La Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) dejó en firme las sanciones impuestas a cuatro reconocidas empresas del sector lácteo Gloria, Lactalis, Hacienda San Mateo y Sabanalac— tras confirmar que comercializaron como leche entera productos que contenían adiciones no permitidas de lactosuero, específicamente CMP (caseinomacropéptido).
Panorama general: La decisión ratifica la medida adoptada el 12 de febrero de 2015, luego de que la entidad concluyera que ninguna de las compañías logró desvirtuar los hallazgos documentados durante la investigación. Según la SIC, existía evidencia técnica suficiente para demostrar que los niveles de CMP detectados en varias muestras superaban ampliamente los atribuibles a procesos naturales, ambientales o biológicos.
Los análisis aportados por el Invima resultaron determinantes: mostraron concentraciones elevadas de CMP que no correspondían con la composición natural de la leche entera. Esa inconsistencia, según la autoridad de control, indicaba que los productos comercializados no se ajustaban a las características anunciadas al consumidor.
Multas por leche adulterada: SIC confirma sanciones contra Gloria, Lactalis y otras marcas
La investigación también examinó muestras de marcas como Medalla de Oro, Máxima, Algarra, De la Cuesta, Alkosto Hiperahorro, Parmalat, Latti y Pomar, todas ellas distribuidas por las compañías sancionadas. Además, la SIC encontró inventarios de lactosuero sin suficiente justificación y estructuras de costos que no coincidían con las de una leche producida sin adición de CMP, lo que reforzó la conclusión de que hubo manipulación indebida.
La SIC confirmó que las cuatro empresas sancionadas no lograron desvirtuar los hallazgos técnicos sobre la presencia irregular de caseinomacropéptido en los productos comercializados.
Por qué es importante: La entidad destacó,que empresas como Gloria, Lactalis y Hacienda San Mateo obtuvieron una ventaja competitiva al reducir costos mediante el uso de lactosuero en lugar de leche entera. En el caso de Sabanalac, aunque se verificó la presencia de CMP, la SIC determinó que no existían elementos suficientes para afirmar que esa práctica se tradujo en un beneficio económico frente a la competencia.
Con esta resolución, la autoridad colombiana reafirma su control sobre prácticas que puedan afectar la calidad de los alimentos y los derechos de los consumidores, y envía un mensaje claro al sector lácteo sobre la obligatoriedad de cumplir con los estándares de transparencia y composición establecidos en la normativa vigente.
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