Una de las tareas pendientes que tiene buena parte de los gobernantes en Colombia, se centra en la importancia de tomar decisiones responsables, alejadas del populismo, de la demagogia; al parecer en este caso, al actual gobierno colombiano, no le interesa lo anterior.
EDITORIAL
Distintas advertencias se le han hecho a este gobierno, en varios frentes, en los cuales viene tomando drásticas decisiones desde que ocuparon el cargo de gobierno nacional; advertencias que, a pesar de que ellos, las han tildado como ataques, de críticas destructivas o como defensas de supuestos intereses personales, solo han tenido la intención de orientar al gobierno por el camino de las determinaciones bien sustentadas, apegadas a lo técnico, rigurosas con la verdad, estrictas en materia financiera y sobre todo, que cumplan un principio, si se quiere moderno, que es el de la sostenibilidad en el tiempo.
Colombia, durante muchos años, por cuenta de no adelantar reformas necesarias y responsables, pero altamente impopulares, ha permitido que germinen huecos fiscales, que, cada vez, se hacen más profundos.
De esta manera, se da la oportunidad para destacar la decisión del gobierno al retirar los subsidios al fondo de estabilización de los precios del combustible. Aunque, esta decisión, aún sea parcial y solo cobije a la gasolina corriente.
Pero la decisión más importante y la que real peso tiene en ese déficit fiscal, es la del diésel, la de la ACPM, ese el que pesa cerca del 70% del déficit del fondo. Pero el gobierno no lo hace por temor a un paro de transporte sencilla y llanamente por eso.
De manera que, por un lado, lo hace bien, pero por el otro la sigue embarrando y su decisión con la gasolina corriente, no termina siendo más que una decisión también ligeramente populista, bajo el afán, el intento de mostrarse como un gobierno que no le subsidia «la gasolina a los ricos que andan en Toyota” y decimos enmarcamos comillas, porque así lo dijo el presidente Petro.
Lo que no se entera el presidente Petro es que la mayoría de esas Toyotas que él dice que estaban financiando, se mueven con diésel, combustible que está siendo financiado, subsidiado por el Estado.
Ahora, el SOAT, las motocicletas en Colombia, han gozado durante toda su existencia a de unas importantes gabelas tributarias por cuenta de muchos intereses, de empresarios, Congresistas que tienen talleres de motos, concesionarios de motos, etcétera.
Lo cierto es que en Colombia, las motos deberían hace mucho rato pagar peaje, deberían pagar su SOAT completo, porque no lo venían haciendo, deberían pagar la totalidad de impuestos que paga un vehículo automotor y deberían cumplir las normas y las leyes, que quizás es el mayor pecado de este sector.
El gobierno, en ese afán, insistimos, de mostrarse «solidario” con “pueblo” dijo, vamos a subsidiar el SOAT para que la gente lo pueda pagar, las conclusiones que el director del Adres, reconoció que no tienen recursos para cubrir el descuento en el SOAT decretado por el gobierno. De manera, que esto es lo que también lo que ha generado innumerables problemas, en la atención médica a lo largo y ancho del país.
El mismo director de la Adres, Félix León Martínez, reconoció esa falta de recursos para pagar atenciones que involucren vehículos beneficiados por descuento del SOAT y superen los 300 salarios mínimos diarios legales vigentes, ese hueco es de más de 450,000 millones de pesos y está asfixiando a las IPS como lo dijo el representante del centro democrático Andrés forero.
En el frente de los peajes, el gobierno salió a decir, no vamos a subir los peajes, en una alcaldada se podría decir, aunque sea de un presidente, en época de comienzo de año para decir que estaban con el pueblo y no con los malignos empresarios de las autopistas, para los ricos que cobran peaje.
Bueno, lo cierto es que como todo cae con el tiempo, pues, se reconoció en las últimas horas que ese precio de los peajes sí va a tener que aumentarse, por muchas razones, pero la primera de ellas es que el INVIAS y otras autoridades del gobierno le deben muchísimo dinero a interventores, a contratistas y lo cierto es que está causando otro hueco, del cual, no se conocen las cifras, pero los cálculos son estremecedores.
De manera que el gobierno hoy tiene grave problema y es que se le está cayendo la estantería, se le está cayendo esa sarta de decisiones populistas que promocionó, todo por cuenta y que los números no fallan, lo mejor que pueden hacer es recular, patrasearse y tomar decisiones impopulares, pero necesarias y el país se los agradecerá.
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