombia se iba a gastar una cantidad de dinero en aviones de guerra, -cuando claramente no era así-, y usted sabe que comprar un avión de guerra no es algo sencillo, pero parece que en el ambiente existe un miedo a invertir en las FFAA por temor a lo que diga la opinión pública, ¿Cree qué es así?
P.H.:
Sí, yo creo que acá en Colombia comenzaron con un discurso macabro y es inversión social o guerra, y no es cierto, es inversión en seguridad que finalmente es quien garantiza crecimiento económico, garantías de los derechos y libertades de los ciudadanos y me parece muy importante que se mencione el tema de los aviones, porque Colombia debe sacar en los próximos meses la flota completa de Kfir, y quedaría en un enorme desequilibrio estratégico en temas de seguridad y defensa.
La negociación de los aviones comenzó en el gobierno de Juan Manuel Santos, porque son procesos largos y muy complejos, que muchas veces tiene que pasar por ratificaciones de los congresos de otros países, porque las negociaciones se hacen gobierno a gobierno.
Colombia venía evaluando varios de estos aviones, los suecos, los de EEUU, en fin varias opciones para ver cuál se acoplaba a las necesidades de seguridad y defensa, pero lamentablemente, y por cierto temor a la opinión pública eso parece que se metió en el congelador y yo creo que es una irresponsabilidad en temas de seguridad y defensa de la nación.
Los Kfir ya van a salir, no hay tiempo de repotenciarlos, -desde hace tiempo cumplieron su vida útil-, y uno tiene que tratar de mantener un equilibrio y una fuerza disuasiva, -nosotros no estamos en un vecindario fácil-, y nosotros continuamos recibiendo amenazas de organizaciones terroristas, de narcotraficantes, en fin, ese tema es muy grave.
También hay que explicarle a la gente que gran parte del presupuesto de seguridad y defensa es un presupuesto muy rígido, porque es un presupuesto que se va a pago de personal, a pago de pensiones y el país tiene que entender que cuando uno invierte en este sector está invirtiendo el seguridad que es la que garantiza la vida a los ciudadanos, la integridad de sus bienes, pero también la inversión que genera crecimiento económico.
Recordemos que cuando uno no le da garantías de seguridad jurídicas y de seguridad física las empresas se van, la inversión se va y los derechos de los ciudadanos no se pueden garantizar si usted no tiene una fuerza pública lo suficientemente fuerte, con una buena inteligencia, con los equipos necesarios para poder actuar y garantizar la convivencia.
360:
Senadora, a escasos nueve meses de las elecciones presidenciales y un poco menos de las elecciones de congreso, tratando de superar una pandemia que ya los países más avanzados en vacunación sugieren que sigue siendo un esfuerzo de largo aliento y que la pandemia nos acompañará por lo menos otros dos años,
¿Qué temores tiene sobre ese proceso democrático que el país va a enfrentar y que es uno de los más importantes quizá en los últimos 30 años?
P.H.:
Yo creo que hay varios retos, un reto importante que se menciona y que los demócratas no han querido ver, el tema cibernético. En 2019 Harari, el autor israelí escribió un artículo para El País, que se llamaba «Los cerebros hackeados votan», y él alertaba a las democracias liberales del hemisferio, y decía, mucho cuidado todos los países porque todos los avances científicos y tecnológicos que hoy se usan para llevar a la gente por ejemplo a consumir ciertas redes, a ver ciertos anuncios, a consumir ciertos productos se va a terminar usando para influenciar los procesos electorales y la doctrina hacia la cual se va inclinar la comunidad.
Nosotros lo vimos en estas marchas y en estos procesos los que representa la ciberguerra, como se puede manipular la información, como se genera posverdad o mentira emotiva, donde a la gente se le mueven los sentimientos a través de un trabajo sistemático en redes, de un discurso y desde una manipulación; entonces ese es un primer gran reto estructural que no es solo para Colombia sino para todas las democracias liberales.
Un segundo reto, es que la pandemia generó una crisis social y económica que tenemos que superar rápidamente, porque eso es cargo de cultivo para una explosión social, nosotros tenemos que buscar una reactivación segura que permita recuperar los empleos y que nos permita recuperar la senda de crecimiento, ese es un segundo gran reto.
El tercer reto es el de la salud pública, se mencionaba algo muy importante y era que se creía que bastaba con llegar a la inmunidad de rebaño, que la medida en que avanzáramos en el tema de vacunación todo iba a estar resuelto; hoy con la aparición de nuevas cepas y con lo que vienen descubriendo los científicos por los procesos que se están viviendo en los países, esto no va a estar del todo superado con solo lograr la vacunación.
Yo creo que hay varias cosas importantes, Colombia viene avanzando incluso de manera acelerada el tema de vacunación; nosotros teniamos una meta de 35 millones de dosis aplicadas para diciembre de este año y probablemente se logre muchísimo antes, que eso nos daría la inmunidad de rebaño, -de hecho hoy Colombia está tres puntos porcentuales del promedio mundial en aplicación de primeras dosis según el informe de Oxford-, pero tenemos otros retos y es que los ciudadanos tienen que entender que la vacuna no evita el contagio, la vacuna lo que disminuye es la probabilidad de mortalidad por la enfermedad.
