La Superintendencia Nacional de Salud anunció su decisión de negar la solicitud de retiro voluntario presentada por la EPS Sura el pasado 28 de mayo, argumentando que esta acción podría generar un impacto negativo significativo en el sistema de salud colombiano.
Superintendencia de Salud frena salida de EPS Sura: el sistema en riesgo
A pesar de que la entidad cumplió con los requisitos formales para el trámite, la Superintendencia concluyó que un desmonte progresivo de sus operaciones podría comprometer la atención a los 5,2 millones de usuarios afiliados.
EPS Sura justificó su solicitud aludiendo problemas de sostenibilidad financiera, destacando que ha acumulado deudas superiores a los 25 billones de pesos. Estas cifras se reflejan también en reportes de la Asociación Colombiana de Clínicas y Hospitales (ACHC), que registra 12,3 billones de pesos en cuentas por pagar dentro del sistema de salud.
A pesar de esta situación, la EPS aseguró que continuará prestando sus servicios mientras se buscan soluciones para garantizar la estabilidad de la atención a sus usuarios.
Según fuentes consultadas por medios nacionales, la Superintendencia evaluó la viabilidad del desmonte progresivo propuesto por Sura, pero determinó que sería inviable para el sistema de salud absorber un traslado masivo de usuarios hacia otras EPS. La magnitud del impacto sería considerable, ya que implicaría reorganizar la atención médica para millones de colombianos en un sistema que ya enfrenta retos estructurales.
Esta decisión llega en un momento crítico para la percepción ciudadana del sistema de salud en Colombia. Según una encuesta reciente de Invamer, el 72% de los consultados considera que la calidad y cobertura del sistema ha empeorado durante el actual gobierno de Gustavo Petro.
Además, los indicadores sobre mejoras en la atención han registrado una caída constante: en febrero, el 29% de los encuestados veía avances, cifra que se redujo al 20% para junio.
¿Qué sigue para EPS Sura y sus usuarios?
Con el rechazo de su solicitud de retiro, EPS Sura debe continuar operando mientras enfrenta los desafíos financieros que la llevaron a buscar su salida del sistema. A la par, tanto el gobierno como los actores del sector salud están llamados a implementar medidas que eviten una crisis mayor en la prestación del servicio.
La situación de Sura pone nuevamente en el centro del debate la sostenibilidad del modelo actual de salud, especialmente en un contexto donde las deudas acumuladas y las críticas a la calidad del servicio generan incertidumbre entre usuarios y prestadores. Mientras tanto, los 5,2 millones de afiliados permanecen atentos a los próximos pasos y decisiones que se tomen para garantizar su derecho fundamental a la salud.
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