Por: Redacción 360 Radio
Es conveniente comenzar señalando que todo humo negro que se vea en el tubo de escape que va adherido a un motor es combustible excesivo que se ha quemado. Y es que por el tamaño de los motores diésel que tienen grandes cilindradas, teniendo en cuenta que algunos pueden llegar a los 13.000 centímetros cúbicos, estos aspiran una cantidad de aire muy grande, que es empujada por un compresor o turbocargador.
En dicha proporción hay que agregar ACPM a través de los inyectores. Cuando dicho aceite combustible no se quema, del escape sale una enorme expulsión de humo sobrante de dicho ACPM, lo que se conoce como la popular chimenea.
Cabe precisar que la mayoría de los motores diésel que operan en Colombia tienen sistemas de inyección del ACPM de control mecánico, que gravitan sobre una bomba de alta presión. Su entrega es básicamente para la presión atmosférica a nivel del mar y hasta unos 1.000 metros de altura, y es aquí donde comienza el problema.
Así las cosas, en Bogotá o Medellín, por citar como ejemplos, las condiciones resultan críticas debido a que el más mínimo desfase de la calibración de la bomba se convierte en las grandes cantidades de humo negro que alteran la salud de las personas y la del mismo motor. Esto se explica indicando que ese ACPM diluye el aceite y baja la lubricación.
Si bien no es un automotor de grandes proporciones, aquí puede ver un ejemplo de un motor diésel expulsando una gran bocanada de aire: