Colombia se ha caracterizado por ser un país altamente hipócrita, pero quizás en donde mayor detecto esto es en la religión, buscan legalmente que se respete el Estado laico, pero siempre y cuando no afecte los intereses personales.
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Por: Andrés Felipe Gaviria Cano
Colombia, uno de los países en el mundo con mayor número de días festivos, específicamente 18 para 2022 y muchos de ellos altamente religiosos, del proveniente de la religión católica, donde muchísimos factores son perjudicados por cuenta de este fenómeno que se va extendiendo cada vez más, pues cada tres o cinco años inventan un día festivo nuevo. Existen exabruptos como tres puentes seguidos y esto sucedió a mitad de año o en noviembre que hay dos puentes seguidos.
Hoy quiero plantear, basado en lo que está pasando y es un discurso mío desde hace mucho rato. La Constitución dice que Colombia es un Estado laico, muy bien que sea un Estado laico, excelente, lo respeto, lo acato, me parece que está perfecto.
Creo altamente en la necesidad de la multipluralidad de creencias, creo que cada persona debe creer en lo que quiera y si no quiere nada, está bien, a cada uno se le tiene que respetar sus creencias, respetar su espacio religioso; pero por ello mismo es coherente, hipócrita y no tiene fundamento jurídico que Colombia hoy preserve tantos días religiosos.
Mientras, por otro lado, está atacando que existan, por ejemplo, capillas en un aeropuerto como lo acontecido en el aeropuerto El Dorado por cuenta de una solicitud que hizo la Secretaría de Gobierno de Bogotá, claramente encabezada por Claudia López.
Reafirmo mi posición de respeto y de entendimiento a esta situación, es apenas normal, pero entonces no me explico por qué en Colombia que hay tantos ciudadanos preocupados por el Estado laico, ¿por qué ninguno ha interpuesto una tutela o una demanda para que en Colombia se elimine el calendario ordinario?, la cantidad exagerada de días festivos religiosos que hay, ¿por qué no dar ese paso? Pongámoslo en el plano religioso, ‘no tiene sentido’.
Claramente, quienes están en contra de esta posición dicen que Colombia vive del turismo y del turismo interno en cada puente religioso, y esto sería masacrar unas jornadas de vacaciones que son muy cortas ,de 15 días, y los empleados que están por contrato de servicios son las únicas vacaciones que tienen, pues eso mis queridos lectores son fenómenos externos. Son fenómenos que tendrían que sufrir un daño colateral, por cuenta de una decisión que iría acorde al ordenamiento jurídico colombiano que respetaría la Constitución, y eso es un Estado laico.
Si quieren conquistar días festivos por cualquiera que sean las causas o bajo cualquier argumento, que hagan esa conquista laboral a través de otros mecanismos, pero no escudados en la religión, porque sucede en Semana Santa que todos disfrutan ese receso y ahí no tienen ningún reparo porque es de otra religión, ‘todo el mundo se vuelve católico en Semana Santa’.
Eso no solamente habla muy mal de la sociedad colombiana, que es normal y uno se va acostumbrando, pero insisto, hoy está violando la Constitución. Entonces yo esperaría, (obviamente no va a pasar), que con un gobierno que respeta el Estado laico, un gobierno que promueve la libertad religiosa y sobre todo, que es tan garantista y tan guardián de la Constitución: que procedan a eliminar los días festivos religiosos.
Otro debate sería que aumentaran el periodo de vacaciones o dejarlo como está y simplemente conservar como días festivos las fechas patrias como el 20 de julio, 7 de agosto, 1º de mayo, día del trabajo, 1º de enero, 12 de octubre, día de la raza y el 12 de noviembre, independencia de Cartagena. Por lo demás, no tiene que haber más festivos.
Claramente, esto no va a pasar en el corto plazo, pero personalmente quisiera dejar planteada esta reflexión. A ver si a la mayoría de colombianos que están en contra de esto les gana la hipocresía y la incoherencia o tienen la capacidad del coraje y la gallardía de aceptar la alta hipocresía de muchos colombianos.
Del mismo autor: Criminalizar a quien tiene un vehículo particular