El exalcalde de Medellín, exgobernador de Antioquia y ahora precandidato presidencial, Sergio Fajardo Valderrama, habla con 360 Radio sobre los principales temas que aquejan a los colombianos: seguridad, economía, pensión, reactivación. Para el precandidato Sergio Fajardo es fundamental recobrar la confianza de los ciudadanos en las instituciones
360:
¿Cómo se encuentra doctor Sergio Fajardo?
Sergio Fajardo (S.F.:)
Vamos bien, en tantas cosas que pasan en este mundo de la política y de lo público, pero yo estoy contento y estoy contento de recorrer a Medellín hoy y de recorrer todo el país en dos dimensiones.
Una con la Coalición de la Esperanza, ese grupo al cual yo pertenezco en representación de Compromiso Ciudadano, donde estamos nosotros, donde estamos construyendo una opción política de centro para ocupar el espacio de cambio para transformar en Colombia. -Hemos venido trabajando juiciosamente desde hace varios meses- en diferentes partes del país, avanzando con nuestro trabajo, – recuerden que ahí está Jorge Robledo, Humberto de la Calle, Juan Manuel Galán, Juan Fernando Cristo, y estoy yo por supuesto como Compromiso Ciudadano-
También estamos pendientes de las discusiones que hay en el partido verde, donde hay varias personas que están con nosotros, y esa es una cancha en la que estamos jugando, donde estamos construyendo y ya hemos recorrido varias partes del país, y al mismo tiempo por supuesto está la campaña de Compromiso Ciudadano, conmigo, que la estamos haciendo individualmente y vamos bastante bien.
Esta semana hemos estado en Medellín y ese es el camino que estamos recorriendo – yo estoy muy contento-
360:
Doctor Fajardo, 360 Radio ha comenzado un ciclo de conversaciones con los diferentes precandidatos, y basándonos en unas problemáticas fundamentales que hoy tiene el país y que se ha recrudecido con el paso de la pandemia y desde luego con las necesidades estructurales que tiene Colombia, una de ellas y usted como alcalde y gobernador pudo evidenciar es que hay una creciente desconfianza que se ha -lastimosamente- consolidado en este año entre ciudadanía y estado.
Las decisiones muchas veces de la justicia son cuestionadas, no se entienden, son incoherentes; por otro lado, un Congreso con un alto desprestigio, un Gobierno muy impopular, ministros impopulares. Esto ha generado que esa confianza ciudadano-estado, que es fundamental en cualquier gobierno más que exitoso, un gobierno legítimo se ha resquebrajado de una forma importante, de manera que no se confía en el policía, se desconfía de los militares, incluso de los docentes, esa relación también este año ha tenido grandes fracturas.
Doctor Fajardo, ¿Cómo recuperar la confianza y cómo ayudar a que la ciudadanía se vuelva a conectar con las personas que tienen el poder de gobernar?
S.F.:
Primero, estoy de acuerdo con el diagnóstico que se hace. Yo creo que Colombia tiene varias fracturas, dentro de esas, una fundamental es la pérdida de confianza en las instituciones, y eso tiene un costo altísimo para una sociedad – como lo describen ustedes-. Cuando la ciudadanía no confía en ese grupo de personas que hacen parte de las instituciones, que tienen responsabilidad de garantizar el funcionamiento del Estado, de impartir justicia, de dar la seguridad, es una sociedad que está coja, y es muy peligroso porque ese malestar y esa desconfianza ciudadana pueden conducir en cualquier situación.
Cuando tenemos una sociedad donde es generalizada la sensación de corrupción, que es una de las formas de expresar la pérdida de confianza en las instituciones, es una forma de decir -y estoy convencido de lo siguiente- y es cuando usted le pregunta a la gente y la gente habla de la corrupción, lo que están diciendo es que no creen en esas instituciones y que hay una asociación que nos están robando.
Cuando una sociedad está en esa situación generalizada, además, cuando la sociedad tiene también una conciencia acerca de la profundidad de las desigualdades en la sociedad, esa es una sociedad que tiene muchos malestares y es el ambiente propicio para el mundo del populismo; y el populismo simplemente llega de problemas muy complejos, hace una aclaración muy sencilla y pretende responderle el problema a la gente, esa es una primera observación que vale la pena tener en cuenta para avanzar en la respuesta del problema que se plantea.
La pérdida de confianza de las instituciones es una crisis grave de la sociedad colombiana, porque sin confianza no hay transformación y sin confianza no hay liderazgo, y sin confianza cualquier cosa puede pasar y en ese terreno estamos.
Ahora, ¿Cómo se recupera?, -yo quiero hacer una afirmación y una acotación dentro de todo esto-. Cuando nosotros llegamos al poder acá, -y estoy hablando de nosotros, de Compromiso Ciudadano, en el año 2004, que empezamos la alcaldía-, nosotros tuvimos los índices más grandes de confianza que ha tenido la ciudadanía en un gobernante en la historia reciente de esta ciudad, Medellín.
Precisamente, esa fue la materia prima que nos permitió avanzar en la transformación que nosotros hicimos de la ciudad; el impacto que tuvo nuestro gobierno en la ciudad de Medellín y en general no solo en Medellín, -porque esto no se quedó solamente acá-, sino que fue un ejemplo de cómo construir esa confianza, liderar, transformar para avanzar en nuestra sociedad.
Ahora, ¿Cómo se hace esto?, aquí yo creo que hay un solo camino y está asociado con la política, a la forma en como se hace la política, la forma como quienes estamos en lo público hacemos la política, de la manera como conducimos nuestro comportamiento ante el público, la claridad y la trasparencia para tramitarla, eso es lo que tenemos que hacer nosotros como personas públicas o como gobernantes con los asuntos del Estado, y esa es la única posibilidad para recuperar esa confianza, porque eso se traduce en la voluntad de quienes gobernamos, la voluntad de quien gobierna es fundamental en la lucha contra la corrupción que es el primer paso para ir recuperando la confianza en las instituciones.
Lo que ha pasado en Colombia con las instituciones es dramático, lo hemos visto en todos los espacios; doy ejemplos, todos sabemos lo que pasó con el fiscal anticorrupción que era un gran corrupto, el cartel de la toga, el contralor general del departamento de Antioquia, -que acá no se ha dicho prácticamente nada-, en el periodo anterior, que era un pillo, condenado por la justicia.
Cuando todas esas personas que supuestamente tienen esa investidura de una responsabilidad gigantesca, que es impartir justicia en nuestro país, pues son ejemplo de la corrupción y todo eso va deteriorando la estructura que nosotros tenemos y tiene que ver con la política, con la voluntad de quienes gobernamos, la forma cómo lo hacemos; dar ejemplo a nuestro comportamiento, la manera como hacemos todo transparente.
Yo creo que la transparencia es una condición esencial para que la ciudadanía pueda recuperar la confianza, y transparencia significa que todo se pueda ver, que la ciudadanía pueda tener la capacidad, -y cuando digo la ciudadanía estoy hablando de los medios de comunicación como organizaciones de diferentes naturalezas-, solo así, no hay más fórmulas y esa es la fórmula necesaria para un país como el nuestro, un país donde por ejemplo los organismos de control no sean objetos o pertenezcan al gobierno, -porque eso es lo que ha pasado-, como pasaba con el contralor general de Antioquia en la Administración pasada, -como les señalaba-, y como pasa en el Gobierno Nacional y eso es lo que va deteriorando la vida pública, la confianza ciudadana y es un daño muy grade para poder avanzar como sociedad.
360:
Doctor Fajardo, la creación de riqueza a través del empresariado es fundamental porque va acompañada de valor, usted entenderá y no hay que detenernos ahí. El dinero ni se imprime, ni brota de la tierra, ni mucho menos se puede someter a la ciudadanía a un asistencialismo, el problema radica principalmente en que esa desconfianza ha calado lastimosamente entre el empresariado.
Fajardo, si usted es presidente tendrá que hacer una reforma tributaria seguramente, dentro de 2 años aproximadamente.
¿Cómo piensa usted poner a funcionar el país para una recuperación económica optima, equitativa y de largo aliento, que no sean reformas que nos lleven a hacer otra cada dos años?
S.F.:
Primero, yo estoy seguro que existe la desconfianza por parte del empresariado y eso está asociado con perder confianza en las instituciones del Estado que regulan la actividad económica, que fijan las reglas para el desempeño económico y la posibilidad de generar riqueza – nosotros necesitamos eso en nuestro país-, eso no está en discusión.
El valor del empresariado para generar bienestar en nuestra sociedad, generando empleo y multiplicando la capacidad y las oportunidades para muchas personas, -eso está clarísimo y es necesario-, pero cuando se pierde la confianza en las instituciones, también la pierden los empresarios, no solamente el ciudadano común y corriente. Es que el ambiente que se crea deteriora la calidad del mundo empresarial en un país y ese es un costo altísimo que está pagando nuestra sociedad.
