Tenemos que cambiar el chip

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Espero que en estas elecciones tan cruciales del año 2022 los colombianos cambiemos el chip, no comamos cuentos y votemos por los que verdaderamente lo merecen.


Por: José Miguel Santamaría Uribe

Aunque en las últimas encuestas queda absolutamente claro que los colombianos estamos asqueados de la corrupción, diariamente siguen apareciendo escándalos que dejan muy mal parada a nuestra clase dirigente.

Lo primero que debemos entender es que la corrupción no es solo un mal del sector público o de los empleados públicos, en el sector privado también lo es, bien lo dice el refrán que tanto peca el que peca por la paga como el que paga por pecar.

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La corrupción existe desde épocas remotas, la mal llamada malicia indígena que hablaban los españoles que llegaron en la conquista, o los mismos españoles que en su mayoría venían con prontuario incluido, sacados de cárceles desde el viejo mundo también ayudaron, pero al final lo que más nos ha llevado por este mal camino ha sido el olvido de la ética y la cultura mafiosa de la plata fácil que el narcotráfico ha sembrado, de conseguir a toda costa lo que se quiere sin medir proporciones.

Adicionalmente, el hecho que la sociedad cierre los ojos ante los corruptos y los acepte en sus círculos sociales, la aceptación de la sociedad a muchas de estas personas en su círculo le dió a los corruptos la tranquilidad de seguirlo haciendo. El que trabaja o respalda a un corrupto es igual de corrupto.

Diferente sería si verdaderamente tuviéramos una justicia que funcionara, pero tampoco, la impunidad es tan sumamente alta que rara vez vamos a ver a un corrupto tras las rejas, y ni hablar de los entes de control, que siempre han estado manejados políticamente, entonces generalmente prima la camaradería o la filiación política del imputado.

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Con todo lo enumerado anteriormente es imposible poder luchar contra la corrupción, de hecho, el descaro llega a límites insospechados, donde ya no les importa si dejan sin comida a los niños de las escuelas, o se cierra un colegio, o se cae un puente entre otras cosas.

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No ha existido prácticamente una sanción ejemplar contra la corrupción en los últimos años, porque cuando se logra imputar por fin a un corrupto se le termina dando casa por cárcel, celda especial, no devuelve lo robado, y es poco lo que dura detenido.

Ni hablar de los corruptos que no van a la justicia ordinaria si no a la comisión de acusaciones de la Cámara de Representantes donde no pasa nada, todos salen absueltos así existan todas las pruebas para condenarlos, no más recordar la payasada en la que terminó el proceso 8.000 en el gobierno Samper.

Para acabar la corrupción se necesita que el pueblo entienda que tiene el poder, y que a través del voto puede elegir a personas diferentes, unas que no suban al poder a desplumarlo, si no a sacar adelante el país, con ideas claras, pero con sobre todo una hoja de vida incólume, que puedan poner la frente el alto, que no necesite durante su paso por el gobierno o el Congreso estar todo el tiempo defendiéndose si no trabajando.

Espero que en estas elecciones tan cruciales del año 2022 los colombianos cambiemos el chip, no comamos cuentos y votemos por los que verdaderamente lo merecen.

@SantamariaUribe

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