Entonces, se tiene que mantener el autocuidado, se debe mantener el tapabocas, pero tenemos que lograr mantener el cuidado y reactivar la economía, -nuestra economía no aguanta más cierres-, y también entender que la pandemia cambió las formas de consumo y cambió muchas cosas que se van a quedar así.
La pandemia por ejemplo evidenció que nosotros éramos un país sin conectividad, no solo conectividad de vías, etc., sino de internet, entonces nosotros hablamos por ejemplo de educación digital y lo que teníamos era teleeducación, un profesor frente a un computador dictando una clase y muchos estudiantes sin conectividad y algunos con conectividad pero sin plataformas, eso no es educación virtual porque ahí ni los profesores ni los estudiantes están capacitados para lo que implica la educación en estos ambientes de virtualidad, entonces no les sacamos el suficiente provecho, ese es un reto.
Seguimos con un problema en conectar país, en entregar plataformas, en formar estudiantes y profesores, porque lo cierto es que el internet si es una gran herramienta para temas como la educación, la salud, incluso el Blockchain y muchos de los nuevos desarrollos nos permitirían tener un estado más pequeño y más eficiente, con una mayor cantidad de educación y de transparencia, -nosotros todavía no hemos aprovechado eso-, entonces la pandemia nos puso de cara unos retos y también unas nuevas posibilidades, que van a estar ahí para el reto electoral.
360:
Senadora, hemos hablado con Alberto Bernal, con el ministro de hacienda José Manuel Restrepo y hay que analizar sobre las realidades, -no las suposiciones- y la realidad es que una serie de coyuntura de variables nos llevaron a que el país perdiera el grado de inversión, -hay una esperanza de que una calificadora la mantenga-, sin embargo, los flujos hacia Colombia se han mantenido, lo destacaba el ministro, sin embargo, también han salido. Entender que hay corporaciones muy grandes que por reglamentos no pueden invertir en países que no tengan grado de inversión.
Usted acompañó al expresidente Uribe en sus mandatos, y en ese momento Colombia era una aventura, no había grado de inversión, era un país a punto de ser fallido, sin embargo, se logró salir. El dinero no surge de la nada, la riqueza se crea, el valor se crea, y no lo crea el estado tampoco, lo crea la empresa privada.
¿A nivel económico, a través de conversaciones con empresarios, con un grupo de interés, qué ha podido discernir usted sobre lo que vive Colombia y hacia dónde cree que deberíamos avanzar?
P.H.:
Varias cosas, la primera es que esta puede ser una gran oportunidad para Colombia, «y me van a decir está loca», pero miren por qué lo digo. La primera es que, si nosotros logramos pasar la reforma que está en este momento en trámite en las comisiones conjuntas, tercera y cuarta del congreso, nos van a mantener algunas la calificación de riesgo.
Recordemos que esta reforma es una reforma que sacrificó recaudo, que va a tener un recaudo mucho menor, de unos 14 o 15 billones aproximadamente pero que nos va a permitir mantener el apoyo a las clases populares, el apoyo a las empresas a través de programas como el PAEF, para que puedan sostener el empleo, y mandar una señal de tranquilidad a los mercados internacionales.
Yo estoy casi segura que esa ley va a ser aprobada porque además es una ley que van a financiar empresas y las personas más pudientes, y que no va a tocar ni a las clases medias ni a las clases populares, entonces ahí se va a enviar un primer mensaje. El gobierno está pensando en facultades para poder disminuir el tamaño del estado, si nosotros comenzamos a mandar un mensaje de responsabilidad y austeridad fiscal eso también envía un buen mensaje al resto del país.
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Lamentablemente en ocasiones, el malestar de unos es el beneficio de otros, por ejemplo, las heladas en Brasil hoy tienen precios nunca vistos en el café de Colombia, o sea, estamos en unas cifras que nos tienen con muchísima esperanza, y que lamentablemente pasa en un momento de gran incertidumbre en países como Argentina, -que ya lo sacaron de los países emergentes-, o lo que están viviendo en Chile y en Perú, y pues por eso Colombia siegue siendo un país atractivo, por estabilidad democrática; si nosotros logramos mantener esta estabilidad democrática, señales claras a la protección de la empresa y estas señales de austeridad fiscal, yo estoy segura que podemos volver a lograr una senda de crecimiento económico muy importante.
Los empresarios nuestros son empresarios muy valientes que han afrontado muchísimas crisis, son empresarios que solo piden dos cosas, seguridad física y seguridad jurídica, si nosotros garantizamos esas dos cosas, si empezamos a mandar estos mensajes a los mercados internacionales yo estoy segura que el proceso de reactivación se va a dar
Adicionalmente tenemos otra cosa, Colombia tiene unos proyectos prioritarios en el sector minero que, si logramos destrabarlos y llevarlo a feliz término, eso va a agilizar muchísimo más rápido el proceso de reactivación.
360:
¿Cómo cree usted que su partido, el Centro Democrático, debe presentarse a las elecciones del 2022 tanto a nivel de congreso como de presidencia?
