En un contexto global donde la sostenibilidad y la protección del medio ambiente se han convertido en prioridades ineludibles, la transición hacia vehículos eléctricos emerge como una solución clave para mitigar la contaminación y reducir la huella de carbono.
Empresas y organizaciones están adoptando tecnologías limpias que no solo optimizan sus operaciones logísticas, sino que también contribuyen a mejorar la calidad del aire y a preservar el entorno natural.
Ese es el caso del Banco de Bogotá, que esta semana confirmó que le otorgó un crédito de $11.272 millones al Grupo Logístico TCC para la adquisición de 51 vehículos 100% eléctricos.
Esta iniciativa, que forma parte de la estrategia de esta compañía para avanzar en su transición energética, se implementará en las principales ciudades de Colombia, como Montevideo, Siberia, Bucaramanga, Medellín y Cali. Este proyecto no solo promete optimizar las operaciones logísticas de la compañía, sino que también contribuirá significativamente a la reducción de la huella de carbono y a mejorar la calidad del aire en las urbes.
La nueva flota de vehículos eléctricos de TCC
La modernización de la flota es un ejemplo del cambio hacia una logística más responsable. Con la incorporación de estos nuevos vehículos eléctricos, TCC elevará su flota a un total de 84 unidades eléctricas, posicionándose como un líder en el sector de transporte de carga que busca ser eco-amigable.
A medida que el mundo enfrenta los desafíos del cambio climático, las empresas están adoptando tecnologías más limpias, y el caso de TCC ilustra cómo la innovación puede contribuir a un futuro más sostenible.
El impacto ambiental de esta modernización es considerable. Se estima que los nuevos camiones eléctricos evitarán aproximadamente 454,3 toneladas de CO2e anualmente, lo que se proyecta que alcance 2.726 toneladas para 2030. Esta cifra es comparable a la contaminación generada por 302 automóviles en un año, lo que demuestra cómo una flota más limpia puede tener un efecto significativo en la reducción de emisiones.
Además de los beneficios ambientales, los camiones eléctricos ofrecen ventajas operativas significativas. Según datos de la empresa de transporte, actualmente se recorren aproximadamente 1.183.877 kilómetros al año con los vehículos existentes, lo que equivale a dar la vuelta al mundo en 29 ocasiones. La integración de los nuevos camiones permitirá no solo una reducción de costos operativos, sino también una mejora en la eficiencia logística.
“Al adoptar esta tecnología, avanzamos en nuestra misión de ser eco-logísticos. Estos vehículos no solo optimizan nuestras operaciones, sino que también simbolizan un cambio hacia un modelo de negocio más consciente y respetuoso con el medio ambiente”, afirmó Luis Felipe Urrea Zuleta, vicepresidente Financiero y de Riesgos de TCC.
El apoyo financiero del Banco va más allá de un simple crédito; es un compromiso con la sostenibilidad y el desarrollo de prácticas empresariales responsables.
Rafael Arango, vicepresidente de Banca Empresas del Banco de Bogotá, enfatizó la importancia de este tipo de alianzas: “Estamos comprometidos con el cuidado del planeta. Acompañar a TCC en la transformación de su flota de vehículos a una 100% eléctrica generará un impacto positivo en el medio ambiente”.
Este enfoque proactivo del banco para financiar iniciativas ecológicas resuena con la creciente tendencia hacia la sostenibilidad en el sector empresarial. Las empresas están buscando cada vez más soluciones que no solo sean rentables, sino que también contribuyan al bienestar social y ambiental. La modernización de la flota de TCC se enmarca en esta tendencia y demuestra cómo la colaboración entre el sector financiero y las empresas puede conducir a resultados positivos.
Finalmente, TCC confirmó que tiene planes de expandir el uso de estos camiones eléctricos a otras ciudades clave en Colombia, reafirmando su compromiso con la sostenibilidad y el desarrollo de un modelo de negocio más responsable.