Segundo, por ejemplo para ilustrar lo que estamos hablando, porque lo que viene para Colombia, -y de esto no hemos hablado, pero es importante señalarlo-, es que Colombia va a cambiar; yo quiero hablar por un segundo en términos políticos para hacer mención a este tema porque esto no es que los empresarios van por acá y la política por allá, -esto es política en lo que estamos nosotros-, y hay que entender las condiciones que se vienen para la sociedad colombiana y la razón por la cual nosotros estamos en ella.
Colombia va a cambiar, nosotros llevamos 20 años con un grupo político, alrededor del expresidente Álvaro Uribe que ha conducido los destinos de la Nación. Todas las personas que han llegado allá han sido por su asociación directa con el expresidente Uribe; son 20 años, es un periodo muy largo en la historia de Colombia, y Colombia va a cambiar porque se llenó el vaso.
O sea, se perdió la confianza en las instituciones, -hoy Colombia no tiene confianza en las instituciones-, hay una asociación directa de un Estado que es corrupto, al mismo tiempo la profundidad y la dimensión de las desigualdades sociales que tienen nuestra sociedad y que hacen parte de lo que fue el estallido social, y esas condiciones en nuestro país significa que Colombia va a cambiar; las sociedades cambian cuando se llena el vaso, ese es el momento para cambiar.
Entonces, ¿en temas políticos qué tenemos nosotros enfrente?, vamos a tener tres alternativas para lo que se viene a continuación.
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El cambio, cambio para arrasar, cambio para destruir lo que ha sido el establecimiento en el sentido de la rabia, cambio para transformar – que es el que representamos en el sentido de la esperanza-, y hay unas situaciones políticas que es lo que tenemos en este momento.
Tres alternativas van a tener enfrente Colombia, esas tres alternativas nos vamos a confrontar en la campaña política y cada alternativa tienen un camino para seguir, con respecto a la pregunta formulada.
El primer punto entonces, establecido ese marco, yo voy a hablar desde la perspectiva de quienes vamos a cambiar, pero vamos a hacer un cambio para transformar nuestras instituciones, no para arrasar con lo que tenemos, sino para construir, pero para cambiar fundamentalmente la forma como se viene conduciendo esta sociedad. Desde ahí voy a hablar yo.
Ustedes han visto cómo se destruye la confianza y se destruye la confianza empresarial, ¿Cuántas reformas tributarias ha presentado este Gobierno?, ¡Tres!, pero además contradiciendo lo que dijo que iba a hacer, porque no se nos puede olvidar eso, es que este Gobierno ha hecho las cosas muy mal, este Gobierno le ha hecho daño al mundo empresarial, porque ha destruido la confianza en la ciudadanía – cuando a la ciudadanía le presentan tres reformas tributarias o le hacen algo que dijeron que no iban a hacer, eso destruye confianza-, entonces no tratemos de tapar las cosas y hay que cambiar y por eso Colombia lo va a hacer.
Entendido eso, nosotros vamos a tener que hace una reforma tributaria, todos lo sabemos, sabemos que esta reforma es puntual para paliar unas necesidades, para que el Gobierno termine, y de ahí para adelante vamos a tener que hablar acerca del tipo de reforma tributaria que debe tener Colombia. Digo dos o tres palabras básicas con respecto a lo que debe venir para el país.
1: Yo creo que las empresas no tienen que ser las que paguen la mayor parte de los impuestos, yo no tengo duda de que ese impuesto que pagan las empresas se tiene que disminuir, -de hecho, este Gobierno que lo había disminuido lo había tenido que volver a subir para recoger plata de afán para terminar el año-. Es que este Gobierno lo ha hecho muy mal, si no lo hubiera hecho así no tendríamos estas discusiones.
2: Las personas tenemos que pagar mucho más de acuerdo a la riqueza que nosotros tenemos, y las personas que más tienen vamos a tener que pagar más dentro de ese contexto.
Entonces, una reforma que tiene un aspecto que fortalece la capacidad empresarial que nos interesa a nosotros para la innovación, para el fortalecimiento de las empresas que tenemos, para la generación de empleo, para avanzar en la formalidad, pero con personas que pagamos más de acuerdo a la condición que tenemos con respecto a la riqueza que se tenga.
