Starbucks es demandado por obligar empleados a comprar su propia ropa de dotación

Starbucks enfrenta demandas colectivas en Estados Unidos tras imponer un nuevo código de vestimenta que obliga a sus empleados a comprar ropa y zapatos específicos sin recibir reembolso.

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Starbucks, la multinacional de café con más de 10.000 tiendas en Estados Unidos y presencia en 80 países, enfrenta una nueva batalla legal. Esta vez, el motivo no es el precio de sus bebidas ni su política ambiental, sino el uniforme que sus trabajadores deben portar en cada jornada.

Desde el pasado 12 de mayo entró en vigor un nuevo código de vestimenta que exige a los empleados usar camisetas negras de manga corta o larga, pantalones en colores sólidos como negro, caqui o azul denim sin diseños, y zapatos oscuros, impermeables y discretos. Todo esto, debajo del icónico delantal verde de la marca.

Demandas contra Starbucks por gastos de uniforme laboral

Demandas contra Starbucks por gastos de uniforme laboral

Aunque la compañía entregó dos camisetas sin costo a cada trabajador, el resto del atuendo corre por cuenta de los empleados, quienes afirman que han tenido que invertir de su propio bolsillo para cumplir las reglas.

Lo que parece una medida interna para unificar la imagen de la compañía se convirtió en un conflicto legal, pues decenas de trabajadores argumentan que Starbucks estaría violando las leyes laborales al no reembolsar los gastos generados por esta política.

El miércoles 18 de septiembre, empleados de Starbucks en Illinois y Colorado presentaron demandas colectivas en cortes estatales, mientras que en California radicaron quejas ante la Agencia de Desarrollo y Fuerza Laboral.

Los demandantes alegan que las nuevas reglas obligan a los trabajadores a comprar prendas y zapatos específicos para poder laborar, un gasto que debería ser asumido por la empresa y no por los empleados.

En estados como Colorado, la legislación laboral es clara: ningún empleador puede trasladar a sus trabajadores costos relacionados con la labor sin consentimiento escrito. En California, la ley obliga a las compañías a reembolsar cualquier gasto que beneficie directamente al empleador.

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Si la agencia californiana decide no sancionar a Starbucks, los trabajadores han anunciado que presentarán una demanda colectiva en ese estado, lo que aumentaría la presión contra la multinacional.

Uno de los testimonios más llamativos es el de Brooke Allen, estudiante universitaria que también trabaja en una tienda de Starbucks en Davis, California. Allen relató que en julio un gerente le informó que sus Crocs no cumplían con la norma y que debía cambiarlos si quería volver a trabajar.

“Tuve que recorrer tres tiendas para encontrar un par de zapatos aprobados. Me costaron más de 60 dólares”, contó. Además, aseguró que ya ha gastado cerca de 90 dólares en camisetas y jeans negros.

Allen criticó duramente la política de la empresa, “Es sumamente insensible esperar que quienes vivimos de cheque en cheque tengamos que rediseñar todo nuestro vestuario sin ningún tipo de compensación”.

Otros empleados relataron experiencias similares. Gilbert Cruz, de Illinois, solicitó un reembolso de 10 dólares tras tener que retirar un piercing para acatar la normativa. Su solicitud también fue rechazada.

Aunque la compañía no se pronunció directamente sobre las demandas, sí explicó que la modificación de la política busca generar una experiencia más consistente para los clientes y brindar a los empleados reglas claras sobre su apariencia en el lugar de trabajo.

“Queremos que nuestros socios —como llamamos a nuestros empleados— estén preparados y por eso entregamos dos camisetas sin costo”, señaló Starbucks en un comunicado.

La empresa defendió que el nuevo código hace que el delantal verde sea el verdadero protagonista y que los clientes perciban mayor familiaridad al ingresar a las tiendas.

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El tema del uniforme llega en un contexto de tensión entre la cadena y Starbucks Workers United, el sindicato que ha liderado esfuerzos de organización laboral en más de 640 tiendas en Estados Unidos.

La agrupación ha presentado cientos de denuncias por prácticas laborales injustas, aunque no hace parte directa de estas demandas. Sin embargo, la batalla legal por los uniformes se interpreta como una nueva táctica para presionar a la empresa y mostrar cómo las políticas corporativas impactan el bolsillo de los trabajadores.

No es la primera vez que Starbucks modifica su código de vestimenta. En 2016, la empresa había flexibilizado las reglas para permitir camisas de colores, estampados y un estilo más libre. Esa política era valorada por muchos empleados que encontraban en ella una forma de expresión personal.

Hoy, en cambio, algunos trabajadores afirman que la uniformidad impuesta resta vitalidad a los locales. “Se ve triste que todos vistamos de negro”, expresó Allen.

La diferencia no es solo estética: para muchos empleados, lo que está en juego es el costo económico y el derecho a no asumir gastos que corresponden a la compañía.

El desenlace de las demandas podría sentar un precedente en materia laboral para grandes cadenas en Estados Unidos. Si las cortes fallan a favor de los trabajadores, Starbucks estaría obligado a reembolsar miles de dólares a empleados en varios estados, además de modificar sus políticas de uniformes.

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