Confidenciales 360
Si se analizan bien las preguntas que tendrá la consulta anticorrupción, es evidente que en Colombia ya existen esas leyes, sólo que en el país no se aplican y no se cumplen, lo que pone a pensar a más de uno sobre la necesidad de convocar a las urnas, cuando la solución está más encaminada hacia otra dirección que ahorrarían una gran cantidad de recursos.
La historia nos ha demostrado que Colombia es un país con bajos índices de lectura. Mientras en países como Canadá, por ejemplo, en donde cada persona lee 20 libros por año, una encuesta hecha por el Dane sobre hábitos de lectura en nuestro país, dice que un colombiano en promedio lee 5 libros en el año.
Ante este escenario de pereza por la lectura en Colombia, es claro que la mayoría de los colombianos se deja llevar por los títulos, las emociones; por los primeros renglones de un escrito de mil páginas y por lo que alcanzan a leer en 20 segundos, lo que nos demuestra una gran falencia en nuestro criterio, en nuestro sentido de opinión, en nuestro sentido de comprensión, y por ende, en cómo vemos y analizamos nuestro contexto para saber qué tipo de posición asumimos.
Cuando uno lanza un título de «Consulta anticorrupción», evidentemente está haciéndolo con muchas intenciones, en especial para decirle a la sociedad que quien se oponga es un corrupto y para que las personas salgan a votar por lo que leen en ese título; así, ni más ni menos, sin importar lo que realmente hay de fondo.
Existen corrientes de pensamiento muy serias, críticas y objetivas en varias ciudades principales de Colombia, las cuales han intercambiado correos analizando imparcialmente lo que supone la consulta anticorrupción impulsada por Claudia López y Angélica Lozano, que por cierto tiene que ser votada por 12 millones de personas para ser válida, algo más de la mitad de quienes lo hicieron el pasado 17 de junio de cara a la segunda vuelta presidencial. Cabe resaltar que si eso no sucede, la consulta no será válida y su efecto será la pérdida de 300 mil millones de pesos para la Nación.
Son 7 puntos los que tendrá el tarjetón, que incluye respuestas de sí o no, en donde se habla de la reducción de salarios a congresistas y altos funcionarios, el limitar a tres periodos la permanencia en el congreso, consejos y asambleas; la obligatoriedad de rendición de cuentas de funcionarios, además de la participación de la ciudadanía en los presupuestos públicos, entre otros.
Si se analizan bien las preguntas que se harán, es evidente que en Colombia ya existen esas leyes, sólo que en el país no se aplican y no se cumplen, lo que pone a pensar a más de uno sobre la necesidad de convocar a las urnas, cuando la solución está más encaminada hacia otra dirección que ahorrarían una gran cantidad de recursos. Así lo trinó David Suárez Tamayo, un reconocido docente universitario del país.
«En Colombia hay 19 leyes que atacan y combaten la corrupción. 2 de ellas son Estatutos Anticorrupción. 4 son aprobatorias de tratados o convenios internacionales de lucha contra la corrupción. Tenemos además Documento CONPES de lucha contra la corrupción. ¿Para qué la consulta?»
Recordemos que la Ley 489 de 1998 dice que los funcionarios públicos tienen que hacer rendición de cuentas y la pregunta de eliminar la mermelada es absurda, pues en ésta se habla de contratación transparente obligatoria en todo el país, algo que suena muy bonito, pero que el presidente electo de Colombia, Iván Duque, ya había puesto en su campaña y asegurando que esa normatividad iría así gane o pierda esa consulta. Incluso Ley 80 de 1993, formula públicamente una convocatoria para que, en igualdad de oportunidades, los interesados presenten sus ofertas y seleccione entre ellas la más favorable.
El caso es que no hay nada nuevo y lo que promueve esa consulta, claramente son unas reformas que se pueden hacer sin necesidad ir a las urnas y gastarse 300 mil millones de pesos. Asimismo, en el país hay un ambiente para adelantar una constituyente en cuanto al tema de justicia se refiere, para que se puedan reformar tantas cosas que le hacen daño el país y en la que fácilmente se podría incluir el tema de quitarles el beneficio de la casa por cárcel a políticos corruptos, nuevamente insistimos, sin tener que realizar una jornada electoral.
Hay que ser claros y decir que desafortunadamente con esta consulta no se acabará la corrupción y a la hora de la verdad, como decimos coloquialmente en Colombia, no le hará ni «cosquillas», pues no tendrá mayores efectos. Si en realidad quieren darle un golpe a la corrupción, deben cerrarse las listas a cámaras, senados, concejos y asambleas, así como eliminar las circunscripciones departamentales, así como erradicar todo lo relacionado con la repartición de puestos, lo cual al fin y al cabo solamente fomenta la corrupción.