Ese va a ser un punto clave dentro de esto y será parte de una discusión, que además tiene que ir acompañada rápidamente de una reforma laboral porque el mundo del empleo cambió dramáticamente. La tributaria va de la mano de una reforma laboral que debemos hacer para ajustar el desarrollo de la sociedad colombiana con el salto del cambio tecnológico que nos aceleró la pandemia, -de otra forma-, porque no vamos a recuperar los empleos que perdimos por el mismo camino. Tenemos que entender esto con una reforma laboral y con nuevas fuentes de generación de empleo en nuestro país que será punto crucial en la discusión para la campaña.
Igualmente, debemos hacer como se sabe desde hace tiempo, una reforma pensional, que va de la mano de la reforma tributaria, de la reforma laboral, para ver que el empleo que vamos a tener en la sociedad pueda garantizarles a las personas las pensiones, y de hecho, desde ahora, garantizar una renta básica para las personas adultas, los viejos, las personas mayores que no tienen ningún tipo de protección; para allá vamos. Ese es el camino que vamos a tomar para hacerlo y nosotros lo vamos a presentar y de una manera juiciosa.
Si no hacemos eso, Colombia va a estar en problemas, pero necesitamos recuperar la confianza, porque si usted va a cobrar impuestos para hacer todo esto, pues debe recuperar la confianza en la ciudadanía.
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360:
Tenemos en todas las ciudades del país un fenómeno de inseguridad creciente, que era previsible apenas se fuera diluyendo el paso de la pandemia, pero que tampoco es nuevo, además, porque otra reforma que no se ha hecho -que es estructural-, pero que no se hace, es la de la justicia, esa es otra deuda histórica del país.
Pasa desde el nivel micro cuando alguien le roba a alguien en la calle y luego un juez lo deja libre por cualquier razón, y la persona se siente muy mal con la justicia del país y los mismos policías van perdiendo confianza porque dicen: «yo para qué capturo a este señor otra vez si lo van a soltar». A mayor escala tenemos contratistas que han defraudado al Estado a través de los últimos 20 años, y también quedan libres.
Hay una clara impunidad demostrada en cifras, en casos de robos, de homicidios, de corrupción y de todo el código penal,
¿Qué piensa acerca de esto?
S.F.:
¿La pregunta es, y por qué no se hace una reforma a la justicia?, van 20 años gobernando los mismos y no se ha hecho la reforma a la justicia, ¿Por quién no se ha hecho, por culpa de los que no hemos gobernado?, es porque los que están en el Gobierno no la hacen, -no se les olvide eso-
Porque en este mundo de la política hay una corrupción metida adentro que hace parte de un poder que impide que en nuestro país haya una verdadera justicia.
Entonces primera observación, como les dije, se llenó el vaso y los vamos a cambiar, por todas estas son razones hay que cambiarlo.
Ahora, el tema de la seguridad; nosotros en Medellín y en Antioquia sabemos mucho del problema. En Medellín hoy, por ejemplo, hay un problema en el territorio de la ciudad, lo que está pasando en muchos barrios con la extorsión, como se está vendiendo lotes, mafias organizadas puntalmente por las comunas, por las zonas de Medellín.
La única forma en que se lucha contra esto es sin duda con la Policía; nosotros no podemos trabajar si no es con la Policía.
La articulación de una policía que tiene unas fortalezas, pero que tiene que avanzar en la política criminal que necesita este territorio, y eso significa ser capaces, en cada pedazo del territorio, de la ciudad, del área metropolitana, porque estos crímenes tienen una red que cubren al país entero y para eso se necesita una política que luche contra la criminalidad en cada territorio y que sepa cuáles son las problemáticas ahí. Hay que saber diseñar esa política asociada con lo que pasa en cada territorio y nunca se les olvide, -siempre hay que mirar a los jóvenes en cada parte del territorio-, porque mientras hay que combatir a los criminales, simultáneamente tenemos que evitar que en nuestros jóvenes sean ese remplazo que se da permanentemente si no estamos previniendo.
Todo se puede hacer de una forma articulada, con las herramientas tecnológicas; se requiere la sofisticación de una inteligencia que en Colombia está retrasada y es necesario no solo combatir las guerrillas, sino también acabar con esa violencia urbana. La gente tiene miedo y cuando hay miedo, estamos sometidos al control de los criminales.
Una política criminal, que significa que en cada pedazo del territorio usted tiene que saber qué es lo que está sucediendo y quiénes actúan; se necesita entonces inteligencia para descubrir esas redes que están por todo el territorio e inteligencia para saber a dónde va la plata.
Hay que articular mejor a la policía; esto no es solo con alcaldes y gobernadores, sino en articulación con el Gobierno Nacional para actuar en cada pedazo del territorio.
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