¿A nivel de congreso cree usted que es mejor listas abiertas, cerradas?
y sobre la presidencia un mecanismo de elección, ¿cuál es el que más le parece justo?
P.H.:
Varias cosas, la primera es que yo siempre he sido defensora de la lista cerrada porque ayuda a fortalecer los partidos, que facilita el control, por ejemplo, sobre la financiación de las campañas, porque en listas abiertas son miles de candidatos, hagamos por ejemplo una cuenta rápida:
Que se presenten 10 partidos, cada uno puede presentar una lista de 108 candidatos a senado, -multipliquen-, más los de cámara, ¡son miles!, ¿quién controla esas cuentas?, es casi imposible. Si en cambio el control se hiciera por partidos, teniendo que competir los partidos en listas cerradas con un mecanismo democrático de preselección, yo creo que se fortalecería la democracia, la transparencia, pero lo cierto es que hoy eso no es posible ya que no lo hacen todos los partidos lamentablemente.
Mi partido tuvo una lista cerra en el primer periodo, en el segundo la abrió y ya es muy difícil volverla a cerrar, porque ¿cómo se establece el orden de manera objetiva?
360:
Senadora, hemos detectado cierta insatisfacción del Centro Democrático como partido, si lo hablamos desde una facción ‘uribista’ con el ejercicio de la lista abierta a nivel congreso como a nivel local. Ha pasado que, en concejos, por ejemplo, como llegan en lista abierta, unos se entregan a una administración cuando el partido debería estar en oposición, y lo mismo pasa a veces en el congreso, no tanto de entregarse, sino más bien a nivel del voto más ordenado, de una coherencia, de pronto el riesgo de parcelar un partido de cada curul, ¿han visto qué si es un error?
P.H.:
Si, el problema de la lista abierta es que genera mucha indisciplina porque mucha gente cree que no tiene ninguna responsabilidad con el partido, sino que es dueña de su curul, pero yo creo que eso se puede subsanar con una mayor exigencia y disciplina al interior del partido porque para eso existe la ley de bancadas.
Lamentablemente en este momento creo yo que sería muy difícil volver al esquema de lista cerrara en el partido, entonces seguramente serán abiertas, lo que yo siento es que para subsanar un poco esas dificultades se tiene que tener mayor rigor en la selección de las personas que van a ser avaladas, y una mayor exigencia de disciplina de bancadas y del comité de ética del partido, porque como se señala, ha sucedido que se avalan por el partido, pero empiezan a actuar o a votar en contravía de los principios y de los que establece el partido mismo.
Creo que aquí, además no solo nuestro partido, sino los demás van a tener un reto que es una lista 50/50, y lamentablemente no hay tantas mujeres que quieran hacer política, entonces ese va a ser otro reto enorme; si a veces era difícil cumplir la cuota de 30% imaginémonos que va a pasar hoy con una cuota de 50%.
Frente el tema de la presidencia, yo creo que lo importante es lograr más allá del partido una gran plataforma que logre unir a un sector los más amplio posible de colombianos en torno a unas respuestas que hoy está buscando el país.
Colombia necesita una reforma integral a la justicia y estructural, Colombia necesita una política que permita la rápida reactivación y un crecimiento económico sostenido y sostenible; Colombia necesita una gran revolución educativa; nuestro sistema educativo sigue atado a un modelo que no responde a las necesidades, a las expectativas hoy, y nos preocupamos mucho por cobertura, pero dónde está el tema de calidad y pertinencia.
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Necesitamos una gran revolución educativa, yo creo que hay que profundizar todo el tema de depuración en el sistema de salud, ya se hicieron algunas reformas, por ejemplo, fortalecer las superintendencias, y se han hecho otras, pero debemos ir más allá.
También hay un gran reto en mercados. La pandemia según la Organización Mundial de Comercio y muchas entidades hizo que pasáramos de la globalización nuevamente a la regionalización, porque los cierres que ha provocado la pandemia están llevando a los países a empezar a buscar los productores los consumidores, los proveedores mucho más cerca, entonces tenemos que pensar en este nuevo panorama y Colombia tiene hoy muchos temas que necesitan respuesta.
Lo que tenemos que lograr es una gran plataforma con unos mínimos que puedan responder a las necesidades de los colombianos para ganar la presidencia más allá de solo el partido.
360:
¿Le gustaría que fuese ese único candidato de una gran coalición a primera vuelta, o apostar e ir divididos en primera vuelva?
P.H.:
Yo esperaría que el partido lograra tener candidato único en diciembre, y ese candidato corriera con los demás en marzo en la consulta, en el marco de la elección al congreso para ir con candidato único a primera vuelta. Yo creo que es la manera de asegurar que este sector gane la presidencia.
A mí me parece muy difícil correr divididos, además porque el país no quiere más divisiones, no quiere más peleas; el país hoy no quiere más paro, quiere empleo; no quiere más vandalismo, quiere fortalecimiento de la fuerza pública; no quiere más división, destrucción o peleas, quiere unidad, quiere propuestas y quiere esperanza y yo creo que eso es lo que tiene que lograr este gran bloque.
@PaolaHolguin @CentroDemocratico