La investigación muestra como con autorización de altos directivos de la FCF, varias boletas fueron vendidas a un porcentaje de 350% superiores al del precio de taquilla, en comparación al precio de las oficinas de TicketYa en la ciudad de Barranquilla.
Por: Redacción 360 Radio
Tras 10 meses de indagaciones la Superintendencia de Industria y Comercio formuló Pliego de Cargos a la Federación Colombiana de Fútbol (FCF), Ticketshop, TicketYa, sus altos directivos y varias otras personas, por haber planeado, diseñado y ejecutado una estrategia o procedimiento que habría dado como resultado la desviación masiva de boletas con fines de reventa para los partidos de fútbol disputados por la Selección Colombia en su condición de local en la ciudad de Barranquilla en el marco de la Eliminatoria al Mundial Rusia 2018.
La actuación administrativa que adelantó la SIC contó con la participación, en condición de delator, de la empresa Ticketshop y sus altos directivos, quienes han aportaron voluntariamente pruebas, contratos, documentos, correos electrónicos, mensajes de WhatsApp, informes de liquidación parcial de las actividades de entrega de boletas para los fines de reventa, entre muchas otras evidencias, las cuales también fueron recolectadas en diferentes visitas administrativas de inspección a las instalaciones de la FCF, distintas empresas y personas en Bogotá, Barranquilla y Cartagena.
Con todas estas evidencias, la Superintendencia pudo establecer que la conducta investigada se desarrolló por fases sucesivas en el tiempo, en las que cada uno de los investigados jugó un rol específico para contribuir al desvío masivo de boletas con fines de reventa en la Eliminatoria al Mundial Rusia 2018. La conducta investigada se desarrolló en tres grandes fases.
La primera fase está relacionada con el direccionamiento del contrato de operación de la boletería por parte de la FCF hacia Ticketshop, lo cual se materializó al momento en que el Comité Ejecutivo de la FCF adoptó la decisión de adjudicarles el contrato, sin importar que de acuerdo con las condiciones del pliego, no podía ser Ticketshop el oferente escogido sino Primera Fila (Cine Colombia), como incluso lo indicaban los diferentes informes de evaluación llevados a cabo por los abogados asesores externos, el revisor fiscal y el área de mercadeo de la propia FCF.
Además, la Superintendencia estableció que la propuesta económica de Ticketshop era abiertamente irracional desde el punto de vista económico, pues solo permitiría el retorno de la inversión y los gastos en que debía incurrir el contratista, bajo un escenario de 80% promedio de ocupación en todos y cada uno de los 9 partidos de la Selección Colombia, lo cual, a todas luces y bajo la modalidad del negocio ofertado, era más que improbable vendiendo la boletería legalmente, es decir, a precio de taquilla.
La segunda fase está relacionada con el desvió masivo de boletas con fines de reventa durante 8 partidos que la selección Colombia jugó en su condición de local en Barranquilla (salvo el noveno y últimos partidos contra Paragua que fue intervenido por la Superintendencia de Industria y Comercio). La Superindustria pudo establecer que Ticketshop desvió más de 42 mil boletas con fines de reventa que fueron entregadas para tal propósito al autodenominado “Grupo / Socios TicketYa”.
La tercera fase está relacionada con la reventa a precios superiores a los de taquilla respecto de la boletería desviada por parte de los integrantes del autodenominado “Grupo / Socios TicketYa” con el conocimiento y autorización de la FCF y sus altos directivos. La investigación muestra como varias boletas fueron vendidas a un porcentaje de 350% superiores al del precio de taquilla, en comparación al precio de las oficinas de TicketYa en la ciudad de Barranquilla. Así mismo, obran en poder de la Superintendencia, documentos titulados como “actas de socios” en los que se acordaron fijar los precios de reventa de la boletería por localidades, tal como si se tratara de precios oficiales. Adicionalmente, otras pruebas acreditan que la FCF, a través de sus más altos directivos, autorizó el desvío de la boletería e incluso estuvo informada de los cortes de cuentas entre el operador oficial de la boletería Ticketshop y el autodenominado “Grupo / socios TicketYa”.
La Superintendencia de Industria y Comercio pudo establecer que sobre los valores en que TicketYa revendía las más de 42 mil boletas, pudieron generar ingresos a los integrantes del “Grupo / Socios TicketYa” un valor cercano a los 22 mil millones de pesos. De comprobarse que existió violación de las normas de la libre competencia económica, la Superintendencia puede imponer multas a las empresas involucradas por más de 78 mil millones de pesos y a las personas involucradas, una suma superior a los mil quinientos millones de pesos.